Santa María, huerto cerrado. Lejos estaba de pensar que había un lugar en Tierra Santa que se refiriera a esta alabanza a Nuestra Señora. Me encontré con este lugar en una excursión que hice con unos amigos cerca de Belén. Primero visitamos las llamadas “piscinas o estanques de Suleimán”. Son 3 grandísimos embalses para recoger y almacenar el agua que baja de las montañas de Judea, y que también llegan hasta Belén. No se conoce con seguridad ni el origen histórico de estos estanques, ni el destino primero de sus aguas. Herodes ya se sirvió de ellos para el aprovisionamiento de agua en su fortaleza y poblado del Herodion. Estas piscinas miden cada una 100 metros de ancho, por 200 o 300 metros de largo. Están vacías pues hasta hace dos semanas hemos tenido pocas lluvias. Alrededor se encuentran fuentes de agua natural muy buena. Están los 3 estanques a lo largo de un valle, que desemboca a 2 kilómetros en un huerto grande. El lugar es muy fértil, y al lado del huerto hay un Monasterio precioso que se llama Hortus conclusus o Nuestra Señora del huerto cerrado. El nombre está inspirado en el Cantar de los Cantares (4, 2) “Eres Jardín cerrado, hermana mía, esposa, eres Mons. Soler cuenta que una vez al escuchar la antífona “Hortus Conclusus, oh María…" exclamó: -"He aquí la sede clásica, propia y natural de María del Huerto. Este lugar la reclama como su más hermoso símbolo”.