“Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos; y abriendo su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron” (Mt 5,1-13).
El lugar es de una gran belleza. La iglesia de las bienaventuranzas es, para mi gusto, una de las más bonitas de Tierra Santa, también por cómo el arquitecto supo diseñarla para ese lugar. Diseñada por el italiano Barluzzi en el año 1937. El mismo nos la describe con estas palabras:
El lugar es de una gran belleza. La iglesia de las bienaventuranzas es, para mi gusto, una de las más bonitas de Tierra Santa, también por cómo el arquitecto supo diseñarla para ese lugar. Diseñada por el italiano Barluzzi en el año 1937. El mismo nos la describe con estas palabras:
-«Sobre las dulces colinas que rodean el lago de Tiberíades, a 150 metros de altura, al Norte, y que recuerdan el sermón de la Montaña… ha surgido en 1938 el santuario de las Bienaventuranzas. Domina el lago desde una altura aproximada de 200 m. La Iglesia es de planta octogonal (porque ocho son las Bienaventuranzas), rematada por una cúpula, y arcos abiertos en torno al altar. Y, desde la galería exterior que la circunda, se puede disfrutar al máximo de la contemplación de tan singular panorama, al tiempo que se escucha el gorjeo de los pájaros, y el alma descansa entre el azul del cielo y el mar, y el colorido de las flores sobre el fondo verde de la colina. Por su forma y colorido, el Santuario de las Bienaventuranzas muestra la joya estética y espiritual que puede producir una sencillez, junto a una elegancia no artificiosa, que envuelve el espíritu en la contemplación de la piedad.»
Por razones estéticas y panorámicas, se eligió la cima para la nueva Iglesia, como lugar donde conmemorar este evento de la vida del Señor. El lugar primigenio se encuentra un poco más abajo, en la ladera, cerca del lago, donde hay unas pocas ruinas, frente a la Iglesia del Primado. La Monja peregrina española Egeria recuerda ese lugar y esta tradición, cuando escribe, en el s. IV:
-«En un monte que está allí cerca hay una cueva, subiendo a la cual pronunció el Señor la bienaventuranzas».
Por razones estéticas y panorámicas, se eligió la cima para la nueva Iglesia, como lugar donde conmemorar este evento de la vida del Señor. El lugar primigenio se encuentra un poco más abajo, en la ladera, cerca del lago, donde hay unas pocas ruinas, frente a la Iglesia del Primado. La Monja peregrina española Egeria recuerda ese lugar y esta tradición, cuando escribe, en el s. IV:
-«En un monte que está allí cerca hay una cueva, subiendo a la cual pronunció el Señor la bienaventuranzas».
Es un lugar especial para pedir por la salvación de todos los hombres, especialmente de aquellos que están pegados a lo terreno y no han descubierto la vida del espíritu, el amor que Dios ha prometido a los que creen en Él.