El calendario de Cuaresma en Tierra Santa es rico e intenso. En la segunda semana del tiempo cuaresmal inician las peregrinaciones a los santuarios de la Pasión y Muerte de Jesús, una tradición de muchos siglos, que ha sido mantenida viva por los franciscanos de Jerusalén, que culminará en la Semana Santa.
“En Tierra Santa somos afortunados porque podemos seguir a Jesús, escucharlo en todos los lugares en donde se manifestó y nos amó. Es un itinerario completo, porque la característica de Tierra Santa es definida por esta palabra: hic, aquí. Yo logro ver con mis propios ojos y tocar con mis manos”.
La primera celebración se realiza en el Santuario del Dominus Flevit, que significa “El Señor lloró”. El pequeño santuario situado en el Monte de los Olivos acoge a la comunidad local y a los peregrinos para la celebración de la misa.
Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita» (Lc 19, 41-44).
La peregrinación cuaresmal, que es sobre todo un camino de meditación y que cada semana tendrá una etapa ante un santuario diverso, comienza desde aquí, desde este lugar desde el cual es posible contemplar el panorama espléndido de una ciudad santa y amada por Dios, pero que continúa llena de contradicciones y sufrimientos.
Impresiona aún más pensar en el nombre y en el evento al que se refiere este santuario: “Dominus Flevit”, El Señor lloró aquí, en Jerusalén porque ésta “no había comprendido la vía de la paz”.
“Este llanto de Cristo continúa y todavía hoy es muy actual porque la gente sufrirá hasta que no reconozca en Él al verdadero Mesías y es difícil responder cuál es la verdadera causa de estos problemas, que vivimos en estos días, en estos años en Jerusalén, en la ciudad santa, en su ciudad”
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