El relato de la Torre de Babel en el Antiguo Testamento habla de una jutzpá definitiva: un pueblo decidido a construir una torre que llegara a los cielos:
“Edifiquemos una ciudad, y también una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra” (Génesis 11,4)
No muy complacido, según relata la Biblia, el Señor puso fin a esta presuntuosidad e hizo que el pueblo hablara en diferentes idiomas para que no pudieran entenderse entre ellos, dispersándolos así “por toda la tierra”.
Ahora emerge un indicio convincente de que la Torre de Babel existió de verdad y que la historia es más que un mero cuento simbólico de la arrogancia humana.
Una tablilla en piedra de la colección privada de un empresario noruego, Martin Schøyen, contiene la imagen más clara jamás vista del Gran Zigurat de Babilonia, según Andrew George, profesor de historia babilonia en la Universidad de Londrés.
La tablilla, que ha sido grabada en vídeo por primera vez por la revista Smithsonian, muestra una ilustración de una estructura piramidal, junto a una representación del rey Nabucodonosor II, que reinó Babilonia del 605-562 a. C.
Construido en tiempos de Hammurabi (1792-1750 a. C.), el zigurat de Babilonia estaba en un grave estado de deterioro para cuando apareció Alejandro Magno, quien ordenó su demolición en el 331 a. C.
Sin ningún indicio de su aspecto original, hasta ahora solo se disponía, según explica el catálogo de la Colección Schøyen, de “una larga serie de pinturas fantasiosas como referencia”.
Esta tablilla, por primera vez, nos ofrece una ilustración coetánea de la torre; junto con una inscripción que nos relata los planes de construcción de Nabucodonosor II y el proceso de restauración.
La Colección Schøyen ha documentado la traducción de la inscripción en la tablilla, señalando que contiene una útil leyenda que identifica el dibujo como: Etemenanki: zikkurat babibli: “La casa, la fundación del cielo y de la tierra, zigurat en Babilonia”.
La inscripción continúa con la descripción del proceso de restauración: “Nabucodonosor, rey de babilonia soy. Pra completar e-temen-anki y e-ur-me-imin-anki movilicé a todos los países por doquier, todos y cada uno de los gobernantes que alcanzaron la prominencia sobre todos los pueblos del mundo. Completé la base para construir una terraza alta. construí sus estructuras con bitumen y ladrillos horneados de arriba abajo. Lo completé alzando su cima hasta los cielos, haciéndolo resplandecer brillante como el sol”.
La ilustración de Nabucodonosor II lo muestra: “Con su sombrero cónico real, sosteniendo una vara en su mano izquierda y un pergamino con los planos de la Torre (o un clavo de fundación) en su mano derecha extendida”.
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