Hay dos sitios que reclaman haber sido el lugar exacto donde San Juan Bautista bautzó a Jesucristo (Mt 3, 13-17): uno en el lado israelí y otro en el jordano. De lo que no hay duda es de la zona: Betania de Transjordania, a orillas del río Jordán.
Del lado jordano se encuentran unas ruinas en la ruta de peregrinación de los primeros cristianos. En 1996 unos hallazgos arqueológicos en esa zona, conocida en lengua árabe como al-Maghtas (el lugar del bautismo), sugirieron que ése podría ser el enclave del acontecimiento que narran los Evangelios. De hecho, la cerámica, las monedas, los objetos de piedra y los vestigios arquitectónicos confirman que el lugar se utilizó a principios del primer siglo d.C., esto es, en tiempos del Salvador y del Precursor.
Estas ruinas están dedicadas al profeta Elías, y eso reforzaría la hipótesis, dada la vinculación que establecen los Evangelios entre él y San Juan Bautista, quien actuaba "con el espíritu y el poder de Elías" (Lc 1, 17), de quien algunos le consideraban encarnación.
Sea como fuere, a nueve kilómetros al norte del Mar Muerto, en la orilla este del río Jordán, Betania de Transjordania es el enclave bíblico más importante del Reino Hachemita de Jordania y el pasado 3 de julio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se trata del quinto lugar del país que recibe este reconocimiento después de Petra, Quseir Amra, Um Al Rassas y el desierto de Wadi Rum.
Betania fue el enclave donde se estableció Juan Bautista y donde Jesús fue bautizado. El Señor también oró aquí por primera vez ante Dios y reunió a sus primeros discípulos, y por eso han visitado al lugar, en sus respectivas peregrinaciones a Tierra Santa, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. El área cuenta con restos romanos y bizantinos, incluyendo además restos de cinco iglesias paleocristianas y capillas. Actualmente se celebran bautizos y es un lugar importante de peregrinación cristiana.
A lo largo de la geografía jordana se pueden descubrir numerosos enclaves mencionados en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, por lo que no es de extrañar que el país haya fascinado a un sinfín de peregrinos que lo han visitado para seguir los pasos de algunos de los profetas más importantes de la Biblia.
Algunas de las iglesias más antiguas del mundo se encuentran en Jordania, como la sala de oración del siglo II de Betania, la iglesia del siglo IV de Umm Qays y las ruinas del que se cree que es el templo más antiguo del mundo en la ciudad de Áqaba al sur del país. La iglesia bizantina de San Jorge en Mádaba (siglo VI) guarda el mapa mosaico de Tierra Santa más antiguo.
El pasado 2 de febrero fue declarado oficialmente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata del quinto lugar del país que recibe este reconocimiento después de Petra, Quseir Amra, Um Al Rassas y el desierto de Wadi Rum.
En la ceremonia celebrada en París, el arzobispo Maroun Lahham, vicario patriarcal para Jordania del Patriarcado Latino de Jerusalén, ha definido este enclave como “un lugar donde todavía resuena la voz de Cristo” en un país, Jordania, “tranquilo y seguro, en medio de un Oriente Medio en llamas”. “El Evangelio lo había declarado ya hace dos mil años, la devoción popular siempre lo ha confirmado, las investigaciones arqueológicas lo han puesto de relieve, los Papas lo han visitado, y hoy la comunidad internacional lo declara oficialmente”, ha señalado el arzobispo Lahham. “A partir de esta tarde –ha añadido– podemos declarar en voz alta que Jordania es Tierra Santa. La Tierra Santa incluye especialmente a Jerusalén, Belén y Nazaret, pero Jordania no es menos santa por ello”.
Betania fue el lugar donde se estableció Juan Bautista y donde Jesús fue bautizado. El Señor también oró aquí por primera vez ante Dios y reunió a sus primeros discípulos, ha recordado la Oficina de Turismo de Jordania en España. Este lugar ha recibido la visita de los tres últimos pontífices: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
El área cuenta con restos romanos y bizantinos, incluyendo además restos de cinco iglesias paleocristianas y capillas. Actualmente se celebran bautizos y es un lugar importante de peregrinación cristiana.
A lo largo de la geografía jordana se pueden descubrir numerosos enclaves mencionados en el Antiguo y Nuevo Testamento por lo que no es de extrañar que el país haya fascinado a un sinfín de peregrinos que lo han visitado para seguir los pasos de algunos de los profetas más importantes de la Biblia.
Algunas de las iglesias más antiguas del planeta se encuentran en Jordania, como la sala de oración del siglo II de Betania, la iglesia del siglo IV de Umm Qays y las ruinas del que se cree que es el templo más antiguo del mundo en la ciudad de Áqaba al sur del país. La iglesia bizantina de San Jorge en Mádaba (siglo VI) guarda el mapa mosaico de Tierra Santa más antiguo.
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