"Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidas" (Jn 20, 19-23).
El Señor en una aparición a Sor Faustina Kowalska le dijo que deseaba que el segundo domingo de Pascua se dedicara a la Divina Misericordia. El Papa Juan Pablo II hizo ese anuncio el día en que canonizó a Sor Faustina, precisamente en el Domingo de la Divina Misericordia del año 2000. Como dijo el Papa en la homilía: “En todo el mundo el Segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al género humano en los años venideros”. También este Papa -que esperemos ver pronto en los altares- falleció en la víspera del día de la Misericordia Divina del año 2005. Por eso hoy quería publicar esta foto y tener este cariñoso recuerdo al Santo Padre y a este lugar Santo.
Es muy posible que el lugar donde los discípulos estuvieran encerrados fuera el Cenáculo. En este sitio no está permitido celebrar la Santa Misa. El Papa Juan Pablo II tuvo el privilegio en el año 2000 de poder celebrar el Santo Sacrificio del Altar en ese lugar tan especial. Allí fue donde instituyó el Señor la Eucaristía y el Sacerdocio. Y también, como decía, es posible que allí se les apareciera con su cuerpo resucitado y les dijera esas palabras del Evangelio de hoy: "A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidas". Todos estos acontecimientos confluyen hoy en este lugar: el Cenáculo, el santo Papa Juan Pablo II y la fiesta de la Misericordia Divina.
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