"Me vine a vivir a Tierra Santa hace algunos años. Después de haber escrito algunos folletos “…con ojos de niño”, varios amigos me animaron a escribir “Tierra Santa…, con ojos de niño”. Preferí dejar pasar algún tiempo para conocer mejor esta Tierra tan especial, y estar más familiarizado con los lugares Santos por haberlos podido visitar más veces.
Además, al llegar tampoco conocía niños que pudieran escribir este librito. Porque en realidad son ellos los autores. También después de un tiempo aquí he podido hablar con niños cristianos que han visto con sus ojos los lugares Santos. Estas páginas son una recopilación de sus impresiones. Especialmente agradecido estoy a una familia muy querida que vive en Jerusalén. Algunos de sus hijos han colaborado intensamente en la creación de esta obra.
Decidí centrarme en los catorce lugares santos más relevantes y más visitados, fijándome en acontecimientos de la vida del Señor o de la Virgen que en ellos tuvieron lugar. Algunos me dejo en el tintero, como por ejemplo Cafarnaúm en el mar de Galilea, la fuente de María en Nazaret, el campo de los pastores en Belén, o la flagelación en Jerusalén.
Les reparto a los niños una hoja donde está una pequeña fotografía a color de los catorce lugares, y un hueco para que escriban las impresiones que tuvieron al visitarlos. Les resulta muy fácil meterse en la casita de Nazaret e imaginarse a la Virgen con el ángel; volver a la playa donde Jesús estaba esperando a sus discípulos cuando amanecía; subir al monte Tabor y recordar esas cuestas empinadas y el lugar donde se transfiguró el Señor; o ir de nuevo al huerto donde están esos olivos milenarios.
Una vez visitados los lugares santos ya todo se ve diferente, se ve con otros ojos. Después de haber besado la estrella de Belén, haber visto el colorido del mar de Galilea, o haber metido la mano en el agujero de la Cruz…, el Evangelio se lee de otra manera. Lo imaginas distinto, lo ves, lo puedes contemplar como es en realidad. Por eso un viaje a Tierra Santa no se olvida nunca".
Además, al llegar tampoco conocía niños que pudieran escribir este librito. Porque en realidad son ellos los autores. También después de un tiempo aquí he podido hablar con niños cristianos que han visto con sus ojos los lugares Santos. Estas páginas son una recopilación de sus impresiones. Especialmente agradecido estoy a una familia muy querida que vive en Jerusalén. Algunos de sus hijos han colaborado intensamente en la creación de esta obra.
Decidí centrarme en los catorce lugares santos más relevantes y más visitados, fijándome en acontecimientos de la vida del Señor o de la Virgen que en ellos tuvieron lugar. Algunos me dejo en el tintero, como por ejemplo Cafarnaúm en el mar de Galilea, la fuente de María en Nazaret, el campo de los pastores en Belén, o la flagelación en Jerusalén.
Les reparto a los niños una hoja donde está una pequeña fotografía a color de los catorce lugares, y un hueco para que escriban las impresiones que tuvieron al visitarlos. Les resulta muy fácil meterse en la casita de Nazaret e imaginarse a la Virgen con el ángel; volver a la playa donde Jesús estaba esperando a sus discípulos cuando amanecía; subir al monte Tabor y recordar esas cuestas empinadas y el lugar donde se transfiguró el Señor; o ir de nuevo al huerto donde están esos olivos milenarios.
Una vez visitados los lugares santos ya todo se ve diferente, se ve con otros ojos. Después de haber besado la estrella de Belén, haber visto el colorido del mar de Galilea, o haber metido la mano en el agujero de la Cruz…, el Evangelio se lee de otra manera. Lo imaginas distinto, lo ves, lo puedes contemplar como es en realidad. Por eso un viaje a Tierra Santa no se olvida nunca".
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