Las excavaciones arqueológicas más recientes tuvieron lugar entre los años 1963 y 1965. El interés por Masada aumentó hasta el punto de que, finalmente, se planteó la necesidad de una excavación arqueológica en la cumbre de la meseta, fundamentada no sólo en su valor científico, sino como símbolo nacional del joven Estado judío. De esta forma, a principios de la década de 1960 la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Sociedad de Exploración de Israel y el Departamento de Antigüedades de Israel patrocinaron la misión arqueológica, dirigida por Yigael Yadin y desarrollada en dos fases: la primera desde octubre de 1963 hasta mayo de 1964, y la segunda desde noviembre de 1964 hasta abril de 1965, sumando once meses de intervención. Además de contar con un equipo de profesionales y de personal contratado, se ofreció la oportunidad de colaborar en la excavación a todo aquel voluntario que lo deseara, a través de anuncios en la prensa israelí y en el periódico británico The Observer. La convocatoria fue un éxito, acudiendo más de 5.000 voluntarios de 28 países, así como del propio Israel. Muchos de ellos eran miembros de los kibutz cercanos, o pertenecientes a las Fuerzas de Defensa de Israel o a Gadna. Los voluntarios fueron distribuidos en 23 turnos de dos semanas de duración, de manera que simultáneamente se contaban unas 300 personas en la excavación.
La misión arqueológica confirmó gran parte de la información ofrecida por Flavio Josefo en su relato, incrementando de forma espectacular el conocimiento sobre Masada: se excavó el 97% de la zona edificada de la fortaleza, mientras que el 3% restante -en la zona de almacenes- se dejó sin excavar de forma deliberada, para dar a los visitantes una idea del estado previo a la intervención. También se realizaron simultáneamente las labores de restauración y conservación de los restos hallados, en colaboración con el Departamento de Conservación de Lugares Históricos. Asimismo, se produjeron hallazgos de elementos tales como estucos, monedas, recipientes cerámicos y ostraca, pergaminos, indumentaria, armamento, alimentos, semillas e incluso restos humanos pertenecientes a 28 individuos, identificados como los rebeldes judíos, que fueron sepultados con honores militares en la propia fortaleza el 7 de julio de 1969. Las labores de restauración en Masada se desarrollaron conjuntamente a las de excavación en la campaña de 1963-65 y durante todo el año de 1966, y consistieron fundamentalmente en elevar hasta su altura original los muros caídos del palacio occidental, la sinagoga y los almacenes, así como la conservación de los frescos del palacio septentrional. Posteriormente Ehud Netzer dirigió varias excavaciones en la fortaleza: una primera en 1989 y otras varias puntuales en el marco del proyecto de desarrollo de Masada durante los años 1995 y 2000. Asimismo, en 1995 se llevó a cabo una nueva excavación en el campamento F y en el agger romano, dirigida por Gideon Foerster.
Señalamos a continuación las estructuras más destacables y lugares o zonas para visitar en Masada. En primer lugar el palacio septentrional. Se ubica al norte de la meseta, constituyendo el núcleo principal de las edificaciones de la fortaleza. Se trata del palacio utilizado por Herodes durante sus estancias en Masada, descrito profusamente en la obra de Flavio Josefo, y cuya correcta identificación no se produjo hasta las exploraciones de Shmarya Gutmann. Otros lugares de interés serían la muralla de casamatas y sus torres; la puerta del "Camino de la Serpiente"; algunas viviendas de los sicarios; celdas de los monjes bizantinos; cisterna; Baño ritual (mikve); puerta del sur, llamada puerta de la cisterna; cisterna subterránea; fortaleza meridional; palacetes; falso Columbarium; taller bizantino de mosaicos; almacenes; edificios administrativos; torre del curtido; puerta bizantina occidental; sinagoga; capilla bizantina; edificio de la guarnición; palacio septentrional: residencia del comandante; cantera; cuarteles del comandante; torre vigía; edificios administrativos; puerta del foso; la casamata donde se hallaron varios pergaminos; el salón del trono de Herodes; mosaico de colores; brecha de la muralla por donde entró el ejército romano; tesoro de siclos de plata; lugar donde se hallaron varios pergaminos.
Señalamos a continuación las estructuras más destacables y lugares o zonas para visitar en Masada. En primer lugar el palacio septentrional. Se ubica al norte de la meseta, constituyendo el núcleo principal de las edificaciones de la fortaleza. Se trata del palacio utilizado por Herodes durante sus estancias en Masada, descrito profusamente en la obra de Flavio Josefo, y cuya correcta identificación no se produjo hasta las exploraciones de Shmarya Gutmann. Otros lugares de interés serían la muralla de casamatas y sus torres; la puerta del "Camino de la Serpiente"; algunas viviendas de los sicarios; celdas de los monjes bizantinos; cisterna; Baño ritual (mikve); puerta del sur, llamada puerta de la cisterna; cisterna subterránea; fortaleza meridional; palacetes; falso Columbarium; taller bizantino de mosaicos; almacenes; edificios administrativos; torre del curtido; puerta bizantina occidental; sinagoga; capilla bizantina; edificio de la guarnición; palacio septentrional: residencia del comandante; cantera; cuarteles del comandante; torre vigía; edificios administrativos; puerta del foso; la casamata donde se hallaron varios pergaminos; el salón del trono de Herodes; mosaico de colores; brecha de la muralla por donde entró el ejército romano; tesoro de siclos de plata; lugar donde se hallaron varios pergaminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario