Nos adentramos hacia el fondo de la nave, todavía en la zona católica. Allí hay un altar donde los sacerdotes católicos pueden celebrar la Santa Misa. El retablo impresionante, pues se trata de un mosaico de grandes proporciones en el que se representa ese momento en que Jesús fue clavado en la Cruz.
En la homilía de una Misa que pude celebrar allí hace poco -como se ve en la fotografía- explicaba lo fácil que nos resulta imaginar la escena, y cuánto ayuda para convertirse el pensar -meditar- en lo que sufrió el Señor por nosotros. Me acordaba de lo que le pasó a un judío ultraortodoxo que pasó por una calle de la ciudad antigua de Jerusalén. En el interior de una tienda se estaba proyectando la película de la Pasión dirigida por Mel Gibson. En ese momento tenía lugar la escena en que clavan al Señor en la Cruz. El hombre se detuvo impresionado al contemplar esa imagen. Al llegar a su casa buscó en internet cristianismo, y dio con la dirección de un sacerdote católico con el que se puso en contacto. Ha seguido y sigue conociendo poco a poco a Jesucristo. Todo por ver esta imagen que se le quedó tan grabada. Santa Teresita tuvo una conversión al ver una mano llagada del Señor en una estampa que sobresalía de un libro. Nosotros también podemos tener un encuentro especial con Jesús al verle clavado en la Cruz.
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