Sexta estación: Verónica enjuga el rostro de Jesús.
Esta capilla pertenece a la congregación llamada de las hermanas pequeñas de Jesús. Son monjas católicas de rito melquita. La capilla corresponde a la época del periodo cruzado. Esta estación se halla aproximadamente a mitad de la calle que sube desde el Tiropeón; está señalada por un fragmento de columna que se encuentra metido en el muro de la izquierda. Se puede apreciar en la fotografía.
La Iglesita se llama de Santa Verónica y está en el lugar donde la santa utilizó su velo para limpiar el rostro de Cristo. Se encuentra en el sitio donde se cree que Verónica vivía en aquel entonces. En 1883, el lugar se pone al cuidado de los Griegos católicos o de rito melquita.
En esta estación hay un conjunto escultórico del siglo XIX en el que se aprecia a la Verónica ofreciéndole el velo al Señor. También dentro de la iglesia se puede visitar la tumba de esta santa. Además está la reliquia de este encuentro: el pañuelo de seda con el que, según la tradición, la Verónica limpió el rostro del Señor, y en el que sus facciones quedaron impresas. Es difícil saber si es el verdadero, pues actualmente existen diferentes iglesias que aseguran conservar el llamado velo del Santo Rostro.
Esta capilla pertenece a la congregación llamada de las hermanas pequeñas de Jesús. Son monjas católicas de rito melquita. La capilla corresponde a la época del periodo cruzado. Esta estación se halla aproximadamente a mitad de la calle que sube desde el Tiropeón; está señalada por un fragmento de columna que se encuentra metido en el muro de la izquierda. Se puede apreciar en la fotografía.
La Iglesita se llama de Santa Verónica y está en el lugar donde la santa utilizó su velo para limpiar el rostro de Cristo. Se encuentra en el sitio donde se cree que Verónica vivía en aquel entonces. En 1883, el lugar se pone al cuidado de los Griegos católicos o de rito melquita.
En esta estación hay un conjunto escultórico del siglo XIX en el que se aprecia a la Verónica ofreciéndole el velo al Señor. También dentro de la iglesia se puede visitar la tumba de esta santa. Además está la reliquia de este encuentro: el pañuelo de seda con el que, según la tradición, la Verónica limpió el rostro del Señor, y en el que sus facciones quedaron impresas. Es difícil saber si es el verdadero, pues actualmente existen diferentes iglesias que aseguran conservar el llamado velo del Santo Rostro.
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