sábado, 26 de julio de 2014

Entrevista al obispo W. Shomalli sobre el conflicto

Recogemos las palabras de la entrevista realizada a monseñor William Shomali, obispo auxiliar de Jerusalén y vicario patriarcal para Palestina.

- Excelencia, ¿qué sucede en Tierra Santa?
- Lo que está sucediendo es una reacción al secuestro y asesinato de los tres jóvenes judíos en Hebrón. El gobierno de Netanyahu ha atribuido este homicidio al partido Hamas y ha reaccionado con una frenética búsqueda de los criminales, con numerosos arrestos también de ex detenidos. Mientras tanto, un joven palestino de Shufat, barrio de Jerusalén, fue secuestrado y quemado vivo por algunos extremistas israelíes. 

»Estos hechos han dado inicio a un círculo vicioso de violencia. El ejército israelí ha golpeado en Gaza las bases de Hamas de la Yihad Islámica. Estas últimas han respondido con el lanzamiento de misiles, llegando a golpear los asentamiento cercanos, así como las ciudades de Haifa, Tel Aviv y Jerusalén. Estos misiles, conocidos por su imprecisión, hacen más ruido y miedo que destrucción. Para los palestinos, sin embargo, el balance es duro: 170 muertos, 1000 heridos y muchas casas destruidas en Gaza y en los territorios palestinos.

-¿Cuál es el origen del conflicto en curso?
- La razón principal es el fracaso de paz del pasado mes de abril. El ministro americano Kerry, después de nueve meses de trabajo intenso no ha conseguido elaborar un cuadro político para los futuros negociadores. Tal derrota ha creado en los corazones de los palestinos desesperación, aumentada después por la continua construcción de nuevos asentamientos israelíes. Estas construcciones son vistas como un casus belli continuo.

»A esto se añade la tensión entre dos pueblos que tienen que ver como el Monte del Templo-Al Aqsa. Aquí la religión forma parte del problema y es una causa agravante.

-¿Cómo explica este progresivo aumento de violencia en Gaza, a pocas semanas de la visita del papa Francisco y sus llamamientos a la paz y la reconciliación?
-La visita del Papa ha suscitado muchas esperanzas, sin embargo ha estado seguida de mucha desilusión. Algo parecido sucedió con la peregrinación de san Juan Pablo II en marzo del 2000: apenas seis meses después de su visita inició la segunda Intifada. En ambos casos, la violencia se ha desencadenado a causa del fracaso de las negociaciones, precedido de las visitas papales; en el primero, después de la caída del Camp David y en el segundo, después de la mediación americana.

»Sobre el encuentro de oración en los Jardines Vaticanos, reitero lo que dijo el Santo Padre en el llamamiento del Ángelus: la oración lleva siempre frutos aunque sea a largo plazo. Como en el caso del olivo, plantado al final del encuentro, cuyo florecer se hace esperar muchos años. Es necesario también reiterar que las palabras del Pontífice durante la "Invocación para la Paz" permanecen válidas en cuanto único camino justo hacia la paz. El Papa ha hecho entender que las negociaciones por sí solas no bastan, como nos enseña la historia, y que es necesario moverse hacia otro horizonte que es la oración.

- En estos conflictos las primer víctimas son sobre todo los jóvenes. En su opinión, ¿en el origen se trata de un problema de educación?
- Es verdad que los jóvenes son víctimas de este conflicto, sin olvidar los niños, frágiles y traumatizados, por los bombardeos y el miedo. Las consecuencias se verán en el futuro, ahora cultivan el odio y el deseo de venganza. El odio ha sido nutrido por una larga historia de violencia donde cada uno culpa al otro. Esta falsa retórica no ayuda. El odio puede ser eliminado solamente a través de la educación en valores de justicia, paz y reconciliación. Pero la educación debe coincidir con pasos concretos, dando a cada parte los propios derechos: a los palestinos dignidad con un estado viable, y a los israelíes una seguridad y un reconocimiento del mundo árabe e islámico.

- Los adultos, frente a estos horrores que afectan a las nuevas generaciones, ¿cómo reaccionan? A menudo son ellos mismos quienes empujan a los jóvenes a combatir...
- Es una paradoja decir que son los jóvenes que salen a la calle espontáneamente y van a los check-point para desafiar a los soldados israelíes, mientras el gobierno palestino no desea tal enfrentamiento con el ejército israelí. Los jóvenes se encuentran inmersos en un círculo vicioso. Es urgente que la comunidad internacional encuentre una solución y la imponga a ambas partes. Todos viven en un círculo infernal, en el cual tanto los adultos como los jóvenes se encuentran atrapados y no saben como salir.

-El resto de la población, sobre todo la cristiana, ¿cómo está reaccionando a todo esto?
-Los cristianos, tanto palestinos como israelíes, sufren como todos los otros habitantes de esta tierra. Temen que la situación empeore y las consecuencias sociales y económicas.Rezan por la paz y en la gran mayoría rechaza la violencia. Es rarísimo verles salir a las plazas y recurrir a la violencia. Son también los más frágiles y débiles frente a la tentación de emigrar.

»Durante la última Intifada muchos jóvenes y familias cristianas dejaron Tierra Santa para buscar en otro lugar una vida más segura y digna. Para ellos es difícil resistir a esta tentación. Para nosotros es difícil convencerles para que no abandonen estos lugares y hacerles entender que vivir aquí es un privilegio y una vocación.

- Ustedes, como Patriarcado latino de Jerusalén, ¿de qué forma tratan de mostrarse cercanos a esta gente que vive en el miedo y bajo bombardeos?
- Estamos cerca con la oración y la ayuda humanitaria que organizamos según nuestras posibilidades. De momento no podemos hacer nada por la gente de Gaza. Cuando terminen las hostilidades iremos a visitarles para estar cerca de ellos y ver cómo ayudarles. De momento nos limitamos a llamar por teléfono cada día a nuestro párroco de Gaza para pedir las últimas noticias.

-En su opinión, ¿hay esperanza de que esta tempestad de violencia y muerte pueda parar, o como muchos temen, es inminente la explosión de una tercera Intifada?
- Es cierto que ni el gobierno palestino ni el gobierno israelí quieren una tercera Intifada. Ninguno saldría victorioso. Las consecuencias son duras para todos. Un ejemplo: los peregrinos han comenzado a cancelar reservas. Sabemos por experiencia lo difícil que es retomar el flujo del turismo después de un conflicto. Rezamos al Señor para que estos enfrentamiento cesen rápidamente.

sábado, 19 de julio de 2014

Carta enviada por el párroco de Gaza


padre Jorge Hernández párroco de Gaza
Pido con esta entrada oraciones por la paz en Tierra Santa. Me uno a la petición del Papa por esta intención.

El santo padre Francisco este domingo después de rezar la oración del ángelus desde su estudio que da a la plaza de San Pedro, hizo un apremiante llamado a la oración por la paz en Tierra Santa y pidió a todos aquellos que tienen responsabilidades locales o internacionales que rompan la espiral de violencia y pidan a Dios el coraje de decir 'nunca más a la guerra'.

Copiamos a continuación la carta enviada hace unos días por mi amigo, el padre Jorge Hernández, párroco de Gaza, pidiendo oraciones por el fin de la guerra.

"Son ya cinco días de la operación “margen protectora” sobre la franja de Gaza. El ruido de los aviones, estallidos, sirenas de ambulancias, son ya parte de la vida cotidiana.

En el día de ayer notamos una intensidad en los bombardeos de aire, tierra y mar. Como también constatamos, la persistencia en los lanzamientos de cohetes desde aquí.

También constatamos el llamado hecho a los habitantes de la zona de Bet Hanun y Bet Lahia de evacuar de modo inmediato sus viviendas. Y entonces nosotros preguntamos con esta gente: ¿A dónde ir? Gaza es pequeña. Todo está cerca. No hay un lugar seguro, neutral, reservado al refugio de la gente. Entonces, ¿A dónde ir?

El perfil habitual de la guerra aquí, ha sido ya asimilado por la población: aviones, explosiones, destrucción y muerte. Inclusive la gente pronosticaba, y desde hace ya tiempo, una posible arremetida bélica que duraría bastante. Predicciones ciertas de la sabiduría popular.

Lo único que desestabilizó las tales predicciones fue encontrarse delante de una resistencia en mayor escala y mejor preparadas de parte de la autoridad local, respecto de las precedentes. Que Hamas haya llegado a Tel Aviv y Jerusalén, no es cosa de poca monta.

También existe el fundado temor de una reacción al interno de la franja, en contra de los cristianos. No sería una cosa extraña viendo el modus operandi en otros lugares.

Por eso es admirable constatar la resignación de la gente. No es la primera vez. No será la última. Ninguna novedad al respecto. Confiados solo a las manos de Dios.

Cuanto habrá que soportar, solo Dios puede saberlo. Por lo pronto nosotros estamos bien, seguros y serenos.

Pedimos oraciones por el fin de esta locura.

In Domino."

P. Jorge Hernández

sábado, 12 de julio de 2014

Mezquita de Al-Aqsa

Estamos en los días de Ramadán, y quería hablar de las dos mezquitas más importantes de Jerusalén. Después de casi 8 años en Tierra Santa, el otro día -gracias a un amigo- pude visitar las mezquitas de Al-Aqsa, y de la Roca.

La mezquita de Al-Aqsa (en árabe, المسجد الاقصى, Al-Masyid Al-Aqsa) es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Masjid al-Aqsa se traduce del árabe al español como «la mezquita lejana», el cual se refiere al capítulo del Corán llamado «El Viaje nocturno» que dice: Mahoma viaja de La Meca a la «mezquita más lejana» "

La tradición musulmana establece que el profeta Mahoma subió al cielo desde la explanada el 621, esto supone que la mezquita es el tercer lugar más importante para el islám.

Al-Aqsa fue construida por la Dinastía de los Omeyas y finalizada en 710. Existen pruebas que confirman que la mezquita fue construida sobre las ruinas originales del Templo de Salomón. La estructura fue destruida debido a sucesivos terremotos, y reconstruida al menos cinco veces. La última gran reconstrucción fue en 1035.

Al-Aqsa es la mezquita más grande de Jerusalén; puede albergar a 5.000 personas dentro y alrededor de la mezquita. Está construida siguiendo unos patrones de estilos arquitectónicos. En tiempos del Reino Cruzado de Jerusalén, la mezquita se usó como palacio y se le llamó el Templo de Salomón, debido a que se cree que fue edificada en el mismo lugar donde estuvo dicho templo.

El interior de la mezquita Al-Aqsa está compuesto de siete naves, que datan en su mayoría del siglo veinte. La que está ubicada en la parte oriental fue reconstruida en la primera mitad del siglo veinte. Allí también se pueden ver partes más antiguas como el mihrab en la parte sur, que es del siglo decimosegundo, y los mosaicos de los arcos de la nave central y del domo, que datan de principios del siglo decimoprimero.

En muchas ocasiones ha sido objetivo de ataques extremistas, pero la mayoría de los intentos han sido frustrados por los servicios de seguridad israelíes. Parte del muro exterior que rodea a la mezquita es el Muro de las lamentaciones, venerado por los judíos, este es un «punto caliente» donde se producen a veces enfrentamientos, como el de algunos musulmanes que han arrojado piedras sobre judíos que rezaban en el muro.

Una facción judía denominada Los fieles del Monte del Templo, tiene planes de reconstruir el templo de Jerusalén en este lugar, en consecuencia, provocando la destrucción de la mezquita. Un grupo de judíos extremistas pertenecientes a este movimiento, han llegado a cometer actos vandálicos como en 1999, cuando intentaron invadir la mezquita, pero fueron expulsados por palestinos; sin embargo, la policía y guardias de frontera israelí intervinieron en el hecho, agrediendo a los palestinos quienes resultaron heridos.

Después, en el año 2000 entró Ariel Sharón, y se produjeron disturbios que dieron lugar a las segunda intifada, a la que se llamó por eso, intifada de Al-Aqsa.

sábado, 5 de julio de 2014

Jerusalén: en la intimidad del Cenáculo IV

En la planta baja se conserva parte del claustro del convento franciscano del siglo XIV. En la imagen se aprecian, en el primer piso, las tres ventanas del Cenáculo. Firma: Alfred Driessen.
Cuando los cruzados llegaron a Tierra Santa, en el siglo XII, reconstruyeron la basílica y la llamaron Santa María del Monte Sión. En la nave sur de la iglesia estaba el Cenáculo, que seguía teniendo dos pisos, cada uno dividido en dos capillas: en el superior, las dedicadas a la institución de la Eucaristía y la venida del Espíritu Santo; y en el inferior, las del lavatorio de los pies y las apariciones de Jesús resucitado. En esta planta se colocó un cenotafio —monumento funerario en el que no está el cadáver del personaje al que se dedica— en honor de David. Reconquistada la Ciudad Santa por Saladino en 1187, la basílica no sufrió daños, e incluso se permitieron las peregrinaciones y el culto. Sin embargo, esta situación no duró mucho: en 1244, la iglesia fue definitivamente destruida y solo se salvó el Cenáculo, cuyos restos han llegado hasta nosotros.




La sala gótica actual data del siglo XIV y se debe a la restauración realizada por los franciscanos, sus dueños legítimos desde 1342. Los frailes se habían hecho cargo del santuario siete años antes y habían edificado un convento junto al lado sur. En la fecha citada, por bula papal, quedó constituida la Custodia de Tierra Santa y les fue cedida la propiedad del Santo Sepulcro y el Cenáculo por los reyes de Nápoles, que a su vez la habían adquirido al Sultán de Egipto. No sin dificultades, los franciscanos habitaron en Sión durante más de dos siglos, hasta que fueron expulsados por la autoridad turca en 1551. Ya antes, en 1524, les había sido usurpado el Cenáculo, que quedó convertido en mezquita con el argumento de que allí se encontraría enterrado el rey David, considerado profeta por los musulmanes. Así permaneció hasta 1948, cuando pasó a manos del estado de Israel, que lo administra todavía.

Se accede al Cenáculo a través de un edificio anexo, subiendo unas escaleras interiores y atravesando una terraza a cielo abierto. Se trata de una sala de unos 15 metros de largo y 10 de ancho, prácticamente vacía de adornos y mobiliario. Varias pilastras en las paredes y dos columnas en el centro, con capiteles antiguos reutilizados, sostienen un techo abovedado. En las claves quedan restos de relieves con figuras de animales; en particular, se reconoce un cordero. 


En una de las claves son visibles los restos de un cordero. Firma: Alfred Driessen.Algunos añadidos son evidentes, como la construcción hecha en 1920 para la plegaria islámica en la pared central, que tapa una de las tres ventanas, o un baldaquino de época turca sobre la escalera que lleva al nivel inferior; este dosel se apoya en una columnita cuyo capitel es cristiano, pues está adornado con el motivo eucarístico del pelícano que alimenta a sus crías. La pared de la izquierda conserva partes que se remontan a la era bizantina; a través de una escalera y una puerta, se sube a la pequeña sala donde se recuerda la venida del Espíritu Santo. En el lado opuesto a la entrada, hay una salida hacia otra terraza, que comunica a su vez con la azotea y se asoma al claustro del convento franciscano del siglo XIV.

En la actualidad no es posible el culto en el Cenáculo. Solamente el beato Juan Pablo II gozó del privilegio de celebrar la Santa Misa en esta sala, el 23 de marzo de 2000. Cuando Benedicto XVI viajó a Tierra Santa en mayo de 2009, rezó allí el Regina coeli junto con los Ordinarios del país. Debido a la existencia del cenotafio en honor de David, que se veneraba como la tumba del rey bíblico, muchos judíos acuden al nivel inferior para rezar ante ese monumento.

La presencia cristiana en el monte Sión pervive en la basílica de la Dormición de la Virgen —que incluye una abadía benedictina— y el convento de San Francisco. La primera fue construida en 1910 sobre unos terrenos que obtuvo Guillermo II, emperador de Alemania; la cúpula del santuario, con un tambor muy esbelto, se distingue desde muchos puntos de la ciudad. En el convento franciscano, fundado en 1936, se encuentra el Cenacolino o iglesia del Cenáculo, el lugar de culto más cercano a la sala de la Última Cena.