sábado, 26 de agosto de 2017

La roca del lugar de la Ascensión

Fray Antonio del Castillo, OFM, Comisario general de Jerusalén en los Reinos de España y Guardián de Belén señala en su libro “El devoto peregrino y viaje de Tierra Santa” (1656), al hablar de la Puerta Dorada de la muralla jerosolimitana escribe: “Sobre esta puerta hay dos capillas en las cuales dicen los turcos han de estar Cristo y Mahoma el día del Juicio, cuando vengan a juzgar el mundo, más dan la mano derecha a Mahoma” [o sea, que es Mahoma el juez superior]. El dato es de interés y hay que asociarlo, en mi opinión, a la tradición oral otomana que comenta posteriormente al hablar de la capilla de la Ascensión y que paso a transcribir.

“En lo más alto del monte está el lugar desde el cual Cristo subió a los cielos a vista de su Padre y los Discípulos, como cuenta San Lucas y el cap. I de los Actos de los Apóstoles. Aquí había una Iglesia muy grande, la cual está toda destruida, vence las paredes como dos estados en alto: su forma y hechura era ochavada. Dentro de esta Iglesia hay otra capilla, también ochavada, su capacidad no es grande: cabrán doce o catorce personas. En medio de esta capilla está la piedra, sobre la cual estaba Cristo Señor nuestro cuando subió al cielo y dejó sus Divinas Plantas estampadas en ella.

Hoy día no se ve más que una, y es la del pie izquierdo, porque la del derecho se la han llevado los turcos al Templo de Salomón, habiendo para esto cortado la piedra.

Lo curioso es que entre los templetes que hay cerca del Domo de la Roca en la Explanada de las Mezquitas hay uno muy parecido exteriormente al del Monte de los Olivos y que, curiosamente, se le conoce como “Qubbat al-Miraj”, esto es, “Cúpula de la Ascensión”. Es igualmente octogonal, románico, y se dice que en aquel solar oró Mahoma antes de su ascensión celeste desde la piedra que cubre el Domo de la Roca.

Los templarios y cruzados utilizaron dicho templete como baptisterio y luego como iglesia, remontándose a su época la hornacina existente sobre la cúpula. ¿Quisieron los cruzados o templarios rememorar con esta Cúpula de la Ascensión el templete homónimo del Monte de los Olivos para sacralizar más toda esta zona como microcosmos sacro de Jerusalén..?

Por su parte Domingo Badía Leblich (Ali Bey) estuvo en Jerusalén en julio de 1807 y, disfrazado de musulmán, entró en el Domo de la Roca, y narra que la huella del pie derecho corresponde a Mahoma pero recoge otra tradición distinta a la de fray Antonio del Castillo: “En el momento de apoyarse el Profeta en la ‘Sàharara’ [la piedra central del Domo], la roca, sensible a la dicha de llevar tan santo peso, se bajó y como cera blanda recibió la estampa de su sagrado pie en su parte superior, hacia el borde del suroeste. Después han cubierto dicha huella con una especie de caja grande de hilo de metal dorado, trabajada de modo que no se ve la huella a causa de la oscuridad interior, mas a beneficio de una abertura practicada en la caja, se puede tocar la huella con la mano y se santifica uno pasando la misma mano por la cara y barba; prueba manifiesta de ser aquélla la estampa del pie del mayor de los profetas”.

Algo parecido contaba el obispo galo Arculfo respecto a las huellas de Cristo en Imbomón: El cilindro de bronce que protegía las “icnitas” de las pisadas de Cristo tenía una abertura “y a través del agujero abierto en él puede tomar el peregrino con sus manos extendidas alguna partículas del polvo sagrado”. Con el paso de los siglos la forma del pie izquierdo de la Ascensión está tan deteriorada por los besos, contactos de manos, rosarios y otros objetos, que está desfigurada plenamente la silueta.

Chateaubriand, en 1806, lo explica así: “Todos los viajeros han hablado de las huellas del Salvador, que todavía se conservan impresas en la peña. Actualmente no hay más que la del pie izquierdo, bien porque la otra se borró, bien porque la quitaron los musulmanes para colocarla en la mezquita de Omar [Domo de la Roca], lo cual me parece menos probable. Los fieles que vienen a adorar a Jesucristo en el sitio en que estuvieron sus pies, besan con fervor los últimos restos que dejó en la tierra hasta que vuelva al mismo sitio para juzgar a los hombres…

Después de tantos siglos sólo han visto una huella que todavía se reconoce, pero que ha sido desfigurada por la piedad de los fieles”. En 1828, Pedro María de Olive, traductor de Chateaubriand, aclaraba al respecto. “La piedra ha sido gastada en parte por el roce de los rosarios, de los anillos y de las medallas de los peregrinos”.

sábado, 19 de agosto de 2017

La Ascensión del Señor: orígenes de la capilla

La tradición cristiana piadosa plasmada por Eusebio de Cesárea dice que Santa Elena (247-329), la madre del emperador Constantino, mandó edificar en Jerusalén el Santo Sepulcro y la iglesia Eleona (“Ecclesia in Eleona” =en olivar) en el Monte de los Olivos tras su visita hacia el año 327 (al parecer realmente se construyó hacia el año 333 por mandato de Constantino. Medio siglo después la rica y piadosa matrona romana, Pomenia, cerca de Eleona patrocinó hacia el 378 la construcción de la iglesia de Imbomon (“Imbomon” =en la colina) dedicada a la Ascensión.

Y si en el Santo Sepulcro había una basílica adosada a la Anástasis dentro de una rotonda, en el Monte de los Olivos la basílica, un poquito apartada de La Ascensión era Eleona (de tres plantas y ábside sobre una gruta), y la planta circular correspondía a Imbomon. “Martyrium” y “Domus ecclesiae”, por tanto, para dos funciones religiosas y litúrgicas distintas. El mismo modelo se llevó a cabo en la iglesia de la Natividad de Belén (ca. 326 d.c), solo que allí la cabecera era un octógono y la iglesia tenía cinco naves.

Arculfo de Perigueux, obispo franco proveniente de Dordoña viajó a Palestina entre los años 679 y 682 y visitó los Santos Lugares de Jerusalén. En lo alto del Monte de los Olivos describió una iglesia circular abierto al cielo y con tres pórticos en el sur.

Dentro había un edículo (“un cilindro de bronce hueco de circunferencia grande”) que contenía las huellas de Cristo rodeadas de polvo que podían recoger los peregrinos cual reliquia ("la zona no percibe ninguna pérdida, y la tierra aún conserva la misma apariencia de estar marcada por la huella de pasos").

Arculfo testimonia que el interior de la iglesia, sin techo o bóveda, se encuentra abierto al cielo, y que tenía en su lado este un altar. “Así que de esta manera el interior no tiene bóveda con el fin de que desde el lugar donde las huellas divinas se vio por última vez, cuando el Señor fue llevado al cielo en una nube, ese hueco pueda estar siempre abierto y libre a los ojos de los que rezan al cielo”. Asimismo nos dice que había ocho lámparas dentro de La Ascensión.

Los persas de Cosroes destruyeron Imbomon, al igual que la mayoría de las iglesias de Jerusalén en el año 614, y el patriarca Modesto la reconstruiría. En 1152 los cruzados levantan una nueva iglesia de la Ascensión, esta vez octogonal y, en su centro, un templete igualmente octogonal en el que se encuentra la huella del pie esculpido en la roca.

El edículo es el que subsiste hoy día pero hay que tener en cuenta que los cruzados sólo alzaron el cuerpo principal con sus ocho columnas de mármol con capiteles finamente labrados probablemente de filiación borgoñesa. Los musulmanes superpusieron el tambor octogonal y cúpula de piedra, y quizás incluso tapiaron el cuerpo ochavado pues algunos opinan que los cristianos no colocaron los ocho lienzos. La puerta de acceso está al oeste.

Saladino conquista Jerusalén en 1187 y convierte el lugar en mezquita en 1198. Es durante el mandato de Saladino cuando se supone que se cierra el templete y se incorpora un mihrab en el interior. Y consiente que los cristianos oficien sus ritos en el día de la Ascensión, lo que sigue sucediendo hoy día pues el enclave continúa en posesión del “Waqf” Islámico de Jerusalén, siendo la única mezquita en la que se permiten rezos cristianos aunque sólo sea durante un día. El culto en este lugar ya está testimoniado por la peregrina gallega Egeria en el año 382.

Para que los cristianos pudieran visitar el edículo, Saladino optó por edificar una mezquita anexa en 1200. El edificio románico de la Ascensión quedó en ruinas a finales del siglo XV, y junto al muro este se construyeron casas y hasta establos. Se alzó una muralla octogonal que persiste hoy día.

En el interior del templete sigue estando el mihrab apuntado a La Meca y en el suelo se encuentra enmarcada una losa de piedra grabada con la huella del pie izquierdo de Cristo. La huella del otro pie se llevó al Domo de la Roca, según algunos peregrinos e historiadores.

sábado, 12 de agosto de 2017

Tierra Santa: el "boom" de los peregrinos chinos

Resultado de imagen de peregrinos chinos en tierra santaSegún las estadísticas israelíes, los peregrinos chinos ya han superado a los italianos. La Custodia de la Tierra Santa está llamando a religiosos del oriente para que los acompañen.

Sucede cada vez más a menudo por las estrechas calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén, y ahora incluso lo confirman las estadísticas: los católicos chinos ya no son solo el rostro nuevo de los peregrinajes a la Tierra Santa, sino que se han convertido en una de las presencias numéricamente más significativas. Los datos oficiales sobre los primeros cuatro meses de 2017 indican un dato importante: de enero a abril, los visitantes que viajaron a Israel desde China (38.300) fueron más de los que viajaron desde Italia (31.600, número mayor al que se verificó en el mismo periodo del año pasado). 

En conjunto, los chinos se han convertido en la séptima nacionalidad de origen de todos los turistas que viajan a Israel y, sobre todo, aumentan vertiginosamente cada vez más: con respecto al año anterior se registró un 108% más de llegadas desde China, y se trata de una tendencia que continúa con estos ritmos desde hace ya algunos años. Claro, los datos ofrecidos por la Oficina central de estadística israelí se refieren a los turistas en conjunto. Y también es cierto que el aumento de la presencia de viajeros chinos es un fenómeno que se verifica en todo el mercado internacional del turismo. Pero también la "Franciscans Pilgrims Office" (que se ocupa específicamente de los peregrinajes) confirma el marco general: cada año, el número de grupos de chinos que pasan por los Santuarios de Jerusalén se duplica. 

Resultado de imagen de chinese tourism in holy landJustamente por este motivo la Custodia de la Tierra Santa está trabajando para ofrecer una asistencia pastoral específica a estas personas. Lo narra el último número de la revista bimestral "L’Eco di Terra Santa", que ha reunido los testimonios de algunos frailes chinos que acogen a los peregrinos. Por ejemplo fray Johannes: hace algunos años estudió en el "Studium Biblicum Franciscanum" y en febrero de 2016 fue llamado para que se instalara en la Tierra Santa. También trazó un perfil de los peregrinos chinos que encuentra por Jerusalén: la mayor parte tienen más de 50 años, con poco conocimiento de lenguas extranjeras, en muchos casos se trata su primer viaje al extranjero. «Por diferentes motivos —explicó a la revista de los franciscanos— en China no es posible inscribirse en una lista a la salida de la iglesia para inscribirse a un peregrinaje. Al contrario, los grupos se organizan de manera muy discreta, de boca en boca». 

La ambigüedad entre el viaje turístico y el peregrinaje en algunos casos crea dificultades. «La mayor parte de las veces —dice en el artículo fray Lionel, otro franciscano de la Custodia oriundo de Singapur— estos peregrinajes son guiados por mujeres chinas casadas con israelíes. No tienen ningún conocimiento de la fe cristiana y organizan las estancias como si fuera un viaje cualquiera. Una vez hablé con un señor de 80 años: había pasado 20 en la cárcel debido a su fe, e invirtió todos sus ahorros en este viaje. La guía nunca dejaba que el grupo tuviera tiempo para rezar en las iglesias: después de las explicaciones y de las fotografías, se veían obligados a partir inmediatamente hacia el siguiente lugar. Este hombre tuvo que ponerse necio y “luchar” para poder recitar el rosario en los santuarios». 

Justamente a partir de historias como estas nació dentro de la Custodia la urgencia de ocuparse más de la acogida de grupos de peregrinos que llegan desde el Oriente. Entre las iniciativas adoptadas están la «creación de becas de estudio destinadas a religiosos chinos para promover sus estudios en el “Studium Biblicum Franciscanum” —explicó a “L’Eco di Terra Santa”— y la invitación a nuestros hermanos de otras Provincias para que presten servicio en Jerusalén». Pero también nació una idea más ambiciosa, que, gracias al apoyo de la Misión Pontificia, de las Hijas de la Caridad de San Vincenzo de’ Paoli y a las ofrendas de muchos chinos de todo el mundo, está cobrando vida: abrir en Jerusalén una comunidad de religiosas chinas al servicio de los peregrinos. Como enviada de vanguardia, ya se encuentra desde hace algunos meses en la Ciudad Santa sor Anne, una monja china que ya vivió este mismo ministerio en Lourdes. «Las costumbres y las tradiciones en China son muy diferentes de las occidentales o de las del Medio Oriente —dijo a “L’Eco di Terra Santa”. Mi objetivo es unir ambas cosas: que la Biblia se vuelva algo vivo para estas personas y que su estancia aquí las renueve en la fe. Es una oportunidad de catequesis extraordinaria». 

sábado, 5 de agosto de 2017

La tumba de Zacarías

Resultado de imagen de tumba de zacarias. JerusalenEl profeta Zacarías tiene su tumba en el otro lado de la tumba de Absalón. Es la única estructura piramidal con la parte superior en el valle. Herman señaló que, a diferencia de la tumba de Absalón, la tumba de Zacarías está tallada en roca de la ladera y, sin embargo, totalmente alejada de la ladera de la montaña.

Más de 10 metros de altura, que data, como la Columna de Absalón, a la época del Segundo Templo con una preciosa fachada cubierta por pilares iónicos. Sólo la parte delantera está cuidadosamente cincelada: quien erigió este templo no encontró que valía la pena tomarse la molestia de seguir el hermoso trabajo en su parte posterior y los lados.

Los judíos reverenciaron a Zacarías que a lo largo de los siglos, que pidió ser enterrado lo más cerca posible al Templo. En un momento los judíos de Jerusalén ofrecieron elogios aquí y llegaban a la tumba de Zacarías para llorar la destrucción del Templo.

Un año Jerusalem sufrió de una terrible sequía. La leyenda cuenta que los árabes de la ciudad oraron a Dios, pero la lluvia no cayó. A continuación, enviaron una delegación a los habitantes judíos de Jerusalén, advirtiéndoles que si no podían hacer llover, que estarían en problemas muy profundos.

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De acuerdo con esta historia tantas veces repetida, los judíos en su tercer día hicieron una peregrinación a la tumba de Zacarías. Arrojándose en el suelo junto a la tumba oraban, luego caminó alrededor de ella siete veces mientras canta salmos. Por la tarde el cielo estaba negro. La fuerte lluvia, acompañada de truenos y relámpagos, cayó sobre la Ciudad Santa. Los judíos se salvaron, cisternas de la ciudad llenos de agua, y se reafirmó la santidad de la tumba de Zacarías.

Detrás de la capilla, el graffiti estaba rayado en las paredes por los miembros de la familia de judíos que fueron enterrados junto a la tumba de Zacarías, pero cuyas tumbas se perdieron cuando Allegro recibió la autorización de distancia. Sin embargo, dos lápidas han sido recientemente restauradas y se encuentran allí.

Sólo a unos pocos metros de la tumba de Zacarías, una puerta conduce a un complejo grande de enterramiento con varias cámaras interiores. Una antigua inscripción hebrea apenas legible, que se encuentra en el exterior del complejo, cuenta que los seis hijos de la familia sacerdotal Hezir están enterrados dentro. Y no es cualquier familia sacerdotal, ya que dice Herman: uno de los Rollos del Mar Muerto menciona que el Hezir actuaba en el templo en Yom Kipur.

Ariel Masovetzky