sábado, 30 de julio de 2011

La Asunción de la Virgen en Jerusalén I

Mi intención con las entradas de estas semanas es la de preparar la solemnidad del 15 de agosto hablando de los lugares Santos de Jerusalén donde, según la tradición, se venera a la Virgen en el momento de ser llevada en cuerpo y alma a los cielos. Por testimonios muy antiguos, de los primeros siglos, podemos saber que ese sitio se encuentra donde se venera el actual lugar del Cenáculo, y que es de igual modo donde antiguamente estaba situada la iglesia de Santa María del Monte Sión. Aquí se encontraba originalmente, según la tradición, la casa de san Marcos. En este lugar también tuvo lugar la última Cena, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen, y es el sitio desde dónde, según dice la tradición, Nuestra Madre la Virgen María marchó al cielo mientras estaba acompañada de los discípulos.
Cuando Adriano visitó Jerusalén en el año 130 afirmó que la única parte de la ciudad que no estaba en ruinas consistía en algunas casas y una pequeña iglesia en Sión. Con Epifanio esta pequeña iglesia fue reemplazada por un largo edificio. Eso debió suceder después del año 336, pues no aparece en el plan de construcciones del emperador Constantino. Otra fuente atribuye el alargamiento de esta iglesia en el monte Sión al emperador Teodosio (379-385). La famosa peregrina Egeria afirma haberla visto alrededor del año 384. Se volvió a reedificar posteriormente por el obispo Juan de Jerusalén, entre el 387 y el 417. Se consideraba un gran templo, la madre de todas las iglesias. Una tradición del siglo V y VI dice que en esta casa vivió la Virgen con el apóstol Juan hasta que María terminó su vida terrena. Esta iglesia fue quemada por los persas en el 614. En cuanto pasaron los persas el Abad Modestus la restauró. Tenía forma rectangular y en ella se podían señalar varias partes: en el lado noroeste la columna de la flagelación, en el sudeste el lugar de la última Cena, en el sudoeste el lugar de la venida del Espíritu Santo, y en el noreste el lugar donde la Virgen murió. San Willibald, que visitó la iglesia en el año 724 o 725, dice que vio el lugar desde donde la Virgen partió de esta vida. También pudo ver una columna que estaba enfrente de la puerta que conduce a Siloan, que marcaba el lugar donde los judíos intentaron hacerse con su cuerpo mientras los apóstoles la trasladaban para ser enterrada en el valle de Josafat. Epifanio, que vivió entre el 639 y 689, también asegura que esa habitación alta era el lugar desde donde los apóstoles trasladaron el cuerpo sin vida de la Virgen María.

sábado, 23 de julio de 2011

Sephoris

"Sephoris actualmente es un Parque Nacional que contiene las ruinas de la antigua capital Galilea. El interés de esta antigua población radica en que al estar cercana a Nazaret allí debió de trabajar san José y Jesús de joven. Había muchos restos de construcciones, entre las que destacaba una calle enlosada recta bordeada de columnas que debió de ser la calle principal, y al fondo, un montículo arbolado donde estaba el resto de la ciudad. Tendría unos 40.000 habitantes. Se ha encontrado entre otras cosas: un teatro romano, la ciudadela, y templos dedicados a dioses paganos. Constaba la ciudad del palacio donde residía Herodes Antipas, mercados y numerosas tiendas.
Esta ciudad quedó totalmente arrasada por las fuerzas de Gayo, lugarteniente del legado romano Quintilio Varo, en el año 4 a. d. C., como consecuencia de una sublevación. Fue reedificada posteriormente por Herodes Antipas y amurallada. Le cambió el nombre por Autocrátoris. Era una ciudad muy pagana. Últimamente fue completamente destruida en la guerra árabe-israelí del siglo XX. Solamente permaneció en pie el orfanato de las religiosas de santa Ana.
La ciudad era profundamente helenista, como se puede observar por los restos de la antigua ciudad. Galilea fue conquistada el año 733 a.C. por Tiglatpileser III, asirio. Deportó a los sobrevivientes, y repobló con gentes provenientes de otro lugar asirio. Además de esto, Galilea era paso obligado para pasar de oriente al mar Mediterráneo y de aquí a Egipto. Por lo que, de siempre, la población galilea ha sido fuertemente influida por estos extranjeros y, además, era agrícolamente pujante y con muchas industrias, por lo que atraía a gente en busca de trabajo. De ahí que la población galilea fuese mayoritariamente no judía. Esto era un problema importantísimo para los dirigentes judíos. En tiempos de Alejandro Janeo se adoptó la política de judaizar la región por la fuerza, pero la helenización era tan profunda que no obtuvieron buenos resultados. Desde entonces se comenzó a practicar la política de fomentar la emigración de familias enteras de judíos fervorosos del sur a esta parte, favorecida por el hecho de que era una región rica y con mucha demanda de trabajadores".

Escrito por Carlos Llorente.

sábado, 16 de julio de 2011

Mujeres judías en la época del Señor

Como hoy es la Virgen del Carmen, he pensado escribir algo sobre la Virgen. Se me ocurría escribir acerca de cómo viviría María, repasando algunas de las costumbres que tenían las mujeres judías en la época. Para ello me he servido de unos apuntes que me pasó para revisar Carlos Llorente de una novelita que va a publicar sobre Tierra Santa.

"¿Cómo eran las mujeres judías de entonces? ¿Qué costumbres tenían? Es bonito imaginar que la Virgen María se comportaría como una más entre ellas.
Explicaremos un poco por encima cuáles eran sus costumbres. Las mujeres judías hablaban solamente en arameo, porque estaba muy mal visto que tuviesen relaciones con personas de otra raza. Sin embargo María hablaría otras lenguas por su estancia en Egipto y, además, hablaría también el griego, por sus visitas a la ciudad cercana de Sépphoris, que estaba muy helenizada. Desde niñas se las educaba en la religión judía. Esta instrucción era inculcada en el seno familiar por las costumbres que observaban y también en la escuela de la sinagoga, donde les enseñaban a leer y aprenderse de memoria las escrituras. Debían cumplir con la ley de Moisés.
Antes de la puesta del sol de los viernes se preparaban para celebrar el Shabbat. Para ello barrían y limpiaban la casa, mudaban la ropa de la cama y de la mesa. Se purificaban lavándose en una tinaja en casa. Se ponían el mejor vestido. Por la noche celebraban el Shabbat en una cena familiar con todos sus hijos y familiares próximos. Al día siguiente, como les estaba prohibido trabajar, comían de lo que les sobraba la noche anterior. Así se ha hecho siempre. Esta fiesta servía para reunir a los familiares periódicamente y trasmitir la tradición judaica.
Respecto a sus costumbres religiosas viajaban a Jerusalén tres veces al año con motivo de las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos, y permanecían una semana allí. Rezaban mañana y tarde largas oraciones. Las más fervorosas ayunaban a pan y agua dos veces a la semana, los días 2º y 5º. También lo hacían los fariseos, como dice el evangelio, pero estos solo lo hacían para que se les viese, no actuaban con sinceridad. Jesús les atacó mucho por este motivo.
Otras costumbres que tenían las mujeres es que estaban obsesionadas con cualquier cosa que rompiese la pureza legal. Por ejemplo tenían que hacer abluciones antes de comer (lavarse las manos). No podían tocar sangre humana, comer carne de cerdo, la carne debía de ser exangüe… Eran las encargadas de lavar a conciencia a sus difuntos, además de cortarles las uñas y de afeitarles el pelo. Se explica por qué la Virgen María estaría dentro del sepulcro arreglando la cabeza martirizada de su Hijo. Las demás mujeres que la acompañaban, Salomé, María de Cleofás y María Magdalena quedaron fuera simplemente porque no cabían dentro del sepulcro.
El trabajo manual era prácticamente obligatorio. No podían estar ociosas en sus casas, tenían que hacer trabajos de hilandería o de costura. El fruto de su trabajo era para el marido.
Lo más apropiado para una mujer era permanecer en casa. Por esto estaba muy mal visto que una mujer judía estuviese sola en la calle. Si salía de casa, debía cubrirse la cabeza con un velo.
Una mujer en casa debía madrugar para preparar en el fuego el pan cada día para que su esposo lo encontrase listo y caliente para comer cuando éste se levantaba. Tenía que ir a la fuente del pueblo a por agua en un cántaro. Debía dar de comer a las bestias que tuviese. Era la responsable de todo lo concerniente al hogar, la comida, el huerto del jardín, comprar en el mercado, la educación de los hijos. Tenían una hospitalidad proverbial, por fraternidad, con sus hermanos judíos y por cuestiones religiosas".
Escrito por Carlos Llorente.

sábado, 9 de julio de 2011

Corozaín, Betsaida y Cafarnaum, ciudades malditas

“Entonces se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que han sido hechos en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. En verdad os digo que para Tiro y Sidón habrá menos rigor en el día del Juicio que para vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿te vas a alzar hasta el cielo? ¡Hasta el infierno vas a descender! Porque si en Sodoma se hubiesen realizado los milagros que se han obrado en ti, subsistiría hasta hoy. En verdad os digo que para la tierra de Sodoma habrá menos rigor en el día del Juicio que para ti” (Mt 11. 20-24). El Señor maldijo tres ciudades, y las tres desaparecieron para nunca más volver a existir. De Cafarnaún ya hemos hablado en anteriores entradas. Se pueden visitar las ruinas encontradas por los franciscanos. Pero, ¿qué hay de las ciudades de Corozaín y Betsaida?
Corozaín o Corazín se situaba a tres kilómetros al norte del lago de Genesaret, cerca de las ciudades de Cafarnaún y Betsaida. Eusebio menciona que era una aldea desierta a dos millas de Cafarnaún. Los biblistas suelen identificarla con la ciudad de Karazah o Karaziyyah donde se ha hallado un monumento dentro de las ruinas de una sinagoga.


Betsaida o Betseda (del griego: Βηθσαΐδα, lugar de pesca) es el nombre de dos lugares en Israel mencionados por la Biblia. Herodes Filipos, el tetrarca, la reedificó y le dio el nombre de Julias, en honor de Julia, la hija de Augusto. Plinio y Jerónimo nos dicen que se encontraba al Este del Jordán. Hay dos sitios posibles: al-Tell o Masadiya. (Ambos lugares se encuentran muy cerca uno de otro, pero el segundo está más cerca de la ribera.) Sin embargo, en Mc. 6.45 los discípulos fueron enviados del lado Este del Jordán a Betsaida, hacia Cafarnaum (cf. Jn. 6.17); por ello se ha postulado la existencia de una segunda Betsaida al Oeste del Jordán, localizada tal vez en Ayn al-Tabigha. Se afirma que esta también es Betsaida “de Galilea” (Jn. 12.21), ya que la división política de Galilea puede no haber llegado hasta el Este del Jordán. Pero esto es poco probable.
La Betsaida situada al lado de Cafarnaum sería una modesta aldea, del estilo de Cafarnaúm o incluso más pequeña, y tendría unos 700 a 800 habitantes. Dependería mucho de Cafarnaum que era más grande, y solo separarían a una de otra tres o cuatro kilómetros, lo cual supone unos cuarenta minutos o una hora andando. Quizá. Betsaida no tuviera sinagoga propia y los vecinos acudían a la de Cafarnaúm. Era como una especie de arrabal o suburbio de Cafarnaún, pero que debido a estar situado en una franja costera especialmente fructífera para la pesca, permaneció durante cierto tiempo como centro de población.
Parece que fueron los persas, quienes pusieron fin a esas ciudades o asentamientos. Impresiona cómo -después de esta maldición del Señor- las 3 ciudades desaparecieron, y hasta el día de hoy siguen sin estar habitadas.