sábado, 22 de septiembre de 2018

Antípatris o Afec

Resultado de imagen de AntipatrisLa palabra de Samuel llegó a todo el país. Por entonces salió Israel a la guerra contra los filisteos y acamparon en Ebenézer, mientras los filisteos acamparon en Afec. Los filisteos formaron frente a Israel, la batalla se extendió e Israel fue derrotado por los filisteos. Abatieron en el campo unos cuatro mil hombres de la formación. Cuando la tropa volvió al campamento, dijeron los ancianos de Israel: « ¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor frente a los filisteos? Traigamos de Siló el Arca de la Alianza del Señor. Que venga entre nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos». El pueblo envió gente a Siló para que trajeran de allí el Arca de la Alianza del Señor del universo, que se sienta sobre querubines. Allí, junto al Arca de la Alianza de Dios, se encontraban Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí. Cuando el Arca de la Alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel prorrumpió en un gran alarido y la tierra se estremeció. Los filisteos oyeron la voz del alarido, y se preguntaron: « ¿Qué es ese gran alarido en el campamento de los hebreos?». Y supieron que el Arca del Señor había llegado al campamento. Los filisteos se sintieron atemorizados y dijeron: «Dios ha venido al campamento». Después gritaron: «¡Ay de nosotros!, nada parecido nos había ocurrido antes. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos poderosos dioses? Estos son los dioses que golpearon a Egipto con todo tipo de plagas en el desierto. Filisteos, cobrad fuerzas y portaos como hombres, para que no tengáis que servir a los hebreos, como os han servido a vosotros. Portaos como hombres y luchad». Los filisteos lucharon e Israel fue derrotado. Cada uno huyó a su tienda. Fue una gran derrota: cayeron treinta mil infantes de Israel. El Arca de Dios fue apresada y murieron Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí. (1Sam 4, 1-11).

Afec siempre ha sido una fortaleza estratégica debido a su ubicación geográfica. Se encuentra en el nacimiento del río Jarcón, lo cual causa el bloqueo de tráfico en la costa y obliga a la autopista costera internacional a pasar a través de un estrecho entre el río y las montañas. 

Las dos rutas costeras del sur de Afec son también obligadas a converger aquí y continuar hacia el Monte Carmelo. La naturaleza estratégica de este lugar continuó a través del periodo Turco, y la fortaleza fue construida por el soberano Otomano Suleyman El Magnifico.

En el periodo de bronce final, los egipcios establecieron un puesto para vigilar la autopista. Excavaciones descubrieron un sin número de inscripciones de esta “casa del gobernador.” 

Tiempo después, Afec fue el lugar en donde acamparon los filisteos cuando pelearon contra los israelitas y capturaran el Arca del Pacto de Yahweh (1Sam 4). 

Al final del reino de Saúl, los filisteos se reunieron de nuevo aquí y David no fue autorizado para unirse en la batalla en contra de los israelitas (1Sam 29).

Cuando Herodes el Grande se convirtió en Rey (37-4 a.C.), el reconstruyó Afec y la llamo ciudad de Antípatris en honor a su padre Antipater. Hallazgos arqueológicos han revelado la calle principal de la ciudad con tiendas a ambos lados de la vía. 

Imagen relacionadaDespués que Pablo fuera arrestado en Jerusalén, los romanos sacaron a Pablo de la ciudad para evitar un complot para matarlo (Hch 23). La tropa lo llevo a Antípatris (a medio camino) antes de continuar hasta Cesarea el día siguiente. La ciudad fue destruida en 363 d.C. por un terremoto.

Los cruzados también reconocieron el valor estratégico del área y construyeron un castillo en la colina con vista hacia el sitio antiguo. Este castillo se llamó “Migdal Afec” (Torre de Afec) y fue construido sobre una fortaleza judía del tiempo de la primera revuelta judía (66-70 d.C.). 

El castillo también es conocido como “Mirabel” (vista hermosa). La mayoría de las ruinas que se pueden ver hoy son del periodo turco.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Mosaico que describe a Jesús como "Dios".

El mosaico en homenaje al “Dios Jesucristo” es uno de los primeros registros de la creencia en la divinidad de Cristo de los primeros siglos de la era cristiana. La escritura data del año 230 d.C. El “reconocimiento” de la divinidad de Jesucristo sólo fue oficializado por la Iglesia en el Concilio de Nicea, en el 325d.C.

La pieza fue descubierta en 2005, en la región de la aldea de Othnay, cerca de Megido, en el norte de Israel.

Cancelada por la Autoridad de antigüedades de Israel y la Universidad de Tel Aviv, formaba parte del suelo de lo que se cree que es una iglesia que funcionaba en una casa.

Sólo ahora ella será abierta al Público. Son tres inscripciones en griego, que dicen: “Akeptous, la devota, dedica la mesa a Dios, Jesucristo, como memorial”. Akeptous es el nombre de una mujer que donó su mesa para la celebración de la cena, explican los arqueólogos. El mosaico era como una “placa de homenaje”.

El Dr. Yotam Tepper de la Universidad de Haifa, que encabezó la excavación, explica que el mosaico probablemente era parte de una sala de oración en la casa de una familia cristiana. Como era costumbre en la época, esas casas eran el centro de la comunidad cristiana antes de que los primeros templos cristianos fueran construidos en el siglo IV.

Las imágenes de los peces, uno de los símbolos cristianos más comunes en la Iglesia primitiva, también están presentes en el mosaico. el ‘Icthys (término griego para pez) era usado como un mensaje cifrado en un periodo dónde había persecución creciente. El acrónimo usa las letras iniciales de la frase griega: “Jesucristo, Hijo de Dios, el Salvador”.

Se cree también que el descubrimiento de ese mosaico ayuda a mostrar que, aunque tradicionalmente hostil al culto cristiano, Había tolerancia en aquella aldea situada en un campamento militar romano.

“Aquí, los romanos tenían hasta oficiales cristianos”, dijo Tepper. “La persecución puede haber sido exagerada o acudió más tarde aquí”. Hay indicios de que el donante del mosaico habría sido un centurión romano llamado Gaianus, también llamado “Porophrius, nuestro hermano”. esto confirmaría la tolerancia y hasta la adhesión del soldado en aquella época.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Templo de Herodes III

Imagen relacionadaBajando cinco escalones se pasaba del patio de los sacerdotes al patio de Israel, que rodeaba al primero por tres lados. Al norte y al sur era de cuarenta codos de ancho y al este sólo de once codos. Una galería de diez codos de ancho, sustentada por espléndidas columnas de mármol, corría alrededor de este patio, probablemente también por el lado oeste, y proporcionaba refugio del sol y la lluvia. Sólo se admitía aquí a los hombres y sólo al rey se le permitía sentarse.

Al este de este patio frente a la casa de Dios (12) se alzaba una soberbia puerta, la más hermosa de todas, que según Josefo y la Mishná (Middoth, I, 4) era un regalo de Nicanor, un rico judío de Alejandría. Esta era la Thoura oraia, la porta speciosa (Hechos, 3, 2) donde San Pedro curó al hombre lisiado de nacimiento. Era de cincuenta codos de alto y cuarenta de ancho, y sus puertas de bronce corintio, labradas y cubiertas con planchas de oro y plata, eran tan pesadas que se precisaban veinte hombres para moverla. Josefo añade entre los signos premonitorios de la destrucción del Templo que esta puerta se abrió por sí sola a medianoche hacia el año 30 después de Cristo (Bell. Jud., VI, V, 3).

Desde la Puerta de Nicanor una escalera semicircular de quince escalones descendía al patio de las mujeres, rodeada por una galería al norte, este y sur. Aquí se admitía a las mujeres y se les reservaba sitios al norte y al sur, pero los hombres también frecuentaban este patio y habitualmente lo cruzaban cuando iban al Templo. Aquí había bancos, pues estaba permitido sentarse (cf. Marcos, 12, 41).

A los lados probablemente de la Puerta de Nicanor había trece cajas, con una inscripción que indicaba la finalidad especial de cada una: aceite, madera, vestidos sacerdotales, palomas, etc. Aquí vio Cristo a los ricos y a la pobre viuda depositar sus ofrendas (Lucas, 21, 1). En las cuatro esquinas había cuatro cámaras sin techo, de cuarenta codos en cuadro. Según el Talmud la cámara del noroeste era donde los impuros y leprosos, que se habían curado, se bañaban y eran declarados limpios por los sacerdotes.

En la cámara del noreste los sacerdotes clasificaban la madera; en la del sudoeste se conservaba en bodegas el aceite y el vino; en la del sudeste los que habían cumplido el voto de los Nazaritas afeitaban sus cabezas (Cf. Números, 6, 13 y ss; Hechos, 18, 18). En estas cámaras también estaba permitido lavar, cocinar, etc. Según Middoth, II, 5, había también en este patio cuatro habitaciones donde se alojaban ciertas mujeres.

Resultado de imagen de templo de herodesTres lados del patio interior estaban rodeados por edificios de cuarenta codos de ancho, separados por nueve puertas en forma de torres, cuatro al norte y cuatro al sur, de las cuales sólo dos se abrían al patio de las mujeres, con la puerta oriental. Estas puertas o más bien suntuosos pórticos, eran de 40 codos de alto, ancho y largo.

Una amplia barra dividía la entrada en dos huecos de diez codos de ancho y veinte de alto cada una con hojas de madera recubiertas de planchas de oro y plata. El vestíbulo era de treinta codos por lado y sus seis arcos estaban soportados por dos pilares de doce codos de circunferencia.

A los lados del patio de Israel cinco peldaños conducían al pórtico cuyo vestíbulo estaba provisto de manera similar de diez peldaños o una rampa. Aún había tres puertas dentro del haram esh sherif, la Puerta Dorada, la doble puerta y la triple puerta, construidas según el mismo plan. Entre estas puertas había una serie de cámaras dedicadas a diversos usos.

Al oeste de la segunda puerta del sur estaba el lishkat gazit, sala del Sanedrín (Middoth, II, 5), con una cámara para la instrucción del pueblo, y en el patio de las mujeres estaba el gazophylakion, sala del tesoro (Ant. Jud., XIX, VI, 1). Este vasto edificio descansaba en unos cimientos con un saliente de diez codos formando un deambulatorio, al que se accedía por una escalera de doce o catorce peldaños. Ésta era el het, estaba rodeada por un parapeto de piedra llamado soreg y enfrente de las nueve puertas había pilares con inscripciones en griego y latín notificando a los visitantes que estaba prohibido bajo pena de muerte a los no-judíos acercarse más al Templo. Hace algunos años se encontró en las cercanías del haram esh sherif uno de los pilares con una inscripción griega.

El resto de la vasta plataforma formaba el patio exterior de los gentiles. Estaba pavimentado con amplias losas y rodeado por todos lados por una doble galería formada por dos filas de columnas de veinticinco codos de alto. La que miraba al valle del Cedrón era llamada “Puerta de Salomón” (cf. 1 Crónicas, 9, 18). Seguramente era anterior a Herodes, y Josefo data su origen del mismo Salomón.

Relata que en el año 62 o 64 después de Cristo los 18.000 trabajadores empleados todavía en el adorno del Templo empezaron a no tener trabajo y pidieron demoler la Puerta de Salomón; pero ésta, aunque antigua, era tan hermosa y el coste de reemplazarla habría sido tan grande que el rey Agripa II decidió conservarla y emplear a los trabajadores en pavimentar las calles de la ciudad (Ant. Jud., XX, IX, 7). Tanto si data de los reyes de Judá o sólo de Zorobabel es suficiente para dar una idea de la magnificencia de los dos primeros templos de Jerusalén. En las esquinas de estas galerías había cámaras (pastophoria) para los guardias.

Por el lado de la ciudad la entrada se hacía a través de varias puertas de incomparable belleza, cuatro al oeste de la explanada, dos al sur, una al este y una al norte. En un terraplén inferior en el centro, Herodes erigió la basílica real, un edificio suntuoso dividido en tres naves por cuatro hileras de cuarenta y una columnas corintias. Cada columna era de más de cinco pies de diámetro. Al norte de la explanada construyó dos vastos patios rodeados de puertas que se extendían hasta la escarpadura de la roca de Baris. Estos patios se comunicaban con la Antonia sólo mediante dos escaleras (cf. Hechos, 21, 35).

sábado, 1 de septiembre de 2018

Templo de Herodes II

Imagen relacionadaEl Patio de los Sacerdotes formaba un rectángulo de ciento ochenta y siete codos de este a oeste y ciento treinta y siete codos de norte a sur [Middoth, II, 6 (fig. 3)]. Al oeste estaba la casa de Jehová y al este el altar de los holocaustos. Se subía al santuario por una escalera de doce peldaños, que terminaba en un majestuoso pórtico de cien codos de alto y de igual anchura.

Una puerta sin hojas de veinte codos de ancho y cuarenta de alto conducía a un vestíbulo de once codos de ancho. Según la Mishná esta entrada estaba flanqueada por dos pilares de forma cuadrada formado cada uno por diez cubos que medían cuatro codos de lado. Sobre estos dos pilares descansaba una especie de cornisa formada por cinco vigas de roble, separadas una de otra por piedras cuadradas colocadas en línea con los pilares. Era una reproducción de los arcos triunfales entonces tan comunes en Oriente.

Sobre el inmenso enrejado o verja se extendía una viña de oro, cuyos racimos, según Josefo, eran de la altura de un hombre. Añade que se extendía veinticinco codos de norte a sur y que su altura era de setenta codos sobre el suelo. Tácito (Ann., V, v) también habla de esta viña. Por encima de ella Herodes colocó una colosal águila dorada, el águila romana, lo que disgustó mucho a los judíos (Ant. Jud., XVII, VI, 2-4). El hekal y el debir mantenían sus antiguas dimensiones en longitud y anchura, pero su altura fue aumentada a sesenta codos.

Una puerta de diez codos de ancho y veinte de alto daba acceso al Santo. Las hojas de la puerta eran de madera labrada cubierta con láminas de oro, y la puerta fue además embellecida con una magnífica cortina de lino de tinte babilonio. La cámara ricamente decorada contenía el altar de los perfumes ante la entrada al debir, al norte de la mesa de la proposición y al sur del candelabro de los siete brazos. No estaba tan bien iluminada o aireada como la de Salomón. Solos los sacerdotes entraban en este patio para ofrecer incienso cada noche y cada mañana, para arreglar las lámparas, y para cambiar el sábado los panes de la proposición. Fue junto al altar del incienso donde se apareció el ángel a Zacarías (Lucas, 1, 11).

Resultado de imagen de templo de herodesLa entrada al debir no tenía puertas sino que, como antiguamente, estaba resguardada por una costosa cortina. Según la Mishná (Yoma, V, 1), ningún tabique separaba el hekal del debir, estando éste separado por dos velos colgados a la distancia de un codo uno de otro; pero Josefo distingue entre las dos cámaras dando las dimensiones de cada una. Además, habla sólo de un velo a la entrada del debir, lo que debe significar una puerta. Aún más, la ausencia de separación habría hecho necesaria una cortina de sesenta codos de larga por veinte de ancha, que nunca habría sellado herméticamente el Santo de los Santos.

La afirmación de los rabinos sobre este punto está sujeta a sospecha. No podían ignorar que según los Evangelios (Mateo, 27, 51; Marcos, 15, 38; Lucas, 23, 45), cuando Cristo murió en la cruz el velo del templo se rasgó de arriba abajo. El debir estaba vacío. Sólo el sumo sacerdote entraba en él una vez al año.

Encima del debir y del hekal había un piso de cuarenta codos de alto, de forma que todo el edificio era de la misma altura que el pórtico. A los lados norte, sur y oeste había un edifico dividido en tres pisos, cada uno de veinte codos de alto. El piso bajo y el primer piso tenían trece habitaciones de seis codos de ancho cada una y el piso superior doce. Una puerta se abría al norte desde el vestíbulo a una escalera de caracol de tres codos de diámetro situada en la esquina que formaba el muro de la casa y el saliente del pórtico. Los dos muros que formaban la caja de la escalera eran de cinco codos de espesor. En la esquina frente al sur había una caja similar que estaba pensada para facilitar la salida del agua. La anchura total de la casa, incluyendo las habitaciones laterales, era de cincuenta y cuatro codos y junto al pórtico de setenta codos, y su longitud total, incluyendo el pórtico, era de ciento seis codos, concediendo seis codos de espesor para los muros. La base era diez codos más ancha que las dimensiones dadas arriba.

Veintidós codos al este de la casa estaba el altar de los holocaustos, construido de piedra sin labrar. Los rabinos hablan de un altar de tres pisos, de diez codos de alto y treinta y dos codos a lo largo de los lados de la base y veinticuatro en el centro (Maimónides, "Beth Haberasch", II, 16). Las cifras de Josefo, cincuenta codos a los lados por quince de alto, son obviamente incorrectas. Al norte del altar cuatro filas de argollas estaban fijas al suelo y se usaban cuando se sacrificaba a los animales. A continuación venían ocho mesas de mármol para cortar y lavar la carne de las víctimas, y por encima había ocho columnas con garfios para colgar y desollar a los animales (Middoth III, 5-V, II; Talmud, Shek, VI, 4). Se admitía a los laicos en este patios sólo cuando ofrecían un sacrificio, pues tenían que colocar sus manos en la cabeza de las víctimas. Los cuatro lados del patio estaban rodeados por un parapeto de piedras de un pie y medio de alto.

sábado, 25 de agosto de 2018

Templo de Herodes I

Resultado de imagen de templo de herodesHerodes emprendió la restauración del Templo en su esplendor original y con sus disposiciones tradicionales. Los edificios se demolieron uno tras otro conforme estaban disponibles los materiales para las nuevas estructuras.

Una multitud de sacerdotes se convirtió en albañiles y carpinteros y tomó a su cargo el derribo y reconstrucción del santuario, tarea que fue llevada a cabo en dieciocho meses. Casi 10.000 trabajadores fueron empleados en los otros edificios. Tras ocho años de trabajo (10 antes de Cristo) el nuevo edificio se abrió al culto.

Pero este monumento, que rivalizaba en sus vastas proporciones y magnificencia con las más bellos construcciones de la antigüedad y que sobrepasaba mucho incluso al de Salomón, sólo se acabó en el 62 o 64 después de Cristo (Cf. Juan, 2, 20), estando en esa época aún empleados 18.000 trabajadores (Ant. Jud., XX, IX, 7). Pues Herodes duplicó la plataforma artificial que tenía el Templo de Zorobabel, ampliando los recintos sagrados hacia el sur y especialmente hacia el norte donde las galerías llegaban hasta la roca de Baris y la Antonia (Ant. Jud., XV, xi, 3; Bell. Jud., I, XXI, 1; V, v, 2).

El Templo con sus patios, galerías y pórticos ocupaba todo el emplazamiento actual del haram esh sherif, que mide 1.070 pies por el norte, 1.540 por el este, 920 por el sur y 1.630 por el oeste. El Templo de Herodes constaba de dos patios, uno interior y otro exterior. El primero incluía todos los edificios del Templo propiamente dicho y se dividía en: (1) El Patio de los Sacerdotes, que contenía la casa de Dios y el altar de los holocaustos; (2) el Patio de Israel; y (3) el Patio de las Mujeres. Todo el espacio entre el patio interior y el muro exterior de la plataforma se llamaba Patio de los Gentiles, porque se permitía entrar en él a los no-judíos.

sábado, 18 de agosto de 2018

Templo de Zorobabel

Resultado de imagen de templo de zorobabelEn 537 Sasabasar, nombrado gobernador de Jerusalén por Ciro, rey de Persia, y Zorobabel, un descendiente del Rey Joaquín, volvieron de la cautividad con un vasto número de judíos, provistos de autoridad para reconstruir el Templo de Jerusalén. En el séptimo mes después de su vuelta, el altar de los holocaustos de piedra sin labrar se había colocado sobre los fundamentos del anterior. En el segundo mes del segundo año pusieron la primera piedra del nuevo Templo. Pero la obra se vio dificultada e incluso suspendida por la hostilidad y conspiraciones de los Samaritanos, y el Templo no se acabó hasta 516 (Esdras, 3, 6).

El Templo de Zorobabel era de sesenta codos de ancho y lo mismo de alto (Esdras, 6, 3), siendo éstas las dimensiones interiores. Josefo nos dice (Ant. Jud., XV, xi, 1) que ésta era realmente su altura, pues Herodes recordó al pueblo que la altura del segundo Templo era de sesenta codos menos que la del primero, al ser el Templo de Salomón de ciento veinte codos de alto, según 2 Crónicas, 3, 1. Es difícil decir si la anchura de sesenta codos atribuida al Templo por el decreto de Ciro era en números redondos, o si las cifras se refieren al codo más pequeño entonces en uso, pero importa poco, pues si la anchura fuera realmente sesenta codos reales sólo significaría que las cámaras laterales se habrían ampliado cinco codos por cada lado. El Santo y el Santo de los Santos mantuvieron en el Templo de Zorobabel las dimensiones que tenían en el de Salomón, y permanecieron iguales en el tercer Templo.

Imagen relacionadaSabemos por Esdras (3, 12) y por Ageo (2, 3) que el Templo de Zorobabel era muy inferior al de Salomón. La pobreza del nuevo Templo consistía principalmente en la escasez de su mobiliario. El Arca de la Alianza no había sido recuperada y el debir estaba vacío, pero como era la morada de Dios en la tierra la entrada se ocultó una vez más con un costoso velo. En el Santo había un nuevo altar del incienso y una mesa para los panes de la proposición, pero sólo había un candelabro de siete brazos. Una vez más se acumularon los tesoros, y todo el mobiliario era de nuevo de oro o recubierto con planchas de oro, incluidas las paredes.

En 168 antes de Cristo los metales preciosos que adornaban el Templo suscitaron la codicia de Antíoco Epífanes, quien “se llevó el altar de oro, el candelabro de la luz, y todos los recipientes, la mesa de la proposición, y los vasos de las libaciones, y los frascos, y los pequeños morteros de oro, y el velo, y las coronas, y el adorno dorado que estaba delante del templo, y los rompió todos en pedazos” (1 Macabeos, 1, 23). Judas Macabeo se apresuró a dotar la casa de Dios con nuevo mobiliario.

La mesa de la proposición escapó a la destrucción del Templo por Tito y con otros utensilios sagrados figuró en la procesión triunfal del conquistador en Roma (Bell. Jud., VII, v, 4-6) El patio interior tenía la misma circunferencia que la del primer Templo (Esdras, 6, 4), y según Hecateo, citado por Josefo, el altar de los holocaustos tenía las mismas dimensiones que el de Salomón. La Mishná (Middoth, III,VI) menciona un recipiente móvil sobre ruedas. Josefo (Ant. Jud., XI, IV, 7) relata que Zorobabel había erigido varios pórticos con vestíbulos dentro de los recintos interiores del templo y en 1 Mac., 4, 38,57, hay mención de las cámaras construidas en el patio interior.

Durante las heroicas guerras de los Macabeos con los sirios el Templo tuvo que sufrir muchas vicisitudes. Los muros con sus grandes torres construidas por Judas Macabeo para la protección del Templo (1 Macabeos, 4, 60) fueron destruidos por Antíoco Eupator (1 Macabeos, 6, 62), pero Jonatán y Simón los reconstruyeron enseguida (Ant. Jud., XIII, 5, 11). En el 63 antes de Cristo Pompeyo, tras tomar la ciudad, puso sitio al Templo, para quebrar la última resistencia de los judíos (Ant. Jud., XIV, IV, 4), y nueve años después el procurador Craso lo despojó de sus riquezas (Ant. Jud., XIV, VII,1). Finalmente Herodes, hecho rey de los judíos por el Senado, se vio obligado a tomar la ciudad por asalto y a asediar la fortaleza del Templo (Ant. Jud., XVI, XVI, 2 y s.).

sábado, 11 de agosto de 2018

El templo de Salomón III

Resultado de imagen de templo de salomónDebe tenerse en cuenta que todo el edificio se construyó con hermosa piedra caliza roja y blanca del país, que podía pulirse como el mármol. No podemos creer que un monumento tan suntuoso se construyera sobre la tierra sin cimientos. Además Ezequiel nos dice (12, 8) que descansaba sobre un cimiento de seis codos de alto, que formaba alrededor de él un margen de cinco codos de ancho.

Se accedía al pórtico por una escalera de diez peldaños [Ezequiel, 40, 49 (9)], lo que en la época antigua era siempre más bien alto. En la parte alta de la escalera sobre los cimientos había dos pilares de metal fundido cada uno de dieciocho codos de alto y doce de circunferencia (1 Reyes, 7, 15). Los pilares eran huecos, pero el metal era de cuatro dedos de espesor (Jeremías, 52, 21). Los capiteles que los coronaban eran de cinco codos de alto, y sus partes superiores estaban modeladas en forma de lirios. Estaban ricamente adornadas con redes, guirnaldas, granadas, follaje, etc., pero pese a los detalles proporcionados por la Biblia (1 Reyes, 7, 16-19; 2 Crónicas, 3, 13-17), es muy difícil reconstruirlos en su verdadera forma.

El pilar que estaba a la derecha de la puerta del pórtico se llamaba Jachin, “Él fundará”, y el de la izquierda Booz, “en fortaleza”. No hay mención en el texto de basa o pedestal, pero alguna clase de basamento no habría estado fuera de lugar. Pese a su forma rechoncha estos magníficos pilares recuerdan a los obeliscos ante los pilones de los templos egipcios
Resultado de imagen de templo de salomón

En el hekal, ante la puerta del debir estaba el altar del incienso, un mueble rectangular de madera de cedro, cada lado del cual medía un codo de ancho y dos codos de alto. La madera estaba completamente cubierta de láminas de oro (1 Reyes, 6, 20,22; 7, 48; 1 Crónicas, 28, 18; 2 Crónicas, 4, 19).

En el lado norte estaba la mesa en la que se ponían los panes de la proposición cada Sábado. 1 Reyes, 7, 48, habla de sólo una mesa de oro para estos panes sagrados, mientras que 1 Crónicas, 28, 16 y 2 Crónicas 4, 19 mencionan varias, pero el texto ha sido mutilado por el copista, pues en otras partes (2 Crónicas, 13, 11 y 29, 18) hay similar mención de sólo una. Las diez mesas de 2 Crónicas 4, 8 eran las que tenían los candelabros.

A cada lado de los patios norte y sur había cinco candelabros de oro puro adornados con flores que sostenían lámparas de aceite doradas, probablemente en número de siete. Las despabiladeras, cuencos, cuchillos, morteros, copas, incensarios y otros recipientes eran igualmente todos de oro puro (1 Reyes, 7, 48-50; 2 Crónicas 4, 8-9; 21-22).

El arca de la alianza hecha por Moisés en el desierto, con sus varales, estaba en el debir (1 Reyes, 8, 6). Contenía un recipiente de oro que tenía maná, la vara de Aarón y las dos tablas de la Ley (Hebreos, 9, 4). En los extremos del Arca había dos querubines con las alas extendidas de diez codos de alto, labrados en madera de acebuche y recubiertos de oro. Las alas interiores se juntaban por encima del asiento de la misericordia o cobertura del Arca y las alas exteriores tocaban las paredes.

A los lados norte, sur y oeste del edificio había un patio de unos veinte codos de ancho que se extendía frente a la casa a una distancia de cien codos por cada lado (Ezequiel, 40, 47). Este era el “patio interior” (1 Reyes, 6, 36), también llamado “patio de los sacerdotes” (2 Crónicas 4, 9), porque sólo ellos entraban en él, y sólo se admitía a los laicos en circunstancias excepcionales (cf. 2 Reyes, 12, 12; Jeremías, 35 1 y s. y 36) (10). Estaba rodeado por un muro de tres filas de piedras pulimentadas y una fila de vigas de cedro (1 Reyes, 6, 36), probablemente colocadas de canto en forma de barandilla.

El patio estaba pavimentado con losas de piedra (2 Crónicas, 7, 3) y se entraba en él por tres puertas en los lados norte, sur y este (Jeremías, 38, 14; 52, 24; Ezequiel, 40, 28,32,35), la última era llamada la “puerta del rey” (1 Crónicas, 9, 18). En este patio frente a la entrada del pórtico y a una distancia de veintidós codos estaba el altar de bronce de los holocaustos (1 Reyes 8, 64), que era de veinte codos de largo y ancho y diez codos de alto (2 Crónicas, 4, 1). La subida al mismo se hacía por una rampa que daba al este.

Según Ez., 43, 13 y s., el altar consistía en una base cuadrada que medía veinte codos por lado y un codo de alto, con una zanja alrededor del borde; sobre la base había una ancha sección de dieciocho codos por lado y dos de alto, encima de la cual había una segunda sección de dieciséis codos por lado y cuatro de alto. Finalmente venía el harel, “montaña de Dios”, que medía catorce codos por lado y dos de alto. La parte superior del altar consistía en el ariel, “corazón de Dios”, que tenía en cada esquina un cuerno de un codo de alto, y en una sección de un codo de alto rematada por una corona.

Entre el Templo y el altar, pero algo más hacia el sur, estaba el famoso “mar de bronce fundido”, un recipiente “todo redondo”, de altura de cinco codos y diámetro de diez codos. El borde exterior, que era del espesor de una mano (cuatro dedos) estaba adornado con calabazas. Tenía una capacidad de 2.000 bates (1 Reyes 7, 23-26). (La capacidad debe haber sido duplicada por el copista, pues un bate equivale a 36,4 litros; pero el diámetro interior del recipiente en vez de permitir una capacidad de 72.800 litros apenas permite 36.000). El mar de bronce descansaba sobre doce bueyes, igualmente de bronce, que estaban en cuatro grupos, enfrentando los cuatro puntos cardinales. Este magnífico recipiente se utilizaba por los sacerdotes para lavar sus manos y pies a las horas del sacrificio. Junto a cada una de las alas derecha e izquierda del Templo había dispuestos cinco recipientes de bronce móviles.

Sobre cuatro ruedas de un codo y medio de diámetro había una basa de cuatro codos de ancho y largo y tres de alto; los bordes estaban decorados con figuras de bueyes, leones y querubines. Sobre este vehículo se fijaba un cilindro de un codo y medio de diámetro y un codo de alto, sobre el que se colocaba un recipiente amplio de cuatro codos de diámetro con forma de plato alargado. Cuatro asas sujetas a las cuatro esquinas de la basa sostenían el recipiente (1 Reyes, 7, 27-39). Estos recipientes móviles, cada uno de los cuales tenía una capacidad de cuarenta bates, se utilizaban principalmente para lavar la carne de las víctimas. Recientemente se ha descubierto en Larnaca, Chipre, un recipiente fenicio de bronce que se corresponde en los más mínimos detalles con el descrito en la Biblia.

El patio interior (1 Reyes, 6, 36), también llamado “patio superior” (Jeremías, 36, 10), implica la existencia de un patio exterior e inferior, y el patio de los sacerdotes (2 Crónicas 4, 9) supone otro para laicos. Hay aún mención de otro en la época de Josafat (2 Crónicas, 20, 5), pero tenemos muy poca información interesante relativa a estos patios que deben haber sido completados y adornados por los sucesores de Salomón. Se afirma, por ejemplo, que Joatham “construyó la puerta más alta de la casa del Señor” (2 Reyes, 15, 35), que se refiere a una nueva puerta, probablemente al norte de un patio.

Por otro lado Acaz reemplazó el altar del holocausto por otro, cuyo modelo había visto en Damasco. También quitó los doce bueyes de bronce y las basas grabadas de los diez recipientes móviles y cambió la puerta del Sábado y la entrada exterior para el rey (2 Reyes, 16, 10-18). Ezequías vació el tesoro del Templo y se llevó las planchas de oro y plata con que él mismo había cubierto las puertas y dinteles, y las dio para comprar la paz con Senaquerib (2 Reyes, 18, 15-16). Manasés profanó el Templo de Jehová por el culto a los ídolos (2 Reyes, 21, 4). Al final el monumento de Salomón, más célebre en la antigüedad por su esplendor que por su tamaño, fue reducido a cenizas por Nabucodonosor en 586.

sábado, 4 de agosto de 2018

El templo de Salomón II

Resultado de imagen de templo de salomónLa casa de Dios era de forma rectangular, de sesenta codos de largo de este a oeste por veinte codos de ancho y treinta de alto (1 Reyes, 6, 2; 2 Crónicas, 3, 3). Éstas eran las dimensiones interiores que no incluían el espesor de los muros, como lo demuestran numerosos textos.

Este espacio estaba dividido en dos habitaciones de desigual tamaño. La primera, el hekal, o Santo (ver plano, fig. 1) era de cuarenta codos de largo por veinte de ancho. Se entraba por el extremo este por una puerta cuadrada (1 Reyes, 6, 33), de diez codos de anchura (Ezequiel, 41, 2). El marco era de madera de acebuche, con dos puertas de madera de ciprés. 

Cada puerta se subdividía verticalmente en dos hojas que se plegaban por medio de bisagras (1 Reyes, 6, 33,34). Al otro lado del departamento había una puerta de forma pentagonal (1 Reyes, 6, 31) con una abertura de seis codos a través de un tabique de dos codos de espesor (Ezequiel, 41, 3-4). Se abría al debir, o Santo de los Santos, una habitación que medía veinte codos por lado. 

Las dos puertas de madera de acebuche en la puerta se abrían hacia el este y se mantenían siempre abiertas para permitir el paso del aire puro y que el humo del incienso entrara en el interior, pero un velo de lino en violeta, púrpura y escarlata, bordado con querubines, ocultaba siempre el Santo de los Santos (2 Crónicas, 3, 14), al que entraba sólo el sumo sacerdote una vez al año. En las puertas de las dos entradas Salomón hizo que se labraran figuras de querubines, palmeras y capullos abiertos revestidos de oro (1 Reyes 6, 32,35). Las paredes del debir y del hekal estaban forradas con planchas de cedro adornadas con calabazas y flores labradas en relieve y profusamente recubiertas de oro. Dentro del debir incluso el suelo de madera de abeto estaba cubierto con planchas de oro fino y el frente estaba cerrado con cadenas del mismo metal (1 Reyes, 6, 15).

Todo el edificio, incluyendo el Santo de los Santos que constituía la parte principal, era de treinta codos de alto. Ahora bien, como el interior del debir era de sólo veinte codos de alto debe haber habido encima de él un espacio de diez codos. La altura del Santo no se indica en la Biblia, pero hay mención de “cenáculos” o cámaras superiores (2 Crónicas, 3, 9); de ahí se infiere que el Santo debe haber sido de la misma altura que el debir y como él haber tenido encima una cámara de diez codos de alto.

El mismo texto nos informa que estas cámaras superiores estaban ricamente adornadas como las de abajo y hay poca duda de que el Tabernáculo se conservaba en la amplia cámara superior (3 Reyes, 8, 4; Crónicas 5, 5) y en la inferior reliquias y recuerdos de la vida en el desierto.

Enfrente del hekal estaba el vestíbulo o pórtico ulam, en griego pronaos, de la misma longitud que el templo pero de diez codos de profundidad sólo (1 Reyes, 6, 3); era un especie de torre majestuosa, que recordaba los pilones de los templos egipcios y que tenía como ellos un amplio corredor sin puertas. El 2º Libro de las Crónicas (3, 4) afirma que su altura era de ciento veinte codos. Pero un pórtico seis veces más alto que largo estaría tan fuera de proporción que muchos exegetas se inclinan a reducir esta cifra a sesenta codos, la altura del pórtico del Templo de Zorobabel. Según Ezequiel los muros eran de seis codos de espesor.

Resultado de imagen de templo de salomónA lo largo de los otros tres lados del santuario se alzaba un edificio dividido en tres pisos (1 Reyes, 6, 5-6), teniendo cada piso treinta habitaciones [Ez., 12, 6; Ant. Jud., VIII, III, 2]. La casa de Jahveh era tan sagrada que no se permitía que las vigas de cedro que soportaban los techos de las habitaciones laterales se fijaran a las paredes del Templo; de ahí que en los muros del Santo y del Santo de los Santos hubiera tres huecos en los que descansaban los extremos de las vigas. Así, las cámaras inferiores eran de cinco codos de anchura, las del primer piso de seis codos y las del segundo de siete. Cada piso tenía cinco codos de alto.

La entrada era por una puerta que abría al sur (1 Reyes 6, 6-8); Ez. (12, 2) menciona otra al norte, lo que sería muy natural. La subida de un piso a otro se hacía por medio de una escalera de caracol, y es muy probable que se accediera a las cámaras superiores, o cenáculos, por uno de los pisos del pórtico. En estas estrechas celdas de bajo techo se conservaban los archivos, el tesoro público, los accesorios de culto y las vestimentas sagradas (1 Reyes, 8, 4; 2 Crónicas, 5, 5). De esta manera el Santo y el Santo de los Santos estaban completamente rodeados por imponentes estructuras.

El Templo estaba cubierto con una techumbre formada por vigas y tableros de cedro (1 Reyes, 6, 9). Cualquier superficie amplia que descansa sobre una armazón en vez de sobre arcos de albañilería es inestable y no puede evitar las filtraciones por la lluvia; de ahí que sea nuestra opinión que los techos del templo de Salomón serían inclinados, y los tableros cubiertos con amplias losas. Por lo demás, algunos autores consideran que eran planos.

El piso superior del Santo de los Santos, las numerosas habitaciones pequeñas del edificio adyacente, como también el pórtico, estaban provistos de ventanas que tenían fijadas rejas de madera, de las que se hace mención en el texto (1 Reyes, 6, 4). Las paredes del hekal tenían aberturas similares al norte y al sur, al menos en la parte inferior, pero la situación de estas ventanas apenas permitía la entrada de luz en la amplia cámara, que, además, estaba iluminada día y noche por numerosas lámparas. Las ventanas estaban pensadas más bien para permitir la circulación de aire puro y la salida del humo de incienso a las habitaciones laterales. El Santo de los Santos parece no haber tenido ventanas y estaba siempre rodeado de oscuridad (1 Reyes, 8. 12).

sábado, 28 de julio de 2018

El templo de Salomón I

Templo de Jerusalén.jpgPor orgullo David había ordenado el recuento de su pueblo, en castigo de lo cual Dios diezmó a los iraelitas con una epidemia. Un día el rey vio cerca de la era de Ornán (Areuna) el jebuseo un ángel que estaba a punto de herir a la gente de la ciudad, después de lo cual David se humilló ante el Señor, quien le perdonó y detuvo la plaga. El rey se apresuró a comprar la propiedad del jebuseo por cincuenta siclos de plata y construyó un altar en la era, sobre el cual ofreció holocaustos y ofrendas de paz (2 Samuel, 24).

Esta colina, que es el Monte Moria (2 Crónicas 3,1) del Génesis (22,2) estuvo desde entonces destinada a ser el emplazamiento del Templo de Yahveh, para el que David había amasado ya grandes tesoros, pero cuya construcción se reservaba a Salomón. Como hasta entonces los hebreos no habían cultivado las artes, Salomón se dirigió a Hiram, rey de Tiro en Fenicia, para conseguir constructores y obreros hábiles en la piedra, metal y la madera de cedro y ciprés del Líbano. Tras siete años y medio de trabajo, el rey pudo dedicar solemnemente el templo del Dios verdadero. 

Junto al recinto sagrado construyó después grandes edificios, entre los cuales la Biblia hace mención especial del palacio del rey, el de la reina, hija del Faraón, la casa del bosque, el pórtico del trono y el de las columnas.

El Monte Moria, que se extiende de norte a sur, es un largo espolón o promontorio, lindando al norte con el Monte Bezetha y limitado al este y al oeste por dos estrechos valles que se juntan en su extremidad sur. Entre sus dos empinados declives la cima de la colina sólo permite un estrecho espacio para edificaciones, y para asegurar un adecuado emplazamiento para el Templo, los patios, y los palacios reales se construyó una plataforma levantando muros de sostén de bellas piedras cuidadosamente labradas que medían ocho o diez codos (1 Reyes 5,17; 7,9-10). Según la tradición judía el Templo estaba en el punto más alto del Monte Moria, mientras que las habitaciones reales se construyeron al sur de su recinto y en un nivel más bajo.

Se admite generalmente que la “roca sagrada” en el centro de la Mezquita de Omar constituía la base del altar de los holocaustos en el Templo de Jerusalén. En esta colina, según una antigua tradición, Abrahám se dispuso a sacrificar a su hijo Isaac; aquí, junto a la era de Ornán, el ángel exterminador volvió a guardar su espada en su vaina; y en esta era, que según la costumbre estaba situada en el punto más alto, erigió David un altar al Señor.

Si esta roca prominente fue constantemente preservada en las diversas reconstrucciones de la plataforma debe haber sido por sus asociaciones. Además, se corresponde con todos los requisitos del Éxodo (20,24 y s.) para el altar de los holocaustos. Es una roca de piedra caliza, sin labrar e irregular, de cincuenta y ocho pies de largo por cuarenta y cinco de ancho, y que sobresale tres o cuatro pies por encima del suelo. Además, casi en el nivel superior de su superficie hay un agujero por donde se cree que la sangre y el agua de las abluciones fluía en la cavidad inferior para ser llevada por un conducto subterráneo al valle del Cedrón. La Mishna (Yoma, II,I) afirma que bajo el altar de los holocaustos había un canal de esta clase. Admitido este punto, la “roca sagrada” servirá como señal para descubrir el sitio exacto de la casa de Yahveh, porque esta última se abría hacia el este, enfrente del altar de los holocaustos y consiguientemente al oeste del patio de los sacerdotes que contenía el altar.

Las principales fuentes de información relativas al plano, construcción y adorno del Templo son, en primer lugar 1 Rey. 6,7; luego el relato paralelo de 2 Crón. 3 y 4, que tiende a magnificar inconmensurablemente las dimensiones.

El profeta Ezequiel describió el Templo a la luz de una visión celestial, y aunque su descripción es simbólica concuerda en sus rasgos esenciales con la del Libro de los Reyes; según todas las apariencias describen la casa del Señor tal como la vio mientras realizaba sus tareas sacerdotales.

La información suministrada por Josefo y el tratado Middoth de la Mishná inspira menos confianza; parece basada más bien en el Templo de Herodes que en el de Salomón. En realidad sólo poseemos una breve descripción del primer Templo y los términos técnicos utilizados por la Biblia no son siempre fácilmente inteligibles en los tiempos actuales; de ahí que haya una gran diversidad de opiniones entre los autores que han intentado reconstruir el Templo de Salomón en sus detalles arquitectónicos.

Salomón reprodujo en materiales sólidos y proporciones dobles el Tabernáculo que Moisés había construido en el desierto (Sabiduría 9,8), cuyo entero plano estaba por tanto esbozado (Éxodo, 26, 36). Con respecto al estilo adoptado por los arquitectos fenicios simplemente sabemos que en ese periodo la arquitectura de todos los pueblos semíticos era muy similar a la de los egipcios. Un codo tenía la anchura de seis manos o veinticuatro dedos y era igual a un pie y cinco pulgadas y tres cuartos; la anchura de un codo real era una mano (tres pulgadas) más. El codo menor de seis manos, o veinticuatro dedos, existía en el imperio oriental, pero era algo más largo, al ser igual a un pie y siete pulgadas y un tercio. 

La anchura del codo real era igualmente mayor, siendo igual a un pie y nueve pulgadas y un sexto. Ahora bien a juzgar por las excavaciones hechas en Taanath y Megiddo en Palestina, el codo real de Babilonia, introducido por la larga dominación caldea, era el único en uso en es época (Benzinger, "Hebr. Archaologie", 190). Es probable que en la época de la Cautividad de Babilonia sólo estuviera en uso el codo pequeño, de ahí que el autor sagrado (2 Crón. 3,3) dé las dimensiones del Templo por la “primera medida”, o codo antiguo, y Ezequiel (40,5 y 43,13) añade a cada codo una mano (el antiguo palmo menor, un sexto del codo pequeño) para obtener la longitud dada en el Libro de los Reyes. El codo real babilonio fue por tanto la medida auténtica (Ezequiel, 43, 13) usada en la construcción del Templo de Salomón.







sábado, 21 de julio de 2018

Residencia señorial de la época del rey David

La existencia del reino de David y Salomón en el siglo X a.C. ha recibido un respaldo indirecto gracias a la datación con radiocarbono de una residencia señorial descubierta en las excavaciones de Tel ´Etón, 40 km al suroeste de Jerusalén, a mitad de camino desde Gaza. El descubrimiento fue publicado por Avraham Faust y Yair Sapir en la revista "Radiocarbon", y recogido por la Universidad de Bar Ilan y National Geografic, entre otros.

El edificio es una estructura arquitectónica conocida como casa de cuatro secciones, construida en la parte alta de una colina de al menos dos plantas , ocupando la inferior mas de 225 metros cuadrados. Se encontraron grandes sillares de alta calidad en las esquinas y entradas del edificio y cientos de vasijas y otros hallazgos arqueológicos. Una residencia de ese tipo era frecuente entre los israelitas, pero no entre cananeos o filisteos.

El lugar padeció un gran incendio en el siglo VIII a.C., durante una de las campañas asirias. Lo que se ha descubierto ahora, gracias al estudio con Carbono 14 del suelo y de un depósito inferior, es que el edificio ya estaba construido en el siglo X a.C., justo la época en la que David y Salomón reinaron sobre los reinos unidos de Judá e Israel, que por tanto extendieron sus dominios mucho más allá de las cercanías de Jerusalén.

¿Por qué este hallazgo apoyaría la historicidad de ambos reyes? Lo explican los autores: la datación en esa fecha sugiere que se en esas tierras altas estaba surgiendo un nuevo y prestigioso poder político.

La construcción de semejante residencia en lo alto de una colina, visible desde una gran distancia, además del crecimiento significativo del tamaño de la ciudad en aquella época, demuestran que se produjo un acontecimiento importante. Precisamente la ausencia hasta ahora de construcciones reales en esa zona había sido argumentada por algunos autores para cuestionar el esplendor de la monarquía unificada: David y Salomón habrían sido solo jefes locales con poder en Jerusalén y su entorno.

Se ha calculado con precisión que la última piedra de esa construcción se puso en el año 921 a.C. Por tanto, si justo en esa época se estaban construyendo a tanta distancia de Jerusalén edificios propios de grandes estructuras administrativas, la imagen arqueológica del reino de David y Salomón se aproxima notablemente a la imagen bíblica.

sábado, 14 de julio de 2018

Tumba de Jonás y palacio de Senaquerib

Es “irónico”, explica Matthew Archbold en National Catholic Register, pero el ansia de destrucción de Estado Islámico en Irak ha permitido un hallazgo arqueológico que se suma a otros tantos que demuestran la verocidad histórica de la Biblia, en este caso la historia de Senaquerib.

A principios de junio de 2014, terroristas del Estado Islámico (ISIS, Daesh) tomaron Mosul y comenzaron su oleada de represión contra los cristianos que aún quedaban en la ciudad iraquí y contra los propios musulmanes desafectos, y además ponían en marcha un plan sistematizado de destrucción del patrimonio artístico incompatible con el islam.

Entre los monumentos destruidos figuró una mezquita que alojaba la tumba del profeta Jonás, un lugar que veneran tanto los cristianos como los musulmanes. Las imágenes de su voladura dieron la vuelta al mundo.

Pero desde finales de 2016, el ejército iraquí empezó la liberación de la ciudad, aún no completada pero que ya ha permitido el regreso de algunas familias cristianas que tuvieron que huir tras caer bajo el control yihadista. Una de las zonas recuperadas es precisamente la que ocupaba la tumba de Jonás, la cual, al estar reducida a escombros, permitió descubrir debajo de ella lo que los arqueólogos identificaron enseguida como el viejo palacio de Senaquerib, rey asirio que se caracterizó por su cruel persecución a los judíos a finales del siglo VIII y principios del siglo VII a.C., cuando asedió infructuosamente la ciudad de Jerusalén, combatió a Ezequías, rey de Judá, y arrasó Babilonia.

Pero no pudo conquistar Jerusalén ni rendir a los judíos, a pesar de que bravuconeó con ello dirigiéndose a los sitiados: “No os engañe Ezequías ni os seduzca con vanas promesas. No le creáis. Ningún Dios de ninguna nación o reino ha podido salvar a su pueblo de mi mano, ni de la mano de mis padres. ¡Cuánto menos podrán vuestros dioses libraros de mi mano!” (2 Crón 32, 15).

A lo que Yahveh respondió cumplidamente: “Yavé envió un ángel que exterminó a todos los mejores guerreros de su ejército, a los príncipes y a los jefes que había en el campamento del rey de Asiria. Este volvió a su tierra con gran vergüenza y al entrar a la casa de su dios, allí mismo, sus propios hijos lo mataron a espada” (2 Crón 32, 21).

Aunque parece que los terroristas de Estado Islámico han arrancado numerosas piezas de los restos del palacio para venderlas y financiarse, el descubrimiento es “extraordinario”, según un arqueólogo que examinó la zona, y viene a confirmar una vez más la exactitud histórica de los relatos bíblicos.

En tiempos recientes se están sucediendo este tipo de hallazgos. En junio de 2015 se encontró en una tinaja la referencia a un personaje de tiempos del Rey David, Eshbaal, que hasta ahora solo se conocía por la Bíblia. Y en agosto de ese mismo años, unos restos evidenciaron ser de la ciudad filistea de Gat, patria del gigante Goliat, con detalles que también corroboran la historia de las Sagradas Escrituras.

Todo el potente avance de la arqueología bíblica en las últimas décadas, lejos de sugerir que dichos textos sagrados sean “míticos” (como pretende la crítica racionalista), no ha servido sino para ratificar que la Biblia es un libro extraordinariamente veraz y preciso en sus narraciones históricas.

sábado, 7 de julio de 2018

Mons. Pizzaballa visita el Saxum Visitor Center

Mons. Pizzaballa visita el Saxum Visitor CenterSaxum Visitor Center recibió a un importante visitante: Mons. Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén. 

El arzobispo había estado en Saxum en noviembre de 2016 para presidir la Misa de acción de gracias que se celebró con ocasión de Holy Land Dialogues.

Durante su visita, el arzobispo estuvo acompañado por Mons. Joaquín Paniello, Vicario del Opus Dei en Jerusalén, y recorrió el tour multimedia del Visitor Center

Disfrutó de las pantallas interactivas sobre los Lugares Santos, comentando la importancia de conocer bien la historia de Tierra Santa. Al ver la pantalla sobre la Anunciación en Nazaret, sonrió ante el contraste entre la pequeña iglesia que antiguamente albergó la gruta de la Virgen, y la grandiosa basílica que hoy la cubre.

Después del tour, se informó del programa “Amigos de Saxum”, que anima a personas de todo el mundo a peregrinar a Tierra Santa. Comentó cómo esta tierra puede ayudar a la gente a descubrir la humanidad de Cristo, y la singularidad de Jerusalén como ciudad donde se encuentran y conviven todas las iglesias, religiones y naciones.

Antes de partir, estrenó nuestro libro de firmas, escribiendo que espera que muchas personas puedan encontrar a Cristo a través de Saxum Visitor Center.

sábado, 30 de junio de 2018

Misa de san Josemaría en Saxum Visitor Center

El sábado 23 de Junio ha sido una ocasión llena de alegría para todos en Saxum. Hemos celebrado por primera vez, en nuestro oratorio del Visitor Center, la Misa en honor a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.

La capilla se llenó de familias de Jerusalén y alrededores, e incluso estuvieron también algunas personas que estaban de peregrinación por la zona. 

Durante la homilía, Mons. Joaquín Paniello, vicario del Opus Dei en Tierra Santa, comentó que tanto San Juan Bautista como San Josemaría habían buscado a Dios en su vida, cada uno en su época y circunstancias. 

Ha ilustrado con una anécdota de Tim Smiczek, un tenista norteamericano que, durante un tenso partido con Rafel Nadal, sorprendió a todos cuando dejó que Nadal repitiera su primer saque después de que alguien del público gritara. Posteriormente, cuando se le preguntó por qué lo hizo, Tim contestó que sólo fue coherente con su comportamiento como cristiano y caballero. Mons. Paniello comentó que San Josemaría nos recuerda que Dios nos llama a todos, como a este tenista, a vivir nuestra fe cristiana en nuestra vida ordinaria, realizando nuestro trabajo profesional lo mejor que podamos, y tratando muy bien a los demás.

Antes y después de la celebración, se hicieron dos tours guiados por Saxum Visitor Center, dando la posibilidad a familias de aquí de disfrutar de este nuevo recurso para conocer mejor los Lugares Santos. 

Después de la misa, un aperitivo amenizó las conversaciones de muchos que nos quedamos charlando y haciendo nuevas amistades, mientras disfrutamos de las vistas desde la terraza de Saxum.

sábado, 23 de junio de 2018

Mons. Pierbattista Pizzaballa en Roma con "Amigos de Saxum".

Mons. Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, habló en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz sobre “La vida en la Tierra Santa”, en un evento organizado por Saxum.

“El secreto está en Jerusalén. Los demás problemas se resolverán cuando se haya solucionado la cuestión de Jerusalén”. Es la opinión del arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, quien pronunció una conferencia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz el pasado 8 de junio, bajo el título "La vida en la Tierra Santa", en colaboración con Saxum. El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, presidió e introdujo el encuentro.

Durante la reunión se presentó el ‘Proyecto Saxum’. Con ese nombre –Saxum–, llamaba san Josemaría al beato Álvaro del Portillo, su más estrecho colaborador, subrayando así su personalidad sólida y su fe inquebrantable. El ‘Proyecto Saxum’ surge en Tierra Santa para difundir una cultura de paz, diálogo e integración en los lugares más antiguos del cristianismo. No lejos de Jerusalén, se ha puesto en marcha un centro residencial y un área multimédia de avanzada especialización tecnológica, para acoger a los peregrinos y para ofrecer formación a los guías que se encargan de las peregrinaciones a Tierra Santa.

“Nuestro objetivo –señaló Aldo Bressi, presidente de ‘Amigos de Saxum’– es difundir el amor por la Tierra Santa, ayudando a más personas a vivir una peregrinación a esos lugares, haciendo de su estancia una oportunidad para una renovación interior”.

Al vivir desde hace treinta años en Tierra Santa, primero como estudiante y luego administrador apostólico del Patriarcado Latino, el arzobispo Pizzaballa conoce bien los desafíos del lugar. “Las experiencias de los últimos años, indican que la política no basta para resolver los problemas complejos. Necesitamos generar un clima de paz y de acogida, yendo más allá de la idea de que la historia del otro amenaza mi propia historia personal. Necesitamos una visión más integral de Tierra Santa, no podemos desvincular a Israel de la región, se necesita un esfuerzo general de todos”.

El arzobispo Pizzaballa subrayó que “la identidad de Jerusalén no puede ser cuestionada, porque el cristianismo es la encarnación y no hay encarnación sin lugar: sin Jerusalén, nuestra fe sería solo un cuento”.

“Una vez que el problema de Jerusalén se haya resuelto”, subraya el arzobispo Pizzaballa, “todos los demás problemas se resolverán. La Iglesia no entra en los méritos de las discusiones entre israelíes y palestinos sobre dónde deben estar los límites: las cuestiones políticas deben ser resueltas por las autoridades políticas. Pero Jerusalén no es solo soberanía. Es el corazón de millones de creyentes, un símbolo religioso indispensable”.

Pero, ¿cuál es la situación de Medio Oriente y, en general, cuántos católicos hay? El arzobispo Pizzaballa lo traza en cifras: en Jordania hay 7 millones de jordanos y 3 millones de refugiados, de los cuales los cristianos son solo 17.000; en Israel hay 7 millones de judíos y 1.5 millones de árabes musulmanes, y entre ellos solo 140.000 árabes cristianos; en Palestina hay un poco más de 4 millones de musulmanes y 45.000 cristianos.

Al mismo tiempo, los cristianos “no estamos desapareciendo, la Iglesia de Tierra Santa no es una Iglesia moribunda, y los cristianos no son un pueblo aparte de los demás”. Viven en las mismas situaciones económicas y políticas que otros. “Tenemos números pequeños, pero somos una realidad viva. Baste decir que el Patriarcado Latino maneja 45 escuelas más centros para discapacitados y hospitales, resultado de una realidad religiosa muy animada con 40 congregaciones religiosas masculinas y 70 congregaciones religiosas femeninas”.

Además, Tierra Santa es cada vez más un lugar de peregrinación, atrae al 50% de los peregrinos cristianos, y de partes cada vez más diferentes: anteriormente, el 90% provenía de Europa y EEUU; ahora, de estos países viene el 50% y el resto de América Latina.

El arzobispo Pizzaballa no es pesimista: “Las relaciones que tengo con judíos y musulmanes han cambiado mi vida”. Con el diálogo constante, “el otro ya no es uno que está detrás de la cortina, sino que se convierte en parte de tu vida”. Actualmente, “hay una nueva conciencia, y continúa a paso lento, pero muy claramente orientada hacia la participación, la colaboración, la armonía”.

sábado, 16 de junio de 2018

Kathisma, o lugar del descanso de la Virgen

Ruinas de la Iglesia del Kathisma / Foto: Flickr Seetheholyland.net (CC-BY-SA-2.0)En medio de la carretera que conecta las ciudades de Jerusalén y Belén en Tierra Santa, se encuentran las ruinas “olvidadas” de una iglesia que fue construida sobre la roca donde, según la tradición, la Virgen María descansó antes de llegar al lugar donde dio a luz a Jesucristo.

La Iglesia del Kathisma fue edificada en el siglo V, por encargo de una viuda rica llamada Ikelia, debido a que los cristianos peregrinaban a ese lugar en Tierra Santa.

En declaraciones al Christian Media Center, el P. Eugenio Alliata, un sacerdote franciscano experto en arqueología cristiana, explicó que la palabra griega “kathisma” significa “el lugar en el que María se sentó”.

El también miembro del Studium Biblicum Franciscanum de la Custodia de Tierra Santa señaló que “la iglesia tiene una forma especial, octogonal. En realidad se trata de dos octógonos que se suceden. Uno más pequeño y otro más grande. Ambos se centran en torno a una roca que apenas sobresale del nivel del pavimento”.

En el siglo VIII este templo fue convertido en una mezquita y fue destruido en el siglo XI. Con el paso del tiempo se perdió la ubicación de la iglesia, aunque se sabía de su existencia gracias a unos antiguos escritos bizantinos.

Las ruinas del templo fueron descubiertas en 1992 mientras se realizaba una excavación para construir una carretera.

Tras el hallazgo, el Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén, dentro de cuyos dominios se encuentra este templo, y la Universidad de Atenas prosiguieron con los trabajos de excavación y limpieza de las ruinas con el objetivo de que este lugar vuelva a ser visitado por los peregrinos.

El P. Alliata indicó que las excavaciones arqueológicas también revelaron que alrededor del templo habían varias capillas que estaban decoradas con mosaicos. Actualmente las imágenes han sido cubiertas con arena para su protección.

Sin embargo, el presbítero, expresó que actualmente este templo “desgraciadamente es un lugar olvidado y está en un pésimo estado de conservación”.

El P. Alliata comentó que la historia está “narrada en un evangelio apócrifo, que se llama el protoevangelio de Santiago. Un texto cristiano muy famoso. Explica que María y José iban hacia Belén. Jesús estaba a punto de nacer, María iba sobre un burro y José lo llevaba”.

“María tuvo una visión: vio dos pueblos, uno de los cuales reía mientras que el otro lloraba. Los cristianos interpretaron que el pueblo que llora es el hebreo, porque no han creído; el pueblo que ríe son los cristianos que creyeron en el Mesías”, prosiguió.

Tras la visión, la Madre de Dios “se siente cansada y pide que la bajen de la cabalgadura. José la ayuda a descender y la acomoda dentro de una cueva”.

El P. Alliata destacó que la Virgen se habría sentado a descansar sobre una roca y que alrededor de esta se construyó la Iglesia del Kathisma.

sábado, 9 de junio de 2018

Tunel del rey Ezequías

Imagen relacionadaCuando la ciudad intentaba defenderse de las tropas asirias que se acercaban, en el siglo VIII a. de C., el Rey Ezequías resolvió proteger el agua desviándola de su curso al interior de la ciudad por medio de un túnel impresionante. Este tunel es una obra del rey Ezequías dentro de los preparativos para la defensa de la ciudad del asedio de los asirios.

Los análisis de materia orgánica encontrados en el revoque original de sus muros confirmaron la datación proporcionada por los textos bíblicos que mencionan su construcción. No obstante, nuevas excavaciones realizadas en 2011 sugieren que podría ser mucho más antiguo, de finales del siglo IX o principios del VIII a.C.

Lo que si parece claro es que la estructura se enmarcaba dentro del plan para proteger la ciudad de los asirios, que durante la segunda mitad del siglo VIII a.C. avanzaban desde Siria y Cisjordania en dirección al Imperio Nuevo de Egipto, y así proveer a la ciudad de agua potable durante el asedio que tuvo lugar en 701 a.C.

Este prodigio de ingeniería se logró cavando un túnel de 533 m en el interior de la montaña. Un bajorrelieve en una piedra antigua cerca de la entrada, describe esta proeza increíble.

Este túnel junto con otro del siglo VI en Eufalois en Grecia son considerados las mas grandes obras de ingeniería en el periodo pre-clásico. Si el túnel hubiera sido recto, hubiera medido 335 m de largo, es decir, hubiera sido un 40% mas corto.

“Los demás acontecimientos del reinado de Ezequías, y todo su poderío y cómo construyó el estanque y el acueducto que llevaba agua a la ciudad…” (2R 20, 20). “Ezequías fue también quien cegó la salida superior de las aguas de Guijón y las desvió por un canal subterráneo hacia la parte occidental de la Ciudad de David.” (2Cr 32,30 ).

Este túnel fue descubierto en 1838 por Edward Robinson y despejado por el equipo de Montague Parker (1909-11). Hoy en día la obra continua en el túnel y otros pasadizos relacionados bajo la dilección de Ronny Reich (1995-2009). Labor reciente ha descubierto algunas de las herramientas y equipo abandonados por la expedición de Parker.

¿Por qué tiene el túnel forma de S ? R. A. S. Macalister dijo que el túnel era “una pieza de ingeniería tan inútil que era patética.” Henry Sulley en 1929 sugirió que el túnel de Ezequias seguía una grieta natural en la roca. Dan Gill expresa que los dos equipos de excavadores siguieron un canal natural cársico de disolución.

La inscripción en hebreo antiguo que describe el túnel fue excavado simultáneamente desde dos direcciones fue inmortalizado con la siguiente inscripción:

“El túnel ha sido completado… mientras que los excavadores empuñaban el hacha, cada hombre hacia su compañero… y con tres codos más para cavar, se escuchó la voz de un hombre llamando a su compañero… los excavadores picaban cada uno hacia el otro, hacha contra hacha, y el agua brotó del manantial al estanque, a una distancia de 1,200 codos… “

La salida del túnel te lleva al estanque de Siloé donde Jesús mando al ciego a lavarse después de haber escupió en tierra, hacer lodo con la saliva, y untar con el lodo los ojos del ciego. El ciego fue al estanque y se lavó y regreso viendo. (Juan 9:1-12)

Resultado de imagen de tunel de ezequiasGeólogos de la Universidad Hebraica de Jerusalén realizaron pruebas con carbono-14 en el revestimiento del acueducto subterráneo y concluyeron que fue construido alrededor del año 700 antes de Cristo (a.C.), no sólo para la conducción hídrica con el fin de abastecer la Ciudad de David –núcleo fortificado de la antigua Jerusalén– sino también como una forma de enfrentar la invasión de la Asiria de Senaquerib, el pueblo más poderoso de Oriente Medio en aquellos tiempos y enemigo de los judíos.

En 2 Crónicas, vemos que Ezequías no deseaba que Judá se sometiera a Senaquerib, y concibió un pasaje secreto. El ejército asirio se acercó para sitiar la ciudad, entonces, los judíos bloquearon todas las fuentes de agua de la región a su alrededor para que el enemigo no tuviera cómo saciar la sed. 

De la fuente de Giom, la única perenne de aquella época, canalizaron el líquido por debajo de la tierra hasta la zona subterránea de la Ciudad de David, garantizando el abastecimiento para los aislados en la fortaleza. Al mismo tiempo, el largo túnel, que no estaba enteramente ocupado por el agua, servía como una eficiente ruta de escape hacia más allá de las murallas, lejos de los ojos de la tropa de Asiria.

El túnel parte de la Fuente del Gihón en Jerusalén, que es la única que tiene agua durante todo el año. El pasaje está abierto al público, es una atracción bastante apreciada. Los visitantes hacen el recorrido con agua, muchas veces, hasta las rodillas, lo que no es nada agradable en invierno. El túnel se encuentra en las cercanías del casco de la ciudad, por debajo de la Explanada de las Mezquitas.

sábado, 2 de junio de 2018

Megiddo. Rey Salomón

Resultado de imagen de meggidoMegiddo es un sitio impresionante que se encuentra en la región de la Baja Galilea en el norte de Israel. Allí estuvo una ciudad antigua que fue fundamental para dominar el paso de Aruna (Wadi Ara o Megiddo Pass). 

Era la entrada a uno de los pocos pasos a través de las montañas Carmel. Esto les dio a los que ocuparon Megiddo un poder increíble sobre la Vía Maris, la ruta principal entre Egipto y Mesopotamia, y lo que los egipcios llamaron el Camino del Mar. 

Hoy en día, Megiddo es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un sitio impresionante para visitar y explorar con excursiones que se pueden realizar desde Jerusalén.

Su historia es muy rica. Se cree que la ciudad ha visto más batallas que cualquier otra ubicación en el mundo. 

Las ciudades fortificadas se construyeron sobre la cumbre de diez acres de Megiddo Hill o Tel Megiddo, que se eleva 21,33 metros sobre el valle. Aquí se sucedieron batallas tras batallas a lo largo de la historia.

Para los cristianos, la palabra Megiddo es sinónimo del fin del mundo, como se menciona en el libro de Apocalipsis: Megiddo o Armagedón. Se sabe le considera como el sitio donde tendrá lugar la Batalla final. Esta será la batalla final después de todas las que se han tenido en este lugar.

Recientes excavaciones ha descubierto alrededor de 26 capas de asentamientos que datan del período Calcolítico y se han identificado las primeras cuatro capas. 

La cima de la colina era una ciudad cananea, una fortaleza egipcia, una ciudad de Chariot durante la época bíblica y una prominente ciudad asiria y persa. 

En su apogeo, Megiddo fue gobernado por el Rey Salomón en el siglo X aC. Los visitantes pueden ver los restos de la Puerta de Salomón y lo que se cree que fueron sus establos. 

El Palacio de Marfil es otra estructura importante en Megiddo. Fue aquí donde se encontró el tesoro cananita, que incluía valioso marfil y joyas. En la Edad del Bronce Medio, los cananeos fortificaron la cima de la colina y queda una puerta. 

Datado en el tercer milenio antes de Cristo, se puede observar un altar de 10 metros de diámetro con una escalera que conduce hacia él. Un sistema de agua de la Edad de Hierro también es evidente: hay un pozo de 30 metros de profundidad y un túnel de 70 metros de largo. Estos datas eel siglo IX aC cuando la ciudad fue gobernada por Ahab. Es posible caminar a través de este túnel que habría abastecido a los residentes de Megiddo con agua del cercano manantial.

Se pueden pasar aproximadamente una o dos horas viendo los sitios en Megiddo, y el lugar se encuentra abierto todo el año. Al visitar Megiddo se puede ir al museo que utiliza modelos para recrear las estructuras originales que se encontraban aquí. También hay una película explicativa. Megiddo es uno de los sitios más interesantes de la Baja Galilea.

sábado, 26 de mayo de 2018

Tumba de José, el Patriarca

Resultado de imagen de tumba de jose el PatriarcaSegún el relato del libro del Génesis, José, hijo predilecto del patriarca Jacob y de Raquel, fue vendido por sus hermanos, muy celosos, a unos mercaderes, y terminó en Egipto, donde a la postre se convertiría en ministro del faraón. Tras su muerte fue enterrado en Siquem, hoy día Nablus, en el norte de Cisjordania.

Para los judíos, la tumba corresponde a la de José, el personaje del Antiguo Testamento, y por ello es un lugar de peregrinación. Lo frecuentan en particular colonos religiosos, así como muchos judíos ultra ortodoxos.

La tumba fue restaurada cuando Israel ocupó Cisjordania en 1967. Al comienzo de los años 1980, unos colonos religiosos ultranacionalistas instalaron en ella una sinagoga y una escuela talmúdica.

El ejército israelí salió del lugar el 7 de octubre del año 2000, poco después del inicio de la segunda intifada.

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La tumba de José en Nablus es un monumento que forma parte de los sitios religiosos de Cisjordania. Fue parcialmente destruida en incendiada en varias ocasiones. Se transformó en mezquita en el año 2000. La oficina palestina de bienes religiosos considera el lugar como un sitio arqueológico islámico.

Para los palestinos, la tumba corresponde a la de un personaje musulmán local, Yussef Dweikat, fallecido durante la época otomana. Muchos historiadores apoyan esta tesis y estiman además que el sitio fue antes un lugar sagrado para los samaritanos.

El edificio de arquitectura islámica, con una cúpula blanca, se encuentra enclavado en el campo de refugiados palestinos de Balata, en Nablus.

Desde 2007, el ejército autoriza el acceso a la tumba a los peregrinos judíos una vez al mes, y por la noche, salvo en períodos de tensión.

sábado, 19 de mayo de 2018

Monte Moria

Resultado de imagen de Monte del sacrificio de isaac. Monte moriahDespués de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahám. Le dijo: «¡Abrahám!». Él respondió: «Aquí estoy». Dios dijo: «Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré». Abrahám madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el holocausto y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. Al tercer día levantó Abrahám los ojos y divisó el sitio desde lejos. Abrahám dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros». Abrahám tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahám, su padre: «Padre». Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío». El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?». Abrahám contestó: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío». Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahám levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahám alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahám, Abrahám!». Él contestó: «Aquí estoy». El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo». Abrahám levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abrahám llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «En el monte el Señor es visto». El ángel del Señor llamó a Abrahám por segunda vez desde el cielo y le dijo: «Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz» (Gen 22, 1-18).

El monte Moria, o Moriah, como también se lo conoce, es uno de los lugares sagrados más importantes para la cultura hebrea y el cristianismo. Allí subió Abraham, según indica la mitología, con su hijo Isaac para sacrificarlo y ofrendarlo a Dios. Un ángel divino detuvo su brazo, cuando estaba por hacerlo y lo incitó a que sacrifique a un carnero.

Pero Moriah en hebreo significa "visión" y mucho tiene que ver con lo que allí sucedió. Cuando Abraham estaba por sacrificar con un cuchillo a su primogénito, un ángel divino detuvo su brazo armado y le indicó de la existencia de un carnero, que se encontraba en el sitio. Fue entonces cuando Abraham no tuvo que sacrificar a su hijo y optó por el carnero.

Resultado de imagen de Monte del sacrificio de isaac. Monte moriahOtra de las características significativas del monte Moria es que está justo delante del monte Sion y entre ambos forman la explanada del Templo de Jerusalem. Justamente, en una de las laderas del monte Moria es donde está el Calvario o Gólgota. Ni más ni menos que el lugar donde fue crucificado Jesucristo.

Hace miles de años, el Monte Moriah fue el lugar donde sucedieron importantes pasajes bíblicos. Situado en la actual región de la cuidad antigua, en Jerusalén, Israel; se cree que es allí donde el patriarca Abraham subió para sacrificar a su hijo Isaac, según el mandamiento de Dios (Génesis 22, 2). También fue allí donde David vio al ángel que destruiría Jerusalén, como lo ordenara Dios, insatisfecho por su pueblo (2 Samuel 24). Luego de este hecho, David adquirió por precio justo la tierra en la que vio al ángel y levantó un altar. Más tarde encargó a su hijo Salomón que edificara el famoso templo que sustituiría el Tabernáculo, una obra de las más las más innovadoras del planeta, en su época.

Como dejan claro los relatos bíblicos, la región era inhabitada en aquella época. Salém, el poblado que luego daría nacimiento a Jerusalén, estaba en sus cercanías. Mucho después de Abraham, en los tiempos de David, el famoso rey de los judíos compró las tierras donde se había aparecido el ángel destructor, donde había una era (espacio de tierra usada para desgranar y secar granos) de los jebuseos, y que fue por el precio justo. El monarca ordenaría que fuera construido allí el famoso templo de adoración a Dios.