sábado, 31 de marzo de 2018

Profecías del Antiguo Testamento sobre la Resurrección

Resultado de imagen de resurrección tumba jerusalénAparte de la necesidad salvadora de la pasión del Mesías, los profetas también profetizaban Su Resurrección de entre los muertos y la subsiguiente gloria. Después de describir los padecimientos de Cristo, Isaías finaliza su relato con las siguientes palabras:

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.(Is. 53:10-12).

En otras palabras, el Mesías vivirá de nuevo después de la muerte para encabezar el Reino de los rectos y estará moralmente contento por los sufrimientos soportados por Él personalmente.

La resurrección de Cristo también fue profetizada por el rey David en su salmo 16, donde habla de parte de Cristo, diciendo:

"Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha(Sal. 16:8-11).

Imagen relacionadaEl profeta Oseas asimismo tiene mención de la resurrección al tercer día, aunque su profecía se expone en plural:

«Vamos, volvamos al Señor. Porque él ha desgarrado, y él nos curará; él nos ha golpeado, y él nos vendará. En dos días nos volverá a la vida y al tercero nos hará resurgir; viviremos en su presencia" (Os. 6:1-2; véase: 1 Cor. 15:4).

Además de las profecías directas referentes a la inmortalidad del Mesías, lo testifican en realidad también aquellos pasajes del Antiguo Testamento, en los cuales el Mesías se llama Dios. (Sal. 2, 45, 110, Is. 9:6, Jer. 23:5, Miq. 5:2, Mal. 3:1).

Resulta que Dios por Su naturaleza es inmortal. De la misma manera, podemos concluir acerca de la inmortalidad del Mesías cuando leemos vaticinios referentes a Su eterno Reino (Gen. 49;10, 1Sam. 7:13, Sal 2, 132:11, Ezq. 7:13). Todos saben que el eterno Reino presupone la existencia del eterno Rey.

Por lo tanto resumiendo el contenido de este capítulo observamos que los profetas del Antiguo Testamento se expresaban con mucha determinación y claridad al hablar de los padecimientos redentores, la muerte y luego la gloriosa resurrección del Mesías. El tenía presentes a los que iba a salvar. El origen de estas verdades, reveladas por los profetas, constituyen posteriormente la base de la fe cristiana.

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sábado, 24 de marzo de 2018

Profecías del Antiguo Testamento comparándolas con el Nuevo

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Desprecio del pueblo judío

Isaías 53:3 “Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada”.

Juan 1:11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”.

Entrada triunfal en Jerusalén sobre un pollino

Zacarías 9:9 “¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna”.

Juan 12:13-14 “Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito”.

Traicionado por uno de los suyos

Salmo 41:10“Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba, el que comió mi pan, se puso contra mí”.

Marcos 14:10 “Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.”

Sería vendido por 30 piezas de plata

Zacarías 11:12 “Yo les dije: «Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo». Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata.”

Mateo 26:15 “Y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.”

El precio sería devuelto

Zacarías 11:13 “Pero el Señor me dijo: « ¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!». Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor.”

Mateo 27:6-7 “Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros”.

Durante su juicio se mantendría en silencio

Isaías 53:7 “Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca”.

Mateo 26:62-63 “Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Más Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios”.

Sufriría por los demás

Isaías 53:4-5 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Mateo 8:16-17 “Y como fue ya tarde, trajeron a él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos; Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.

Crucificado con malhechores

Isaías 53:12 “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.

Mateo 27:38 “Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.”

Sus manos y pies serían perforados

Salmo 22:16 “Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies”.

Juan 20:27 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.”

Sería escarnecido y despreciado

Salmo 22:6-8 “Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8. Se encomendó al Señor; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.”

Mateo 27:39-40 “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, 40. y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.”

Le darían a beber vinagre

Salmo 69:21 “Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre”.

Juan 19:29 “Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca”.

Su costado sería traspasado

Zacarías 12:10 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”

Juan 19:34 “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”.

Sobre sus ropas echarían suertes

Salmo 22:18 “Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”.

Marcos 15:24 “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno”.

Ninguno de sus huesos serían quebrados

Salmo 34:20 “El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”.

Juan 19:33 “Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”.

Sepultado en una tumba de ricos

Isaías 53:9 “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”

Mateo 27:57-60 “Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, 60. y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue”.

Resucitaría después de su muerte

Salmo 16:10 “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción”.

Mateo 28:9 “He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”.

sábado, 17 de marzo de 2018

Profecías de Zacarías y otras sobre la Pasión

Resultado de imagen de jesus nailed to the cross. Holy sepulcherA estos antiguos testimonios referentes al sufrimiento del Mesías se ha de añadir la no menos determinada profecía de Zacarías, quien vivió dos siglos después de Isaías (500 a.C.).

El profeta Zacarías describe en el capítulo 3 de su libro la visión del sumo sacerdote Josué, vestido del primero con el vestido ensangrentado y luego luminoso. El vestido del sumo sacerdote Josué simboliza el estado moral del pueblo: al principio pecaminoso y luego justo. En la descrita visión existen numerosos detalles referentes al misterio de la redención, pero aquí sólo vamos a citar las conclusivas palabras de Dios Padre:

"Mirad, voy a hacer venir a mi siervo «Germen». Mirad la piedra que pongo ante Josué, es piedra única con siete ojos.Yo mismo grabaré su inscripción –oráculo del Señor del universo–, y apartaré el pecado de este país en un solo día –oráculo del Señor–. (...) Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de perdón y de oración, y volverán sus ojos hacia mí, al que traspasaron. Le harán duelo como de hijo único, lo llorarán como se llora al primogénito. (...) Aquel día brotará una fuente para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, remedio de errores e impurezas. Aquel día –oráculo del Señor del universo– arrancaré del país los nombres de los ídolos y no se recordarán más. También extirparé del país a los profetas y el espíritu de impureza". (Zac. 3:3-9; 12:10; 13:1). 

Hemos encontrado también el término "Retoño" en el libro de Isaías. Se refiere a Mesías de la misma manera como Su denominación "piedra angular." Es notable que conforme con la profecía la purificación de los pecados del pueblo tendrá lugar en un día. En otras palabras, un solo Sacrificio realizará la purificación de los pecados. La segunda parte de la profecía, que ocupa el capítulo 12, habla de la pasión en la cruz del Mesías, de Su traspaso por una lanza y del arrepentimiento del pueblo. Todos estos acontecimientos ocurrieron así y están descritos en el Evangelio.

No obstante, de las dificultades que tenía el hombre del Antiguo Testamento para creer en la necesidad del sufrimiento redentor del Mesías, una serie de antiguos escritores comprendieron correctamente la profecía del capítulo 53 del libro de Isaías. Vamos a citar aquí las valiosas ideas referentes a esta peculiaridad en los antiguos libros hebreos: "¿Cuál es el nombre de Mesías?" pregunta el Talmud, y contesta: "El Enfermizo, conforme con lo escrito: Este lleva nuestros pecados y padece por nosotros." En otra parte del Talmud figura: "Mesías toma sobre Sí mismo todos los padecimientos y sufrimientos de los israelitas. Si no aceptase estas torturas, ningún hombre podría soportar los castigos que siguen a la infracción de la ley."

Imagen relacionadaTambién el rabino Moche Goddarshan escribe en su interpretación de la sagrada escritura: "El Señor, santo y bendito, entró en las siguientes condiciones con el Mesías, diciéndole: Mesías Mi Santo, los pecados de los hombres serán una carga grande para Ti: Tus ojos no verán la luz, Tus oídos escucharán terribles insultos, Tu boca probará la amargura, Tu lengua se pegará a Tu paladar... y Tu alma sucumbirá de la aflicción y de muchos suspiros. ¿Estás dispuesto a aceptarlas? Si vas a tomar para Ti mismo todos estos padecimientos, - esta bien; si no, en este mismo momento voy a exterminar a todos los pecadores. Luego contesto el Mesías: Señor del universo, acepto con alegría todos estos padecimientos, pero también bajo condición de que en Mis días resucitarás a los muertos comenzando con Adán y hasta ahora, y que no solamente salvarás a ellos, sino también a todos los que deseabas crear y no creaste todavía. Entonces el Santo y Bendito Dios contestó: Sí, estoy de acuerdo. En aquel momento el Mesías aceptó gustosamente los sufrimientos, de acuerdo con lo escrito: Estaba torturado, pero sufría voluntariamente... fue sacrificado como oveja." 

Estos testimonios de los hebreos celosos y conocedores de los libros Sagrados del Antiguo Testamento son valiosos debido al hecho de que demuestran la trascendental importancia que tiene la profecía de Isaías para reforzar la fe en el poder salvador de los sufrimientos de la cruz del Mesías.

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sábado, 10 de marzo de 2018

Profecías del rey David y otras sobre la Pasión

Imagen relacionadaTambién describió vivamente la pasión de la cruz del Salvador el rey David en su salmo 22. Pero aunque en este salmo el texto se desarrolla en primera persona, naturalmente el rey David no pudo escribir de sí mismo, pues no soportó dichos padecimientos. Sólo figura como un prototipo del Mesías, refiriendo proféticamente a su propia persona lo que en realidad pertenecía a su Descendiente Cristo.

Es notable que algunas palabras de este salmo fueron pronunciadas literalmente por Cristo crucificado. A continuación vamos a presentar algunas frases del salmo 22, y paralelamente los correspondientes contextos Evangélicos.

Versículos 7-8: "Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza".  Marcos15, 29: "Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz»".

Versículo 17: "Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies". Lucas 23, 33: "Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda".

Versículo 18: "puedo contar mis huesos. Ellos me miran triunfantes, se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica". Mateo 27, 35. "Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes".

Versículo 8: "Remítese á Jehová, líbrelo; Sálvele, puesto que en él se complacía." Esta frase fue repetida literalmente por los sumos sacerdotes y escribas, Mat. 27:43. "Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: “Soy Hijo de Dios”»".

Versículo 2-3:  "A pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza. Dios mío, de día te grito,
y no respondes; de noche, y no me haces caso". Mateo 27, 46: A la hora nona, Jesús gritó con voz potente: Elí, Elí, lemá sabaqtaní (es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).

Imagen relacionadaAparte de eso, el profeta Isaías (50, 4-11) había registrado los siguientes detalles referentes a los padecimientos del Mesías, que se han cumplido literalmente (expresados en primera persona: "El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos. El Señor Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos. El Señor Dios me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Mi defensor está cerca, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos, ¿quién me acusará? Que se acerque. Mirad, el Señor Dios me ayuda, ¿quién me condenará? Mirad, todos se consumen como un vestido, los roe la polilla. Quien de vosotros teme al Señor y escucha la voz de su siervo, aunque camine en tinieblas, sin ninguna claridad, que confíe en el nombre del Señor, que se apoye en su Dios. Todos vosotros que atizáis el fuego y os ceñís con flechas incendiarias, caed en la hoguera de vuestro fuego, entre las flechas que habéis encendido. Esto recibiréis de mi mano: yacer en el tormento".

Este texto lo podemos comparar con Mateo 26, 67: "Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon diciendo: «Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado»".

Bajo la luz de estas profecías se hace comprensible la misteriosa profecía del patriarca Jacob destinada a su hijo Judá. Profecía completa (Gen. 49, 9-11): "Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos".

En esta profecía el León por su poder y majestad simboliza al Mesías, Quien deberá nacer de la tribu de Judá. La pregunta del patriarca acerca de quien pudiera levantar al dormido león habla alegóricamente de la muerte del Mesías, que se denomina por la Sagrada Escritura "El león de la tribu de Judá" (Apoc. 5, 5).

Acerca de la muerte del Mesías hablan también las palabras proféticas finales de lavar los vestidos en el zumo de uvas. La uva es símbolo de la sangre. Las palabras referentes a la asna y el pollino resultaron cumplidas cuando el Señor Jesucristo, antes de su Pasión en la cruz, entró (triunfalmente) a Jerusalén. En el capítulo siguiente veremos la predicción del profeta Daniel acerca del tiempo cuando tuvo que padecer el Mesías.

sábado, 3 de marzo de 2018

Profecías de Isaías sobre la Pasión

Resultado de imagen de sacrificios jerusalén. Sacrificio del mesias en Tierra SantaLos sacrificios de purificación ocupaban la posición central en la vida religiosa del pueblo judío. Cada devoto judío ya sabía desde su niñez que el pecado sólo podría borrarse por medio de un sacrificio cruento. Todas las grandes fiestas y acontecimientos familiares se acompañaban de sacrificios.

Los profetas no explicaban en que consistía el poder purificador de los sacrificios. Sin embargo, sus profecías relacionadas con la Pasión demuestran que los sacrificios del Antiguo Testamento anticipaban el gran sacrificio redentor del Mesías, el cual Él tuvo que ofrecer para la purificación de los pecados del mundo entero. De este gran sacrificio tomaban fuerzas y trascendencia las ofrendas del Antiguo Testamento.

La relación íntima entre el pecado y los subsiguientes sufrimientos, al igual que entre los padecimientos voluntarios y la subsiguiente salvación del hombre, no está bien comprendida aún hasta hoy día. No vamos a tratar de explicar esta relación interior, sino sólo nos detendremos aquí sobre las propias profecías referentes a la prevista Pasión redentora del Mesías.

La más sobresaliente y detallada profecía relacionada con venideros sufrimientos del Mesías es la de Isaías que ocupa un capítulo y medio de su libro (cap. 52-53). Esta profecía incluye tantos pormenores sobre los padecimientos de Cristo que el lector tiene la impresión de que el profeta Isaías escribía al propio pie del Gólgota, aunque sabemos con seguridad que el profeta vivió siete siglos antes de Cristo. A continuación presentamos la profecía en cuestión:

Resultado de imagen de sacrificios jerusalén. Sacrificio del mesias en Tierra Santa"¿Quién creyó nuestro anuncio?; ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él,
sus cicatrices nos curaron".

"Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién se preocupará de su estirpe? Lo arrancaron de la tierra de los vivos,
por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores".

La frase introductora de esta profecía: "¿Quién creyó nuestro anuncio?" atestigua acerca del carácter excepcional de los acontecimientos descritos, los cuales exigen un esfuerzo de voluntad de parte del lector para creerlos. En efecto, las profecías anteriores de Isaías hablan de la magnificencia y gloria del Mesías, mientras que la presente expone Su voluntaria humillación, padecimientos y muerte. El Mesías, estando completamente limpio de pecados personales y santísimo, soporta todos estos sufrimientos con el fin de purificar al género humano de sus iniquidades.