sábado, 30 de agosto de 2014

D. Álvaro en Tabga y las bienaventuranzas

El día siguiente, miércoles 16 de marzo, visitamos el lugar de la multiplicación de los panes y los peces junto al lago Tiberíades. Rezó allí el Siervo de Dios y quiso colocar su cruz pectoral y el rosario sobre la piedra que está debajo del altar de la iglesia. Se detuvo a contemplar aquellos campos y el lago. Seguimos hasta Tabgha, rememorando la pesca milagrosa, el encuentro de los discípulos con Cristo Resucitado, el “Simón, ¿me amas?...”. En estas ocasiones, don Álvaro siempre solía recordar los comentarios que había oído a San Josemaría a lo largo de tantos años a su lado. Entramos en la iglesia, después de habernos santiguado con agua del lago. Quiso besar la piedra que sirvió de mesa a Jesucristo y a los discípulos. También sobre esta piedra el Siervo de Dios quiso colocar cruces y rosario. Un franciscano e la Custodia de aquel Santo Lugar trajo a don Álvaro una estola empleada por el Papa Pablo VI en su visita a aquella iglesia y le pidió que se la pusiera y bendijera a los peregrinos que allí estaban. Don Álvaro lo hizo enseguida. Quiso que recitáramos allí un Credo y rezáramos por el Papa.
Después fuimos a la Basílica de las Bienaventuranzas. Allí hicimos un rato de oración y celebramos la Santa Misa en el altar mayor. Al salir, don Álvaro se quedaba admirando desde allí, con gran recogimiento, el lago y los campos por los que Jesucristo había pasado. Fuimos a Cafarnaun, donde vio la casa de Pedro y la sinagoga. Quiso que allí, después de leer textos del Evangelio relativos a aquel lugar, volviéramos a recitar un Credo y rezáramos una oración a San Josemaría (entonces Beato), pidiendo por la Iglesia.
Don Álvaro tenía deseo de volver por la tarde al lago de Genesaret y poder hacer un buen rato de oración en barca, en medio del lago. Tratamos de buscar al final de la mañana a alguien que nos pudiera alquilar una barca. Fue una búsqueda larga y no conseguimos encontrar lo que queríamos. Durante este rato de búsqueda se descargó la batería del coche y tuvimos que esperar bastante tiempo, hasta que una persona que pasaba nos cargó la batería. La vuelta a Nazaret fue a las 14,30. Y tuvimos que renunciar a la barca. Volvimos por la tarde a la costa del lago, en Tabgha. Y allí, en la orilla, sentados sobre un tronco de pino, hicimos un rato de oración (de 17,40 a 18,10), leyendo textos del Evangelio relativos a hechos de Jesucristo en el lago de Genesaret.
Volvimos al final de la tarde a Nazareth, al hotel “San Gabriel”.

www.opusdei.org

sábado, 23 de agosto de 2014

D. Álvaro en Nazaret

Por la tarde del martes 15 de marzo visitamos la iglesia y la gruta de San José, la “fuente de la Virgen” y la Basílica de la Anunciación, donde hicimos un rato de oración y concelebramos la Misa en el altar de la gruta. Don Álvaro hizo la homilía, conmovido, recordando el “Hic Verbum caro factum est”. Asistían a la Misa un grupo de personas del Opus Dei entre los que estaba el matrimonio Laura y Aníbal. Aníbal estaba ya gravemente enfermo y la mujer estaba serena y profundamente emocionada. El Dr. Araquistain hizo algunas tomas con una pequeña máquina de televisión.

Desde que comenzó este viaje por Tierra Santa, don Álvaro quiso que leyéramos en voz alta los textos del Evangelio relacionados con los diversos Santos Lugares y así hicimos. Todas estas visitas fueron precedidas o acompañadas de esta lectura y meditación del Santo Evangelio.

Estas son algunas de las palabras que dijo en la homilía:

"Siempre y en todo momento es un gran privilegio celebrar o asistir a la Santa Misa. Pero el Señor es tan bueno que ha querido dejar estos recuerdos de su paso por la tierra, de su venida al

mundo. Aquí parece que es más fácil hablar con Dios, considerar con alegría el Amor que el Señor nos tiene, y es un especial privilegio celebrar la Santa Misa. 

En esta gruta, ahí abajo, donde está marcada la señal, el Verbo se hizo carne. El Dios todopoderoso, infinitamente grande, toma carne humana. ¿Dónde? En un hogar lleno de pobreza. ¿Y en dónde nació también? En otra gruta, que ahora, con el paso de los años, está muchos metros debajo de la tierra. Ahí ha estado el Señor. Ahí nació el Señor. ¿Para qué? Para darnos a nosotros la vida. Él se hizo mortal, viviendo de esa manera –y después, muriendo como murió–, para que nosotros pudiésemos vivir. 

Permite el Señor que pasemos dolores, sufrimientos y penas. Pero son caricias que nos acercan más a Él. Hoy, al contemplar aquella escena maravillosa que nos narran los evangelistas, pienso con más facilidad en que el Señor, cuando permite que suframos, después nos transmite más su Amor, para que nos parezcamos más a Él.

Estamos reunidos para asistir al Santo Sacrificio de la Misa y le decimos: ¡Señor,gracias por lo bueno que eres! ¡Gracias porque te has dignado venir al mundo, tomando carne de aquella Doncella maravillosa que era la Virgen María! Para que nosotros fuésemos santos, para que aprendiésemos a luchar, y para que supiésemos decirte: ¡Señor, quiero lo que Tú quieras, quiero porque Tú lo quieres, lo quiero cuando Tú lo quieras!

Estad llenos de alegría siempre, llenos de paz, porque tenemos un Dios en el Cielo capaz de hacer maravillas y una Madre en el Cielo que recibió todo el amor que puede albergar una Madre.

Vamos a rezar en primer lugar por el Santo Padre y por la Iglesia universal, por la Iglesia católica. Especialmente por el Papa, que está muy necesitado de oraciones. Tiene muchos enemigos, pero el Señor le llena de paz y de alegría. No piensa en eso: piensa en que falta amor de Dios. Hijos míos: ¡falta amor de Dios!

Es el momento de examinarnos nosotros también, a ver cómo estamos de amor de Dios. A ver si no podemos dar algo más al Señor, que tiene derecho a pedirlo y que nos lo pide, mientras nos ofrece la gracia para corresponder. ¡Así de fácil es! Y así podremos decirle al Señor cuando llegue el momento: Señor, he hecho todo lo que estaba en mi mano, todo lo que podía. Y Tú me recibirás, Señor, cuando llegue el momento, como has recibido al hijo pródigo de aquel padre bueno. Que nosotros no seamos hijos pródigos; que seamos fieles,siempre, hasta la muerte, que vendrá cuando Dios quiera. Que

Dios os bendiga. Vamos a rezar un Avemaría a la Virgen".

sábado, 16 de agosto de 2014

D. Álvaro llega a Tierra Santa y visita Stella Maris


Dentro de pocas semanas, el 27 de septiembre, tendrá lugar en Madrid la beatificación del siervo de Dios Mons. Álvaro del Portillo. Estuvo de peregrinación la última semana de su vida en Tierra Santa. Con estas entradas de sus visitas a los lugares Santos podemos conocer Tierra Santa y, a la vez, que sirva como preparación para la beatificación.

La mayoría de las palabras son de una comunicación presentada por Mons. Joaquín Alonso en el Congreso con motivo del Centenario de Álvaro del Portillo, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (12-14 de marzo de 2014).

En el viaje del Siervo de Dios a Tierra Santa, del 14 al 22 de marzo de 1994, tuve la gracia de Dios de acompañarle, junto con Mons. Javier Echevarría y el Dr. José María Araquistain, que atendía médicamente a Mons. del Portillo en Roma. El viaje comenzó tres días después de su 80 cumpleaños. El Siervo de Dios no había estado nunca en Tierra Santa y agradeció mucho al Señor tener esta ocasión de visitar los Santos Lugares y de acompañar a sus hijas e hijos que habían comenzado el trabajo en la tierra de Jesús. En Jerusalén había ya dos centros del Opus Dei.

El viaje comenzó el lunes 14 de marzo de 1994 a las 15,45. Salimos del aeropuerto de Ciampino (Roma) en un avión que un cooperador del Opus Dei había puesto a disposición para este vuelo del Siervo de Dios. Hay que reconocer que el viaje, en un avión tan pequeño, se alargó mucho y resultó algo incómodo, pero don Álvaro no dijo nada. Durante el trayecto hasta Tel Aviv, rezaba y conversaba con el copiloto y con nosotros, expresando la gran alegría que le daba esta ocasión de visitar los Santos Lugares y de estar con sus hijas e hijos que habían ido a trabajar a aquella tierra en circunstancias no fáciles.

Llegamos al aeropuerto de Tel Aviv a las 20,30 hora local. Estaban esperando a Don Álvaro el Vicario de la Prelatura en Tierra Santa, don Alberto Steinvort, y otras personas del Opus Dei, entre ellas un matrimonio uruguayo, Aníbal Díaz y Laura. Él era Embajador de Uruguay en Israel. Estaban felices de tener con ellos esos días a don Álvaro. Esa noche nos alojamos en el Hotel Moriah Plaza.

A la mañana siguiente, martes 15 de marzo, don Álvaro, Mons. Echevarría, el Dr. Araquistain, Don Alberto y yo salimos en un coche, conducido por don Alberto, hacia Haifa. Visitamos el Monte Carmelo y rezamos en el Santuario “Stella Maris” y en la gruta de San Elías. Seguimos hacia Nazareth adonde llegamos a las 13. Nos alojamos en el Hotel San Gabriel.

sábado, 9 de agosto de 2014

Situación de los cristianos en Gaza

Ayuda a la Iglesia Necesitada envía 50.000 euros a las víctimas de Gaza por petición del Patriarca
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (www.ain-es.org) apoyará a las víctimas de la guerra de Gaza, a petición del patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, con una ayuda de emergencia de 50.000 euros, ha informado este martes 5 de agosto la organización católica.

La aportación irá destinada a las necesidades más urgentes, que según el Patriarcado son la atención médica de emergencia a las víctimas de la guerra.

Actualmente, los heridos están siendo tratados tanto en hospitales de Gaza como de fuera de la Franja, como el hospital católico Sant Joseph, en Jerusalén.

Los centros médicos cristianos en Gaza también precisan de ayuda inmediata, especialmente para financiar combustible con el que mantener los generadores de electricidad.

Junto a esta ayuda médica será necesaria también la reparación de centros cristianos en Gaza. Por ejemplo, la escuela católica "Sagrada Familia", en la que están acogidos actualmente unos 1.000 desplazados, ha de ser reconstruida antes de que pueda volver a entrar en funcionamiento.

También han quedado destruidas completamente parte de las viviendas de cristianos. El Patriarcado Latino pide apoyo a Ayuda a la Iglesia Necesitada también para reconstruir esas casas.

La comunidad cristiana de Gaza cuenta con unos 1.300 cristianos, de los que aproximadamente 170 pertenecen a la Iglesia católica.

Tanto la Iglesia católica como la ortodoxa han acogido a desplazados musulmanes en sus edificios y durante los bombardeos israelíes ha muerto hasta ahora una cristiana ortodoxa y varios cientos de heridos, algunos de gravedad.

"Por favor, continúen rezando por nosotros, sigan con su solidaridad y su ayuda; las necesitamos más que nunca", señala el patriarca Twal en su petición.

También el obispo auxiliar William Shomali, responsable de Gaza en el Patriarcado, apela a la fundación pontificia: "La situación humanitaria en Gaza es muy mala. Les rogamos su oración en pro del alto el fuego y de la paz. Les pedimos su ayuda para los pobres y los heridos de guerra. Ahora, más que nunca, es el momento de ayudar a las personas de Gaza".

sábado, 2 de agosto de 2014

Apremiante llamamiento del Papa Francisco por la paz


El Papa Francisco renovó su exhortación a seguir rezando con él y expresó el anhelo de que el Señor conceda a las poblaciones y a las autoridades de esas áreas la sabiduría y la fuerza necesarias para llevar adelante con determinación el camino de la paz, afrontando toda contienda con la tenacidad del diálogo y de la negociación y con la fuerza de la reconciliación. Éste fue su llamamiento, este domingo, en la cita para el rezo a la Madre de Dios, con la participación de miles de fieles romanos y peregrinos de tantas partes del mundo:



Queridos hermanos y hermanas:

Mañana se cumple el centésimo aniversario del estallido de la Primera Guerra Mundial, que causó millones de víctimas e inmensas destrucciones. Este conflicto, que el Papa Benedicto XV calificó como 'inútil masacre', desembocó, después de cuatro largos años, en una paz que resultó más frágil. Mañana será una jornada de luto en recuerdo de este drama. Al tiempo que recordamos este trágico suceso, expreso el anhelo de que no se repitan los errores del pasado, sino que se recuerden las lecciones de la historia, haciendo que prevalezcan siempre las razones de la paz, mediante un diálogo paciente y valiente.

En particular, hoy mi pensamiento se dirige hacia tres áreas de crisis: la de Oriente Medio, la iraquí y la ucraniana. Les pido que sigan uniéndose a mi oración para que el Señor conceda a las poblaciones y a las autoridades de esas áreas la sabiduría y la fuerza necesarias para llevar adelante con determinación el camino de la paz, afrontando toda contienda con la tenacidad del diálogo y de la negociación y con la fuerza de la reconciliación. Que no se pongan en el centro de cada decisión los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de cada persona.
¡Recordemos que todo se pierde con la guerra y nada se pierde con la paz!

Hermanos y hermanas ¡nunca la guerra! ¡nunca la guerra!. Pienso sobre todo en los niños a los que se les arrebata la esperanza de una vida digna, de un futuro: niños muertos, niños heridos, niños mutilados, niños huérfanos, niños que tienen como juguetes residuos bélicos, niños que no saben sonreír ¡Deténgase por favor! ¡Se lo pido con todo el corazón! ¡Es hora de detenerse! ¡Deténgase por favor!