sábado, 28 de abril de 2018

Manuscrito sobre el arca de Noé

Un fragmento de los Rollos del Mar Muerto que se exhibirán durante tres meses en el Museo de Israel (EFE)
El Museo de Israel, que guarda los milenarios Rollos del Mar Muerto, unos misteriosos documentos bíblicos, muestra ahora, y por tres meses, un fragmento antiguo del Génesis, nunca expuesto antes al público.

“Esto es parte de la copia del libro de Génesis, el único testimonio físico de este documento en el mundo”, cuenta el encargado de la exposición, Adolfo Roitman. El fragmento del manuscrito se encuentra en una vitrina, cubierta con un cristal inteligente diseñado para proteger cualquier tipo de degradación, una innovación tecnológica israelí de última generación.

“El contenido del fragmento expuesto es la columna diez del Génesis y trata sobre el patriarca bíblico Noé después del diluvio universal”, explica.

En la versión bíblica del Pentatéuco, el Dios de Israel, ordena a Noé que salga del arca con su familia. Una vez fuera, el patriarca realiza un sacrificio de agradecimiento, pero en el fragmento del Génesis, se nos dice que el sacrificio no se hizo fuera del arca, sino dentro de ella”, dice, desvelando uno de los contenidos destacados del excepcional pergamino.

“Las luces que iluminan el documento, se encienden cada 30 segundos. Están integradas dentro del propio cristal, una novedad tecnológica que permite al público ver el manuscrito y también evitar todo el daño posible al pergamino, que ya de por sí es enormemente sensible”, añade el encargado, que considera los rollos del Mar Muerto como “una ventana al mundo antiguo”.

Cuevas de Qumran, donde fueron hallados los Rollos del Mar MuertoEl documento, escrito en arameo hace 2100 años, “es una copia excepcional de las historias del libro del Génesis, nos permite conocer mejor las interpretaciones de estos pasajes bíblicos y saber cómo eran entendidos por los judíos de hace dos milenios”.

El Santuario del Libro, compuesto por tres espacios en el Museo de Israel, “tiene una división tripartita que se inspira en los templos judíos antiguos”, remarca Roitman.

Los Manuscritos del Mar Muerto, un total de ocho rollos, fueron descubiertos por beduinos en el año 1947 en las cuevas de Qumrán, a orillas del mar, y desde 1965 están expuestos en el Santuario del Libro, cuya tercera sala tiene una forma ovalada coronada por una cúpula blanca, elementos que recuerdan la tapa de la vasija donde se encontraron los documentos antiguos.

“Intentamos preservar los manuscritos como se preservaron durante 2000 años en las grutas de Qumrán, sin embargo, no podemos evitar su destrucción, porque los pergaminos son materiales orgánicos destinados a desaparecer, pero hacemos más lento su proceso de degradación cuidando el nivel de humedad y de temperatura en que se exhiben”, agregó Roitman.

“El propósito es exponer el manuscrito original, pero siempre teniendo en cuenta que nuestra obligación es preservarlo para las próximas generaciones”, comenta el encargado, que subraya el valor del contenido del manuscrito.

sábado, 21 de abril de 2018

Betsaida

Arqueólogos identifican restos de ciudad perdida como Betsaida. Encuentran los restos de una ciudad a la orilla del mar de Galilea que podría haber sido el hogar de tres de los apóstoles.

Tras décadas de búsqueda, un equipo de arqueólogos israelíes asegura haber encontrado la ciudad romana de Julias, también conocida como Betsaida, lugar de origen de los apóstoles Andrés, Pedro y Felipe. 

Las excavaciones han sido realizadas cerca del mar de Galilea por el equipo del arqueólogo Modechai Aviam, del instituto arqueológico de Galilea y el Colegio Académico Kinneret. Según el responsable, la excavación se ha desarrollado durante varios años, pero ha sido en esta última temporada cuando descubrieron “una capa de la época romana, con monedas y mosaicos del primero al tercer siglo”. Estos restos estaban ocultos, como “unos 2 metros por debajo de la capa de la época bizantina”. La sorpresa principal se produjo “al descubrir una pared de un edificio con un mosaico en el suelo, y artefactos típicos de las casas de baño”.

Al considerar que las casas de baños romanas no eran habituales en la zona, Aviam concluyó que era una pista importante para identificar a esta ciudad como Julias, que recibió este nombre en honor de una de las hijas del emperador Augusto. 

La identificación de Julias con Betsaida procede del historiador judío Flavio Josefo. En sus crónicas sobre la historia de Israel en el siglo primero, Josefo cuenta que Felipe Herodes, el hijo de Herodes el Grande, transformó Betsaida, un pequeño pueblo de pescadores, en una ciudad romana. “Este es un descubrimiento que suscitará un gran interés entre los primeros estudiosos del cristianismo, los historiadores del Nuevo Testamento y los estudiosos de la Tierra de Israel en general, y la Galilea Judía durante el período del Segundo Templo en particular”, dijo Aviam.

Betsaida es mencionada en varios episodios en los evangelios. Juan menciona que era la ciudad de origen de Felipe, Andrés y Pedro. Estos dos últimos eran pescadores y fueron llamados por Jesús mientras trabajaban en el mar de Galilea. Una gran parte del ministerio de Jesús se desarrolló entre las ciudades cercanas al gran lago, como Betsaida, Capernaúm o Corazín.

sábado, 14 de abril de 2018

Hallazgos de invasión babilónica de Jerusalén

Las excavaciones muestran el alto desarrollo cultural en el reino de Judá y la destrucción de la ciudad en la invasión babilónica del año 586 a.C.

Nuevos descubrimientos en Jerusalén muestran la evidencia de la destrucción de Jerusalén a manos del imperio babilonio hace unos 2.500 años, uno de los sucesos históricos más importantes descritos en el Antiguo Testamento. 

La Autoridad de Antigüedades de Israel desarrolla una excavación en el Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén. Estas excavaciones han encontrado viviendas de 2.500 años de antigüedad que fueron devastadas rápidamente. 

Entre los restos de estos antiquísimos escombros se han encontrado una gran cantidad de elementos: madera carbonizada, semillas de uva, cerámica, escamas de pescado y huesos, y artefactos únicos y raros. Según los especialistas, estos hallazgos muestran “la riqueza y el carácter de Jerusalén, capital del Reino de Judea”, y son una prueba fascinante de la caída de la ciudad a manos de los babilonios.

Entre los hallazgos más destacados de la excavación se encuentran decenas de vasijas que servían para almacenar tanto grano como líquidos, apareciendo un sello en algunos de ellos. 

Además, uno de los sellos descubiertos fue el de una roseta, una rosa de seis pétalos. Según los doctores Ortal Chalaf y Joe Uziel, directores de excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel, se trata de un símbolo real: “estos sellos son característicos del final del Primer Período Templario y fueron utilizados dentro del sistema administrativo que se desarrolló hacia el final de la dinastía en Judea, que se encargaba de supervisar, recolectar, comercializar y almacenar los rendimientos de los cultivos. La roseta, en esencia, reemplazó el sello “Para el Rey” utilizado por el sistema administrativo anterior”. 

La riqueza de la capital del reino de Judea también se manifiesta en los artefactos ornamentales que surgen en el lugar. 

Un hallazgo “raro” es el de una pequeña estatua de marfil, que representa a una mujer. La figura está desnuda, y su corte de pelo o peluca es de estilo egipcio. La calidad del tallado es alta, y atestigua al alto nivel artístico de los artefactos y la habilidad que ya se había desarrollado en esa época.

Los responsables de la excavación agregan que “los hallazgos de la excavación muestran inequívocamente que Jerusalén se había extendido fuera de las murallas de la ciudad antes de su destrucción. 

En la Edad de Hierro, Jerusalén experimentó un crecimiento constante, expresado tanto en la construcción de la muralla de la ciudad y el hecho de que la ciudad más tarde se extendió más allá del muro. Las excavaciones realizadas en el pasado en el área del Barrio Judío han mostrado cómo el crecimiento de la comunidad a finales del siglo VIII a.C. causó la anexión del área occidental de Jerusalén. 

En la excavación actual, podemos sugerir que después de la expansión hacia el oeste de la ciudad, las estructuras fueron construidas fuera de la frontera de la pared en el este también”. Los escombros también han revelado que la destrucción efectuada por los babilonios no fue total, sino selectiva. Así, se han podido encontrar casas y muros calcinados, mientras otras edificaciones menos importantes permanecieron en pie.

La caída de Jerusalén está documentada con precisión en el Antiguo Testamento, en el 2º Libro de Reyes y en el libro del profeta Jeremías. Allí se relata como Nabuzaradán, general de los ejércitos de Nabucodonosor, llevó a cabo la destrucción de la ciudad paso a paso. Primero saqueó y quemó el templo, luego destruyó los palacios y las casas de los príncipes; y finalmente derribó los muros. 

Aunque la mayoría del pueblo fue llevado cautivo a Babilonia -a un exilio que duró 70 años-, se quedaron en Jerusalén los más pobres con la misión de ocuparse de las labores de labrado y de las viñas. La caída del Reino de Judá había sido advertida durante años por los profetas bíblicos, que llamaron al pueblo al arrepentimiento y a volver a Dios para no acabar siendo destruidos.


sábado, 7 de abril de 2018

El colegio español del Pilar en Jerusalén

Esta entrada para mí es especial, pues hace más de un año que voy a atender las confesiones y la dirección espiritual de las niñas cristianas de este colegio. Desde hace unos meses también les doy pláticas. Me impresiona siempre mucho su alegría dentro de la pobreza en la que viven, y la profunda fe que tienen.

En pleno centro de la ciudad vieja de Jerusalén, concretamente en el barrio cristiano, uno de los cuatro de la ciudad, se encuentra el colegio Nuestra Señora del Pilar, popularmente conocido en la ciudad como el “colegio español”, lo que queda patente con la bandera de España que ondea en el tejado que pudimos ver al llegar a la escuela enclavada en el corazón de la Ciudad Santa.

El centro es dirigido por la religiosa española Marta Gallo Marín, de las Misioneras Hijas del Calvario y allí estudian algo más de 200 niñas, la gran mayoría de familias muy pobres. Hay cristianas y musulmanas. Estudian juntas, juegan juntas, crecen juntas y forjan amistades para toda la vida venciendo diferencias religiosas y culturales y los prejuicios entre comunidades.

Y así ha sido desde que el colegio naciera en 1923, un poco gracias a la casualidad. En el mismo edificio en el que se encuentra ahora el colegio católico estaba el Consulado español hasta que el cónsul decidió trasladar la delegación fuera de las murallas.

En el colegio hay 23 profesoras, entre las que también hay alguna musulmana. En la imagen la madre Marta habla con una de ellas

Sabiendo que las religiosas de esta congregación querían instalarse en Jerusalén les ofreció este edificio en la ciudad vieja con una sola condición, que abrieran un colegio para los hijos de las familias más pobres del barrio cristiano. Así lo hicieron y así siguen casi un siglo después.

Cuando se fundó, el colegio no tenía un nombre y era conocido como el colegio español. Poco a poco se fue haciendo más conocido. Cada vez más personas y grupos pasaban por él para rezar en la capilla. “Unos aragoneses vinieron con una imagen del Pilar y se la ofrecieron a las hermanas para que se quedara aquí. Es la que está ahora en la capilla y las hermanas pensaron que como era el colegio español y la Virgen del Pilar había venido a visitarnos, podría llamarse colegio Nuestra Señora del Pilar”, explica a Cari Filii la hermana Marta.

Desde entonces miles de niñas han pasado por este colegio. Las musulmanas representan actualmente dos tercios de las alumnas. Entre las cristianas hay católicas, ortodoxas, armenias, coptas… Estudian juntas y entre ellas no hay ninguna diferencia, solamente se separan para las clases de religión en la que las cristianas van a un aula y las musulmanas a otra.

La hermana Marta, directora del colegio, explica que “una de las cosas que más trabajamos aparte de la instrucción es que se hagan amistades buenas y estables entre las niñas, también entre cristianas y musulmanas”.

La paz no es una utopía en este colegio. Empieza con la transformación de cada persona. Y es lo que hacen en el colegio del Pilar. “Para nosotras todas son iguales aunque tengan distintas costumbres en sus casas, van todas iguales y no se distingue quien es quien. Tenemos reuniones periódicas con los padres. Se juntan madres cristianas y musulmanas. Las relaciones que se crean entre ellas son de amistad. Por ello, nuestro trabajo se extiende con las familias”, agrega.

Y aquí María también juega un papel especial como “reina de la paz”. No se esconde a la Virgen, más bien al contrario. La imagen del Pilar está no sólo en la capilla, sino también en el patio y otras dependencias.

Explica la hermana Marta que a las niñas no sólo se les explica quién es la Virgen sino que todas juntas, cristianas y musulmanas, durante el mes de mayo “hacemos en el patio las flores de María y hasta ahora nunca nadie nos ha dicho nada. Algunas de las niñas, unas y otras, rezan el Ave María con todo el entusiasmo”.

Además, recuerda que “una madre musulmana que fue alumna del colegio y ahora tiene a sus hijas aquí me dijo: ‘yo todavía rezo cada día aquella oración de cuando hacíamos las flores en el colegio’”.

La directora afirma que no se hacen distinciones a la hora de hablar de María a las niñas. “Los musulmanes quieren a la Virgen. Y en Religión y otras clases se les habla de la Virgen, siempre respetando su religión y procurando respeto mutuo”, agrega.

Pero también para la hermana Marta, que a sus 73 años lleva ya 16 en Jerusalén, la Virgen representa un elemento esencial en su vocación. “La Virgen es mi compañera en todo momento –asegura- y camino con ella por las calles. Es la pura realidad, es el todo, es una inspiración sobre cómo vivió aquello que le cayó del cielo, todo inesperado, tener un hijo como lo tuvo, la Pasión, Muerte y Resurrección, cosas muy bonitas y muy duras. El cómo lo vivió es una inspiración para toda mujer, y también para todas nuestras niñas que están aquí”.

Como consecuencia de esta máxima, este colegio es un lugar de paz donde las amistades entre las niñas se mantienen durante toda la vida, sin importar el credo que profesen. Y la directora recuerda un caso reciente que muestra el espíritu que se vive en este pequeño colegio situado en el corazón de Jerusalén.

La historia la protagonizan una niña cristiana y otra musulmana, “amigas del alma”. Cada año un sacerdote italiano invita a 15 alumnas a su parroquia en el norte de Italia durante dos semanas con la ayuda del alcalde. En el grado 11 la directora eligió a una de ellas para ir a Italia. En el 12 le tocaba a la otra amiga pero no fue seleccionada porque se había quedado sola únicamente con su padre enfermo terminal por un cáncer. La otra chica fue a la directora para pedir que su amiga se fuera aquellos 15 días ofreciéndose ella misma a cuidar del padre enfermo de su compañera.

“Fomentamos la paz todo lo que podemos. Ayudamos a las niñas a no responder mal con mal”, añade, sabiendo que siempre la “paz es un don de Dios”. Aun así el colegio de Nuestra Señora del Pilar se ha convertido ya en una columna de esta paz tan ansiada en la Tierra Santa en la que Cristo nació, vivió y murió hace más de 2000 años.