sábado, 21 de marzo de 2009

Lugar de la Encarnación

"En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel, de parte de Dios, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María". (Lucas 1, 26) El día 25 de marzo, 9 meses antes del día de Navidad, celebramos la solemnidad de la Encarnación del Hijo de Dios. El punto del mundo elegido para que Dios asuma nuestra carne es un pueblecito pequeñísimo y desconocido, situado en Galilea. La Nazaret evangélica no tenía más de 30.000 m. cuadrados (200 por 150 m), con medio centenar de grutas-vivienda. La ciudad actual asciende a 71.500 habitantes: 25.000 árabes musulmanes, 22.500 árabes cristianos y 24.000 hebreos. Aunque pertenece al estado de Israel, es la comunidad árabe más importante del país fuera de Jerusalén. Musulmanes y cristianos ocupan las laderas y el valle, mientras los judíos viven en el barrio alto (Nazaret Illit) de nueva construcción. Nazaret es hoy el centro administrativo de toda la Galilea. En tiempos antiguos, este papel lo ejercieron Hazor, Séforis y Tiberiades. Entre los siglos II-VII dC, abundan los testimonios de peregrinos. Egeria (381-384) dice que "la gruta en que habitó Santa María es grande y clarísima; allí había un altar". El peregrino de Piacenza (570) precisa: "la casa de María es ahora una basílica". Y Arculfo (670) vio "la iglesia construida sobre la casa en la que el ángel Gabriel entró y saludó a María". La primera invasión musulmana fue tolerante y respetuosa con los santuarios, pero las cosas empeoraron en los siglos VIII-XI, como acreditan los peregrinos Wilibaldo y otros.
Los cruzados (Tancredo, 1109) restauran Nazaret y sus santuarios. El de la Anunciación se convierte en catedral (52 por 30 m.) al trasladar el obispado de Escitópolis (Bet Sheán) a Nazaret, que duró hasta 1187. Pero, en 1263, Bibars la arrasó y asesinó a los cristianos. Siguió un abandono de cuatro siglos (s. XIII-XVII), hasta que el emir Druso de Saida, Fakhr ed-Din, devolvió a los franciscanos (1620) los solares que ocultaban la Gruta y los terrenos adyacentes. En 1730, levantan la una pobre iglesia sobre la Gruta. La Iglesia cruzada había sido destruída. En 1871 se amplía. En 1955, este templo fue demolido.
La nueva basílica de la Anunciación se alzó en los años 1960-1969 y se inauguró en 1969. Durante el transcurso de las obras, recibió la visita del Papa Pablo VI (1964). En el año 2000 pudo visitarla Juan Pablo II, y esperamos que Benedicto XVI lo haga este año. Las excavaciones de un franciscano, el P. Bagati, demuestran que la Nazaret evangélica, no sobrepasaba la colina que es actualmente propiedad de la Custodia. Incluso podemos señalar el lugar del precipicio (Lc. 4, 29) a unos 300 m de la sinagoga.
La Basílica actual tiene dos plantas. En la más baja encontramos los restos de la casa de María. Delante de la gruta de la Anunciación aparecieron restos de una construcción en cuyos sillares, se leían inscripciones en diversos idiomas, del estilo: alégrate María. En 1964 se acabó de construir la actual Basílica por Giovanni Muzio. La fachada sur está dedicada al misterio de María. Se la ve jovencísima. Según normas rabínicas de la época, convenía que las jóvenes se desposaran a la edad de once a trece años.
Me decía un peregrino que era el sitio donde más a gusto había rezado. Realmente, en ese lugar tan encantador, es fácil hacer oración, imaginándose a la Virgen hablando con el ángel, contemplando la gruta y el marmol -debajo del altar- donde se leen las palabras hic Verbo Caro hic factum est, "El Verbo aquí se hizo carne". Ahora no se puede rezar dentro de la gruta por problemas en la estructura. Sólo se ve desde detrás de una reja. Hace un año -cuando todavía se podía- me gustaron mucho unas rosas azules y blancas que había en el lugar, y quise sacar una foto con mi pobre movil, que sale borrosa. Cuánto ayuda rezar aquí para ser generosos con Dios, y decirle que sí -como hizo nuestra Madre- en todo lo que nos pida.

3 comentarios:

Juanjo Castillo dijo...

Verdaderamente es un lugar entrañable, a la vez que ideal para pedir una gracia a nuestra Madre.
Por pura Gracia de Dios, pude visitar hace unos años, la parte gruta que se custodia en Loreto (Italia).
Verdaderamente, rezar entre las piedras que vieron al ángel que anunció a María la Encarnación del Hijo de Dios es todo un privilegio.
Espero que la Madre atienda mis peticiones.

Julio dijo...

Santiago: no te conozco directamente sino primero por el blog en enlace desde otro sitio me parece que pensar por libre, y luego por Jaime Guixá que está en la República Dominicana. Yo vivo en Venezuela. Sin tu permiso utilice tu ultima entrada para www.sagradafamilia.org.ve

Ludmila Hribar dijo...

Gracias por acercarnos al misterio lleno de vida de esos lugares.