sábado, 24 de septiembre de 2011

Los hermanos de Jesús

“Alguien le dijo entonces: Mira que tu madre y tus hermanos están fuera intentando hablarte. Pero él respondió al que le hablaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Pues todo el que haga la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre” (Mt 12, 47-50).

Este evangelio lo hemos leído en la Santa Misa hace unos días. La de los hermanos de Jesús son unas palabras que salen con mucha frecuencia en el Nuevo Testamento, y que han llevado a una cierta confusión. Hay algunos que piensan -apoyándose muchas veces en estas palabras- que Jesús tuvo hermanos. Esto evidentemente contradice la virginidad de María antes, durante y después del parto. El por qué se llaman hermanos puede explicarse conociendo la mentalidad de la gente en estos lugares. Viviendo y profundizando en su cultura nos damos cuenta de que el concepto hermano tal y como lo utilizan es muy amplio. En la lengua griego helenística, no semítica, hermano significa también hermanastro. En cambio, en el mundo semítico, cuando se utiliza la expresión hermano se hace referencia a un término más general. No hay palabra para primo o sobrino, sino que habitualmente se usa esta.

Puedo contar mi experiencia concreta con los amigos que tengo en territorios palestinos. Después de haberles presentado a mi familia, cuando mis padres y hermanos visitaron Tierra Santa, muchas veces comenzaron a llamarles de esta manera: padre, madre o hermanos. Por ejemplo, uno de mis mejores amigos de Belén, que se llama Faried, conoció desde hace dos años a mis padres y hermanos, y siempre al preguntarme por ellos, o al escribirles un mail o por Facebook les llama con toda naturalidad de este modo: madre, padre, o hermano tal o cual.

Comprobar esto me aclaró la mentalidad de las gentes de estos lugares. Es evidente que esto lo han heredado de las costumbres que ya existían en la época en la que que vivió el Señor.