sábado, 7 de abril de 2012

Luz de la casa

"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo
" (Jn. 1, 1-9).
También quería citar al comienzo de esta entrada otro texto del Evangelio de san Juan. Son también palabras del Señor acerca de la luz, en las que dice: "El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios" (Jn. 3, 18-21).
Jesucristo es la luz del mundo. Con su Resurrección ilumina al mundo y a cada hombre con la esperanza de la futura resurrección. El sentido de la luz está muy presente en la vigilia Pascual. Me parecía interesante, por eso,  hablar hoy del significado y la importancia que tenía la luz en una casa Palestina. La lámpara era considerada como un lujo necesario entre los aldeanos. Cuando el sol se ponía, la puerta de la casa se cerraba, y entonces se encendía la lámpara. El dormir sin luz es considerado entre los aldeanos como un signo de extrema pobreza. En la Biblia son sinónimos los términos lámpara, luz y vida. Un viajero retrasado siempre buscaba ver una luz en alguna casa. Si la encontraba estaba salvado, pues entonces sabía que ahí había vida. De ahí se entiende la frase oriental para condenar. El desear que la luz de un hombre se apague sería como desearle una maldición terrible. De hecho, respecto al hombre malvado, en el libro de Job, se dice: "La luz se oscurecerá en su tienda, y apagarase sobre él su lámpara" (Job 18:6). A la vez, el salmista se considera bendito del Señor, cuando se decía a sí mismo en relación con Dios: ”Tú pues alumbrarás mi lámpara" (Sal. 18:28). Esto es lo que significaba para los orientales. Ellos apreciaban el valor aun de una sencilla lámpara de barro en lo oscuro de la noche o en la oscuridad de la casa. Por eso Jesús dijo:"Así alumbre vuestra luz debute de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat.5:16).
También podemos recordar la referencia del profeta Isaias al pabilo que humea. La profecía de Isaías referente al Mesías fue que "ni apagará el pabilo humeante" (Isa. 42:3). Se han podido ver y examinar antiguas lámparas de arcilla en uso. La mecha se hacía de hebras torcidas de lino que luego se ponían en el depósito de aceite de oliva de la lámpara. Cuando el aceite estaba por terminarse, producía un humo molesto. Esto era indicación para llenar de nuevo el depósito de aceite. El apagar la luz era a veces intencional. Si la mecha estaba muy gastada, la señora de la casa la apagaba, y entonces la reponía con otra."La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio" (Mt 12:20).

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