"Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor" (Mt 27, 3-10).
A pocos días de la Pasión del Señor recordamos la traición de Judas. El campo adquirido con el dinero de la entrega del Jesús se llama campo del alfarero. Se encuentra entre el monte Sion y la ciudad de David. Desde Gallicantum se ve muy bien todo el terreno. En arameo hagel dema significa “campo de sangre.” En griego se escribe ’Akeldamá y, también se puede decir, ’Akeldamách, para dar mediante la letra ch el sonido gutural de la aleph final. San Pedro dice en su discurso : “Este, pues, compró un campo con el precio de su iniquidad, y cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus entrañas. Y esto fue conocido por todos los habitantes de Jerusalén de forma que el campo se llamó en su lengua Haqueldamá, es decir: "Campo de Sangre” (Hch. 1, 18-19).
Este lugar algunos historiadores dicen que coincide con “la casa del alfarero” de Jeremías, pues la Biblia dice que está en el valle del Hijo de Ennom, al sur de Jerusalén. El mismo profeta afirma que en este valle, “enterrarán en Topheth, puesto que no hay otro lugar” debido al culto a Moloch practicado ahí. En su “Onomasticon” Eusebio dice que el “campo de Haceldama” esté cerca a “Thafeth del valle de Ennom”. Pero bajo la palabra “Haceldama” dice que este campo estaba señalado como “norte del Monte Sion,” pero esto pasó evidentemente inadvertido. San Jerónimo a su vez corrige el error y escribe “sur del Monte Sion”.
La tradición concerniente a este lugar ha permanecido igual a través de los siglos. El peregrino Arculf en el 670 lo visitó asegurando que se encontraba al sur del Monte Sion y también hace mención de la sepultura de peregrinos. En el siglo XII, los cruzados erigieron más allá del campo, en el lado sur del valle de Ennom, un gran edificio ahora en condiciones ruinosas. Continuaron enterrando peregrinos allí hasta inicios del siglo XIX. Haceldama ha sido propiedad de los armenios no unidos desde el siglo XVI.
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