Los idiomas que se hablan en esta tierra son muchos, aunque los propios del país son el árabe y el hebreo. Son lenguas semíticas, y su aprendizaje no es fácil. La ventaja para aprender hebreo es que están muy bien organizados los cursos. En dos años se puede aprender la lengua. El problema con el árabe es que no hay una sistemática de enseñanza, además de la dificultad que tiene la pronunciación de este idioma. Para hacerse una idea dos breves apuntes: en árabe cada palabra hay que aprenderla dos veces, pues el plural en cada una es distinto; por otro lado esta lengua tiene unos sonidos guturales nuevos y totalmente distintos a los que conocemos. En cambio, en hebreo, todos los sonidos son semejantes a los que usamos en occidente, lo que facilita bastante el aprendizaje. Cuando vine aquí casi todos hablaban ya hebreo. He sido el pionero en empezar directamente con la lengua árabe. Al poco de llegar me dijo un experto: -No te preocupes, ten paciencia, necesitarás tres años por lo menos para manejarte en árabe. Ya llevo dos años, y reconozco que no le faltaba razón. Es increíble todo lo que he aprendido en este tiempo y lo poco que sé.
Pensando cómo oír y practicar más el árabe, se me ocurrió la idea de acudir al Seminario que tiene el Patriarcado cerca de Belén, en una población llamada Beit Yalla. Fui a hablar con el Rector -que me recibió muy cariñoso- para preguntarle si podía asistir a clases con los seminaristas para aprender árabe. Me aconsejó ir a clases con los del Seminario Menor, que tienen de 13 a 16 años. Dijo que entendería mejor y aprendería más árabe que si fuera a clases con los seminaristas mayores. Fui el primer día y me presentaron a todos los profesores, y luego a los niños. Estuve en clase con ellos. Al principio lo pasé un poco mal. La sensación era curiosa.
La profesora en un momento dijo en árabe: "¡niños, dejad ya de mirar al cura!" Después de todo un curso ya se han ido acostumbrando a tener un cura extranjero al final de la clase ¡He vuelto al cole! Es una sensación curiosa después de tantos años. Solo voy una mañana a la semana y estoy en cuatro clases. Son unos 50 niños en total. La mitad son de Jordania, y el resto de Israel y
Palestina. Son muy majos, y siempre cuando llego me saludan en árabe y me invitan a sentarme a su lado. Pero siempre me pongo detrás para que no distraerles y ver todo con más perspectiva. Incluyo algunas fotos de estos chavales y pido oraciones por ellos para que, si Dios quiere, lleguen a ser unos sacerdotes santos.
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5 comentarios:
Don Santiago:
Sus noticias nos gustan cada vez más. No me extraña que su blog alcance ya los sitios más increíbles de este planeta. Si es que se le queda pequeño...
José Manuel
Esto es impresionante. Gracias por este blog que ayuda mucho a recordar cosas de la Tierra Santa y saber más de la labor.
Hola Santi: aquí Borja Mec. Acabo de encontrar tu blog en la página de Antiguos Alumnos de Retamar. Ya te pongo como favorito en mi blog. Por cierto, acabo de llegar de Roma de la ordenación de Iñigo. IMPRESIONANTE.
Un abrazo muy fuerte.
Borja Mec
Don Santi:
Soy Carlos B. Sí, sigo en Huesca, claro. Ya veo que no se aburre por esos lares. La verdad, ¡qué envidia! Esta noche comentaré en casa que he visitado su blog y así nos acordaremos de rezar por el gran trabajo que tiene entre manos. Si quiere puede visitar el blog que creé en enero para Añisclo (http://ungranclub.blogspot.com/). Puede echarse unas risas.
Un abrazo,
Carlos.
Interesante el blog.
Estoy aprendiendo sobre historia y cultura de esos lugares
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