domingo, 29 de junio de 2008

Ain Karem, lugar de la Visitación

Celebramos hace unos días la solemnidad de San Juan Bautista, y a finales del mes de mayo la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Quería aprovechar estas festividades para hablar del lugar donde tuvo lugar la Visitación y donde nació San Juan: Ain Karem. En los siglos XIII-XIX los peregrinos ya veneraban este lugar como la "segunda casa de Zacarías", y donde Isabel se retiró en espera del nacimiento del Bautista (Lc 1,24). Se encuentra a unos 10 kilómetros de Jerusalén. La primera vez que tuve la oportunidad de ir fue en una breve excursión en bicicleta, poco después de llegar a Tierra Santa. Es un lugar precioso y que –sin duda- tiene un encanto especial. No solo por la naturaleza que rodea la colina donde está situada la Iglesia, sino también por el acontecimiento que tuvo lugar allí. Es fácil imaginarse la llegada de la Virgen después de un viaje muy largo –dista 193 kilómetros de Nazaret-, y los tres meses pasados ayudando a su prima –ya mayor- antes del nacimiento de su hijo Juan. Para llegar hay que superar una cuesta empinada.
Al entrar en el patio que hay antes de la Iglesia, vemos una escultura del encuentro entre la Virgen y su prima. En el muro, dentro del recinto, inscripciones con la oración del Magníficat en muchos idiomas (se pueden observar en la foto, pues están detrás de la escultura de la Virgen y Santa Isabel). En la Iglesia que hay en la entrada -pues hay otra más grande subiendo unas escaleras- encontramos al fondo -como en una cueva- el antiguo pozo, donde la Virgen María iría a sacar agua. De aquí deriva en Hebreo el nombre de Ain Karem, de los jardines y viñas (kerem) fértiles gracias a una fuente perenne (Ain). En árabe Ain kariim, significa "fuente generosa".
A la derecha, una roca de un metro de diámetro. Según la tradición esa es parte de la roca donde Isabel se escondió con su hijo Juan para que no lo mataran los soldados de Herodes. En la antigüedad se recordaba el episodio apócrifo, que se encuentra en el protoevangelio de Santiago, el “refugio de Isabel”. La descripción más antigua del lugar es la que hace Daniel en el siglo XII.


"Entre un valle lleno de árboles, se encuentra la montaña hacia la que Isabel corría con su proprio hijo y dijo: “Recibe montaña, a la madre y al hijo”. Y la montaña se abrió y ofreció su refugio. Los soldados de Herodes que la seguían, llegados a este punto no encontraron a nadie y se volvieron confusos. Se puede ver hasta hoy el lugar donde esto sucedió, señalado en la roca. Encima se eleva una pequeña iglesia bajo la cual hay una pequeña gruta, y delante de la entrada de está adosada otra pequeña iglesia. De esta gruta surge una fuente que dio de beber a Isabel y Juan durante su estancia en la montaña, donde se quedaron, servidos por un ángel, hasta la muerte de Herodes".

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