“La samaritana le dijo: - ¿Cómo Tú, judío, me pides de beber a mí que soy mujer samaritana? Porque los judíos no se hablaban con los samaritanos" (Jn. 4, 9).
El tercer domingo de Cuaresma se puede leer el Evangelio de la samaritana en el pozo. El Siquem o Sicar de las Escrituras es el actual Nablus. Ahí está el pozo llamado de Jacob, y en el que Jesús le pidió de beber a una mujer samaritana. En esta imagen reproduzco una foto del pozo. En este terreno se encontraron las ruinas de una iglesia bizantina. Actualmente hay una iglesia ortodoxa, y en la cripta se haya el pozo. Hay que bajar muchas escaleras, porque el lugar se ha ido rellenado con los despojos de muchas guerras.
Efectivamente -como afirmó la mujer samaritana- no se podían ver judíos y samaritanos. En el año 926 antes de Cristo, las tribus del norte se rebelaron contra el Rey Roboam, hijo de Salomón. De aquí surgieron dos reinos: el del norte, con su capital en Siquem, y el de Judá en el sur con su capital en Jerusalén. En el año 875 a. C. el rey de Israel, Omrí, traslada la capital a Samaria. En el año 722 a. C., los asirios conquistaron a las diez tribus del reino de Israel. La Biblia cuenta que el pueblo original fue al exilio y se reemplazó por gente foránea, a quién se le dio cierta instrucción religiosa similar a la judía. Aunque el pueblo samaritano, originado con esta mezcla, reconocía la Torá, fue despreciado por el pueblo judío. En los siglos V y VI, bajo los bizantinos, eran más de 300.000. El bajón dramático hasta la actualidad -de unos pocos centenares- se debe por una parte a la matanza de más de 50.000 en la rebelión del año 529 contra Justiniano y, posteriormente, a la progresiva islamización.
Actualmente apenas superan el número de 600 en Tierra Santa. Como fueron expulsados del judaísmo por Esdras y Nehemías -siglo V a. C.-, no reconocen desde entonces el Templo de Jerusalén y edificaron su santuario en el monte Garizín, para ellos el lugar más sagrado de la tierra.
Los samaritanos solamente aceptan a Moisés como único profeta y no reconocen la tradición oral del Talmud, y tampoco los libros de los Profetas, porque se guían exclusivamente por los cinco libros de la Torá o Pentateuco. Usan un código llamado Hillukh que trata de aplicar la Torá a la vida social. Sus costumbres se mantienen judías. Conservan, por ejemplo, el rito de la Purificación por medio de las cenizas de una vaca roja. Este rito lo abandonó el judaísmo con la destrucción del Templo, hace dos mil años. También el día de la Pascua ofrecen en sacrificio a muchos corderos a la vez. Pueden sacrificar unos 30 ante la vista del pueblo. Es el único lugar del mundo donde se sacrifican corderos según la antigua tradición judía.
Debido a su población reducida, a su endogamia y a su negativa a aceptar conversos, los samaritanos han tenido problemas de enfermedades genéticas. Sólo, en tiempos recientes han aceptado que los hombres de la comunidad se casen con mujeres no samaritanas.
Los samaritanos en el Monte Gerizim hablan el árabe como primer idioma y el hebreo moderno como segundo. La mayoría de los samaritanos de la otra comunidad, la de Holón -especialmente las generaciones jóvenes- tienen al hebreo como su lengua materna, aunque también entienden el árabe.
Efectivamente -como afirmó la mujer samaritana- no se podían ver judíos y samaritanos. En el año 926 antes de Cristo, las tribus del norte se rebelaron contra el Rey Roboam, hijo de Salomón. De aquí surgieron dos reinos: el del norte, con su capital en Siquem, y el de Judá en el sur con su capital en Jerusalén. En el año 875 a. C. el rey de Israel, Omrí, traslada la capital a Samaria. En el año 722 a. C., los asirios conquistaron a las diez tribus del reino de Israel. La Biblia cuenta que el pueblo original fue al exilio y se reemplazó por gente foránea, a quién se le dio cierta instrucción religiosa similar a la judía. Aunque el pueblo samaritano, originado con esta mezcla, reconocía la Torá, fue despreciado por el pueblo judío. En los siglos V y VI, bajo los bizantinos, eran más de 300.000. El bajón dramático hasta la actualidad -de unos pocos centenares- se debe por una parte a la matanza de más de 50.000 en la rebelión del año 529 contra Justiniano y, posteriormente, a la progresiva islamización.
Actualmente apenas superan el número de 600 en Tierra Santa. Como fueron expulsados del judaísmo por Esdras y Nehemías -siglo V a. C.-, no reconocen desde entonces el Templo de Jerusalén y edificaron su santuario en el monte Garizín, para ellos el lugar más sagrado de la tierra.
Los samaritanos solamente aceptan a Moisés como único profeta y no reconocen la tradición oral del Talmud, y tampoco los libros de los Profetas, porque se guían exclusivamente por los cinco libros de la Torá o Pentateuco. Usan un código llamado Hillukh que trata de aplicar la Torá a la vida social. Sus costumbres se mantienen judías. Conservan, por ejemplo, el rito de la Purificación por medio de las cenizas de una vaca roja. Este rito lo abandonó el judaísmo con la destrucción del Templo, hace dos mil años. También el día de la Pascua ofrecen en sacrificio a muchos corderos a la vez. Pueden sacrificar unos 30 ante la vista del pueblo. Es el único lugar del mundo donde se sacrifican corderos según la antigua tradición judía.
Debido a su población reducida, a su endogamia y a su negativa a aceptar conversos, los samaritanos han tenido problemas de enfermedades genéticas. Sólo, en tiempos recientes han aceptado que los hombres de la comunidad se casen con mujeres no samaritanas.
Los samaritanos en el Monte Gerizim hablan el árabe como primer idioma y el hebreo moderno como segundo. La mayoría de los samaritanos de la otra comunidad, la de Holón -especialmente las generaciones jóvenes- tienen al hebreo como su lengua materna, aunque también entienden el árabe.
El pozo de Sicar es un lugar especial, especialmente para los cristianos, pues se puede decir que es de los pocos sitios que -podemos decir- tocó Jesús en persona.
1 comentario:
Hola padre, no le conozco. Soy de Amigos de Tierra Santa. He estado en casi todos los sitios que ha puesto usted fotos. He estado este verano en Israel y me ha gustado mucho. Espero que se encuentre bien, y empiece a chapurrear un poco de árabe. También le diré que soy proisraelí. En fin, espero seguir leyendo su blog. Saludos. Am Israel Jai!
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