sábado, 10 de julio de 2010

Historia de Getsemaní

Parece que la primera iglesia construida en Getsemaní se remonta a la segunda mitad del siglo IV. Se situaría su construcción entre el 333 y el 383. Los historiadores fijan la fecha de la construcción bajo el reinado de Teodosio I (379-395). Desde el siglo IV, en el lugar de la Agonía de Jesús, el huerto corrió el destino de tantas propiedades cristianas, a la huída de los cruzados. Agregado al colegio teológico musulmán, instalado en la iglesia de Santa Ana, terminó, no obstante, convirtiéndose en una propiedad privada. Posteriormente hay varias hipótesis que pueden examinarse, como son: la destrucción por uno de los violentos terremotos que han sacudido Palestina, como la primera iglesia de Betania (419), 447, 551, 746?); destrucción por los Persas (614), a la que siguió posiblemente una modesta reconstrucción. No es fácil determinar lo que sucedió en este lugar. En otoño de 1891, el vaciado de una fosa de estiércol y su excavación, en un recinto contiguo al huerto de los olivos, descubrió el muro de un ábside y restos de un tosco mosaico. Los enredos administrativos de la época impedían las excavaciones sistemáticas. A partir de la instauración de un régimen de mayor libertad por las autoridades otomanas, los franciscanos comenzaron los trabajos de limpieza del terreno. Estos sacaron a la luz, en 1909, las ruinas de una Iglesia medieval, orientada hacia el sudeste. Los arqueólogos identificaron esta Iglesia con la que el peregrino Juan de Würzburg (1165) dijo que estaba erigida a la advocación del Salvador, en el lugar de la oración de Cristo.
Erigida en 1924 en el lugar tradicional del Jardín de Getsemaní, la Basílica de la Agonía conserva una sección de la base rocosa identificada como el lugar en el cual Jesús rezará en el huerto la noche de su detención. No es seguro que éste sea el lugar preciso. Fue proyectada esta iglesia por el arquitecto Antonio Barluzzi y erigida sobre los cimientos de dos santuarios anteriores: una capilla del siglo XII abandonada en 1345 y la basílica bizantina anterior del siglo IV, destruida por el terremoto de 746. Una roca en el camino que conduce al Monte de los Olivos fue descrita en el año 333 por el Peregrino de Burdeos, que lo identifica como el lugar en el que Judas Iscariote entregara a Jesús. Las ventanas de la actual iglesia están hechas con un alabastro azulado-purpurino translúcido, que produce un deliberado efecto nocturno en el interior. Seis columnas monolíticas sostienen 12 cúpulas, cuyos interiores están decorados con mosaicos que representan los emblemas nacionales de las comunidades donantes. Esta decoración dio origen al nombre con que es conocida: "Iglesia de Todas las Naciones".

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