Aunque han pasado los días de Navidad, podemos contemplar la escena de la matanza de los inocentes, que sucedió tiempo después del nacimiento del Señor. Hay dos lugares en la Basílica de la Natividad donde se conmemora: el católico, que custodian los franciscanos, y el ortodoxo griego, que ha sido recientemente inagurado.
Las cuevas subterráneas contiguas a la Gruta de la Natividad son múltiples y están bien articuladas. Todo el área de que hablamos, destinada ya en la antigüedad a uso funerario, ha mantenido a lo largo del tiempo esta finalidad. Aquí es donde se encontraron diferentes enterramientos, y muchos restos humanos que se han mantenido en el lugar. Se piensa que entre ellos estarían también esos niños martirizados por Herodes. Se ha calculado que vivirían alrededor de mil personas por la zona en aquel entonces, y que los niños con menos de dos años asesinados serían unos 20.
Para situarnos en la Basílica expondremos las distintas grutas que existen allí, fijándonos hoy en las de los santos inocentes. La gruta más amplia y próxima al lugar de la Natividad es la llamada “Gruta de San José”. Está dividida en dos espacios y comunica con el convento de los franciscanos. Desde aquí es posible acceder también a la Gruta Santa a través de un pasillo privado de los latinos, que suele utilizarse para la procesión que se realiza cada día hasta el lugar de la Natividad. Si el visitante se sitúa de espaldas al “Altar de San José”, encuentra a su derecha otras dos pequeñas grutas, y es la segunda la dedicada por los franciscanos a los Santos Inocentes. De frente se puede observar un arco pre-constantiniano bien conservado, perteneciente a una antigua cámara funeraria que fue derribada en la época de Constantino para construir los cimientos de la basílica. Es posible que este punto de la gruta fuera la entrada original a la cueva, puesto que desde aquí podía divisarse al fondo el lugar del Santo Pesebre.
A la izquierda, sale el pasadizo que conduce a las grutas de las Santas Paula y Eustoquio, y también a la más conocida de San Jerónimo: aquí se descubrieron sus tumbas, junto a otros 72 enterramientos de diversas épocas, ahora conservados todos en un mismo sepulcro. Situados de espaldas al “Altar de San José”, a la derecha se encuentra la Gruta de los Inocentes de la que hemos hablado. En ella se distinguen tres arcosolios que albergaban entre dos y cinco enterramientos. En los primeros siglos, la memoria de los Santos Inocentes era celebrada en la gruta adyacente, que debía de ser un osario común, puesto que allí se encontraron muchos restos de huesos.
Los ortodoxos griegos han inagurado hace poco unas capillas que están dedicadas a los inocentes. Se encuentran entrando a la nave de la Natividad, al final, subiendo las escaleras que hay a la derecha. Al salir por esa puerta donde terminan las escaleras hay otra vez a la derecha otra puerta que baja a las grutas. Algunas de ellas son capillas pequeñas con algún altar. Al fondo de una cueva que se ve por un ventanal se pueden ver bastantes craneos y huesos humanos. Los ortodoxos griegos afirman que allí se encuentran los huesos de los niños que murieron martires.
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