Su muerte fue registrada por Al Furqan, la máquina de la propaganda del califato. También fue asesinado Jamal Rahman, migrante de familia musulmana. ¿Por qué? Porque se habría ofrecido como rehén para no abandonar a un amigo cristiano.
Es una historia que contó Giorgio Bernardelli en “MissionLine”, revista del Pontificio Instituto Misiones Exteriores. Confirmó además la noticia «una fuente completamente insospechada: un miliciano de los al Shabab, los fundamentalistas islámicos de Somalia».
Hay dos versiones sobre esta historia. La que dio a conocer «un periódico en línea del Somaliland» sostiene que «se había convertido al cristianismo durante el viaje»; otra, que el Pime considera «mucho más verosímil, y de origen yihadista», dice que «el musulmán Jamal “absurdamente” se habría ofrecido como rehén voluntario a los yihadistas, por solidaridad con el amigo cristiano con el que estaba viajando. Tal vez pensaba que la presencia de un musulmán en el grupo habría salvado la vida de algunas personas». Pero no sucedió: Jamal también fue asesinado «como un apóstata».
Esta historia sobre la decisión de Jamal Rahman recuerda la de Mahmoud Al’Asali, el profesor universitario musulmán que durante el verano del año pasado, en Mosul, «se pronunció públicamente contra la persecución contra los cristianos de la ciudad». Él también pagó esta actitud con su vida.
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