sábado, 31 de octubre de 2015

Cosecha en el huerto de Getsemaní

HUERTO DE LOS OLIVOS GAUDIUM PRESS.JPGLa cosecha de aceitunas comenzó el sábado 17 de octubre, en el Monte de los Olivos. Una ocasión que se ofrece a muchos voluntarios “para trabajar en los pasos de Cristo”.

El Jardín de Getsemaní es uno de los lugares más simbólicos de Jerusalén; una pausa casi obligatoria para todos los peregrinos que vienen de todas partes del mundo que atraviesan Tierra Santa, en los pasos de Cristo. A partir de este punto, todos los años se inicia la procesión del Jueves Santo, dirigida por el Padre Custodio, hacia la Iglesia de San Pedro en Gallicantu, construida en el lugar donde Jesús pasó la noche preso.

El huerto de los olivos, ubicado detrás de la Iglesia de Todas las Naciones, incluye algunos olivos seculares que, sorprendentemente, tienen todos  el mismo ADN. Se cree que el árbol-madre, el cual originó estas hojas de olivos, había vivido la noche en que Jesús, al comienzo de su pasión, se retiró a orar.

Algunas plantas, aún más antiguas, que datan de la época de los cruzados, viven cerca de los olivos, en este jardín, confiado a la tutela de los franciscanos. El mantenimiento está garantizado por la comunidad de los religiosos, ayudados por muchos voluntarios, es decir, para la poda de árboles y la recogida de las aceitunas.

En este lote de 1.200 metros cuadrados, voluntarios de 15 países se reunieron para empezar a recoger las aceitunas. Todos fueron invitados a ayudar y pasar el tiempo, siguiendo los pasos de Cristo. Aparte del aspecto material, el P. Diego, a cargo de la cosecha, ve también una dimensión espiritual en esta acción: “es más una ocasión de seguir a Jesús en el campo”.

La rama de olivo, símbolo de paz, insta a los voluntarios a orar por la paz en Tierra Santa. 

Las aceitunas serán enviadas a la Abadía de Latroun para extraer el aceite, destinado para la venta y el consumo de los hermanos y de las comunidades religiosas de Tierra Santa. Parte del aceite, producto de la cosecha, será consagrado durante la Semana Santa. El aceite Santo será enviado a través de las parroquias del Patriarcado, así como a los monasterios de todo el mundo.

Los voluntarios estuvieron durante toda la semana cosechando los frutos de esta temporada que fue muy fructífera. Recogieron abundantes aceitunas.

Thomas Charrière

sábado, 24 de octubre de 2015

El obispo auxiliar Mons. Marcuzzo visita Saxum


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El pasado 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, visitaba Saxum Monseñor Giacinto Marcuzzo, obispo auxiliar del Patriarcado latino de Jerusalén, y titular de la sede de Emaús-Nicópolis.


Le enseñaron el proyecto el ingeniero encargado de la construcción, el Vicario del Opus Dei en Tierra Santa, y el director de Saxum Fundation.

Durante esa mañana pudo visitar el edificio, tanto por fuera como por dentro. Además disfrutó conversando con los trabajadores que se iba encontrando durante el recorrido. La mayoría son árabes, aunque también hay judíos y cristianos. Para mons. Marcuzzo no era problema, pues habla perfectamente árabe y hebreo.

Tanto a él como a nosotros nos hacía especial ilusión que viniera. Por un lado por ser obispo titular de Emaús, y estar Saxum en el lugar donde -según la tradición- Jesús resucitado se encontró con los discípulos que volvían de Jerusalén después de la Crucifixión. Por otro lado porque es el obispo auxiliar para la zona de Tierra Santa donde se encuentra Saxum.

Mons. Marcuzzo quedó muy agradecido por el paseo. No cesó de enumerar las numerosas ventajas que puede traer un proyecto como éste, sobre todo para los cristianos que viven en Tierra Santa.


sábado, 17 de octubre de 2015

San Josemaría y el hogar de Nazaret

Cripta de la Basílica de la Anunciación. Foto: Leobard Hinfelaar.La Virgen dejaría la casa de san Joaquín y santa Ana e iría a vivir a la de su esposo, que seguramente estaba muy cerca, ya que las excavaciones realizadas en Nazaret han revelado que las casas que componían este pueblecito ocupaban una superficie de unos cien metros de ancho por ciento cincuenta de largo. ¿Cómo era la vida de familia en Nazaret?

En el hogar de la Sagrada Familia, en Nazaret, Jesús, María y José santificaban la vida ordinaria, sin acciones espectaculares o llamativas. Llevaban una existencia aparentemente igual a la de sus conciudadanos, importante no por la materialidad de lo que realizaban, sino por el amor, en perfecta adhesión a la Voluntad del Padre. 

San Josemaría animaba a buscar el trato con Jesús, María y José, a realizar las tareas de cada día como si estuviésemos con la Sagrada Familia en la casa de Nazaret:

Bajo la cúpula, se abre un espacio hacia la cripta y la Gruta de la Anunciación.    Foto: Leobard Hinfelaar."Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia (...) Que la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones (Col 3,15), escribe el apóstol. La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida" (Es Cristo que pasa, 22).

"La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con las otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar.

Ábside la Iglesia de San José. Foto: Alfred Driessen.La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfocan los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores; a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el egoísmo podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños servicios de que está compuesta la convivencia diaria.

Santificar el hogar día a día, crear, con el cariño, un auténtico ambiente de familia: de eso se trata. Para santificar cada jornada, se han de ejercitar muchas virtudes cristianas; las teologales en primer lugar y, luego, todas las otras: la prudencia, la lealtad, la sinceridad, la humildad, el trabajo, la alegría... Hablando del matrimonio, de la vida matrimonial, es necesario comenzar con una referencia clara al amor de los cónyuges" (Es Cristo que pasa, 23).

sábado, 10 de octubre de 2015

Con la familia de Nazaret

Panorámica de Nazaret desde el sur, con la Basílica de la Anunciación en el centro de la imagen. Foto: Daphna Tal - Israel TourismQuiero incluir estas entradas sobre la Sagrada Familia de Nazaret en estos días, para que nos ayuden a rezar por el Sínodo de la Familia que esta teniendo lugar en Roma. Acudimos a la Sagrada Familia de Nazaret por los frutos de este Sínodo. Para que todas las familias del mundo vivan como la Sagrada Familia, donde el centro de la vida en familia era el amor.

La ciudad de Nazaret cuenta hoy con unos 70.000 habitantes, aunque en tiempos del Señor no pasaba de ser un pequeño poblado en el que vivían poco más de un centenar de personas, dedicadas en su mayoría a la agricultura.

La aldea estaba situada en la falda de una colina, rodeada de otros promontorios que formaban algo así como un anfiteatro natural. El trabajo de los arqueólogos ha permitido descubrir cómo eran las casas en esta zona de Galilea hace dos mil años: muchas eran cuevas excavadas en la roca, a veces ampliadas exteriormente con una sencilla construcción. Algunas disponían de una bodega, de un granero, de una cisterna para guardar agua.

Gráfico: J. GilEn Nazaret hay varios enclaves en los que se conserva el recuerdo de la presencia del Señor: el más importante es la basílica de la Anunciación; otros lugares evangélicos son la Sinagoga y el cercano Monte del Precipicio, que rememoran el rechazo de algunos nazarenos tras haber escuchado la predicación de Jesús; además, están la Fuente de la Virgen, donde según algunas tradiciones antiguas María iría a buscar agua; la Tumba del Justo, en la que habría sido enterrado el Santo Patriarca; y la iglesia de San José, construida sobre los restos de una casa que la piedad popular ha identificado desde hace muchos siglos con el hogar de la Sagrada Familia. 

La “cripta de san José”. El templo que vemos hoy se encuentra a cien metros de la basílica de la Anunciación. Fue construido en 1914, con estilo neo-románico, sobre las ruinas de edificaciones anteriores: existía, en efecto, una iglesia del tiempo de los cruzados (siglo XII), que los musulmanes habían asolado en el siglo XIII. 

Cuando los franciscanos llegaron a Nazaret, por el año 1600, encontraron que entre los cristianos del lugar se había transmitido una tradición popular que identificaba esa iglesia –llamada también de la Nutrición, por ser el sitio donde habría sido criado el Niño Jesús– con el taller de José y la casa donde vivía la Sagrada Familia. Las excavaciones realizadas en 1908 sacaron a la luz restos de una primitiva iglesia bizantina (siglos V-VI), que habría sido construida en el lugar donde todavía hoy –en la cripta– pueden observarse algunas dependencias de una casa que los arqueólogos datan en el primer o segundo siglo de nuestra era: una bodega excavada en la roca, varios silos, cisternas para el agua..., así como lo que posiblemente era un baptisterio, al que se bajaba por una escalera de siete peldaños y que contiene algunos mosaicos.

Aunque estos hallazgos son significativos, sin embargo no permiten a los arqueólogos asegurar con toda certeza que esta y no otra fuese efectivamente la casa de la Sagrada Familia. Sería preciso contar con fuentes antiguas que lo atestiguasen, como sucede en otros lugares santos: por ejemplo, en la cercana basílica de la Anunciación. No obstante, tomando pie de la antigua y venerable tradición popular, bien podemos acercarnos con cariño a la cripta de la iglesia de San José para, de la mano de san Josemaría, meternos en aquel hogar de Nazaret donde Jesús pasó treinta años de su vida en la tierra. "Al despertarse José hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su esposa", narra san Mateo (Mt 1, 24).

Fachada principal de la Basílica de la Anunciación. Foto: Leobard Hinfelaar.De las narraciones evangélicas –comenta san Josemaría- se desprende la gran personalidad humana de José: en ningún momento se nos aparece como un hombre apocado o asustado ante la vida; al contrario, sabe enfrentarse con los problemas, salir adelante en las situaciones difíciles, asumir con responsabilidad e iniciativa las tareas que se le encomiendan.

"No estoy de acuerdo con la forma clásica de representar a San José como un hombre anciano, aunque se haya hecho con la buena intención de destacar la perpetua virginidad de María. Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que Nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana" (Es Cristo que pasa, 40).

San Josemaría Escrivá de Balaguer solía utilizar una breve definición de San José: "es el santo de la humildad rendida..., de la sonrisa permanente y del encogimiento de hombros". Con ello quería expresar la absoluta disposición del Santo Patriarca, noche y día, para hacer la Voluntad de Dios, sereno y confiado para abrirse paso a través de las dificultades, atento a las personas que Dios había puesto bajo su tutela.

"Para San José, la vida de Jesús fue un continuo descubrimiento de la propia vocación (...). José se sorprende, José se admira. Dios le va revelando sus designios y él se esfuerza por entenderlos. Como toda alma que quiera seguir de cerca a Jesús, descubre en seguida que no es posible andar con paso cansino, que no cabe la rutina. Porque Dios no se conforma con la estabilidad en un nivel conseguido, con el descanso en lo que ya se tiene. Dios exige continuamente más, y sus caminos no son nuestros humanos caminos. San José, como ningún hombre antes o después de él, ha aprendido de Jesús a estar atento para reconocer las maravillas de Dios, a tener el alma y el corazón abiertos" (Es Cristo que pasa, 54).

sábado, 3 de octubre de 2015

Representantes judíos y musulmanes para Saxum

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El martes 1 de septiembre tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, una presentación de Saxum a empresarios y personalidades de la cultura local, gobierno y del culto Judío y Musulmán.

Estuvieron entre otros el Rabino Abraham Skorka, rabino de la comunidad Benei Tikvá, fundada hace 75 años por judíos de origen alemán en Buenos Aires.

También estuvo el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, el Sr Omar Ahmed Abboud secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA). Ambos son los que se dieron el abrazo simbólico en Jerusalén con el Papa Francisco en su visita del año pasado.

Estaban presentes la Senadora de la Nación la Sra. Liliana Negre de Alonso y algunos ex embajadores. 

Por la tarde del mismo día también hubo otra presentación a personas de la labor apostólica del Opus Dei en el Centro Universitario de Estudios.

Todos se mostraron entusiasmados con el proyecto y esperan impacientes su apertura.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Curación milagrosa de un sacerdote en Tiberiades

D. Giraldo es un sacerdote portugues que ahora tiene 85 años. Fue de peregrinación a Tierra Santa en el año 2013. Era el mes de septiembre. El grupo se encontraba en Tiberiades. Era ya por la tarde. Después de un caluroso día recorriendo algunos lugares Santos del norte, d. Giraldo, decidió darse un baño en la piscina del hotel. Le gustaba nadar, y quiso aprovechar la oportunidad del rato libre que tenían en el grupo para refrescarse y hacer algo de ejercicio.
Empezó a nadar, y -según nos contaba- después de dar la vuelta en la piscina, se encontró mal. Estaba en la parte donde cubre poco de la piscina. Se incorporó, y en ese momento perdió el sentido, y se desvaneció hacía adelante. Al principio los que estaban en la piscina no se dieron cuenta. Solo después de unos cuarenta o cincuenta segundos, alguien se fijó en que estaba debajo del agua, como tirado. Todo esto quedó grabado en las cámaras de que dispone el hotel en el recinto de la piscina. Él lo que creía recordar es que había salido de la piscina, y después de ducharse y vestirse, había perdido el conocimiento. Las cámaras reflejaron la realidad de lo que le había sucedido.
Le sacaron del agua y empezaron los intentos de reanimación. Llegaron médicos, y estuvieron bastante rato actuando. No respondía a los masajes cardiacos. Lo intentaron varias veces. Como no reaccionaba y parecía no tener constantes vitales, dejaron pasar el tiempo para llamar a la ambulancia, pues ya parecía inútil, no había nada que hacer. La ambulancia llegó después de más de una hora, y en ese tiempo había persistido la falta de respuesta a los sucesivos intentos de reanimación. 
Cuando llegó al hospital, d. Giraldo tenía encefalograma plano, y ausencia total de constantes vitales. En la pantalla salía una linea recta. Fue ingresado en la UVI, se le entubó, y se sucedieron los protocolos de intento de reanimación. 
Estuvo en estado de coma tres días. Como parecía irreversible, se pensó en desconectarle de las máquinas, pero el tercer día era Yom Kipur, el día judío de la expiación, en el que nadie trabaja. Sus hermanas, que fueron informadas de la situación, habían estado rezando en Portugal para que no lo desconectaran. Los médicos no lo hicieron por ser un día especial, en el que había la mínima actividad en el hospital. Al día siguiente, sobre las diez de la mañana, ante el asombro de todo el personal del hospital, d. Giraldo se despertó.
El médico, en una visita al enfermo un día después, decía que lo que había acontecido era milagroso, que se podía decir que había estado muerto. Afirmaba que de mil pacientes que sufren un colapso de las arterias del corazón tan prolongando solo sobrevivía uno, y además quedaba con graves daños cerebrales. A todo esto se sumaba la elevada edad del paciente. No encontraba explicación humana a lo que había sucedido. A d. Giraldo se le saltaban las lágrimas mientras el doctor detallaba cuál había sido su estado.
La primera noche, después de ser ingresado, a las tres de la madrugada, un obispo católico de rito melquita, acudió al hospital y le impartió el sacramento de la unción de los enfermos. No se sabe quién le avisó. D. Giraldo estaba muy agradecido de que a esas horas de la noche ese buen obispo hubiera acudido a impartirle el sacramento de la unción de enfermos.
D. Giraldo es un sacerdote de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei. Fueron de Jerusalén a verle el vicario y otro miembro del Opus Dei, pensando que no estaría consciente. Al llegar, solo hacía ya una hora que había despertado. Estuvieron charlando un rato con él acerca de todo lo que había sucedido. Preguntó dónde estaban sus pertenencias, pues creía que había entrado con ropa. La enfermera dijo que las habían depositado en el cajón de la mesilla de noche. Al abrirlo encontraron una bolsita con un bañador y un gorro de piscina. Eso era todo. 
Por su habitación no cesaba de pasar personal del hospital para comprobar el milagro de su salida del coma y, además, que estuviera totalmente consciente, sin haber perdido facultades mentales. Hasta el conductor de la ambulancia quiso ir a verle, pues no salía de su asombro de que siguiera con vida.
Después de esa ocasión d. Giraldo ha vuelto a peregrinar a Tierra Santa en dos ocasiones más. La última en septiembre de 2015. Nos volvió a contar la historia de su curación muy emocionado, y renovando su acción de gracias a Dios por todo lo sucedido.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Un palentino en Haifa

Nací en Palencia. Soy de Haifa.
Reproducimos un artículo de la página web del Opus Dei en el que se recoge una entrevista a Chema Andrés.

Es palentino pero vive en Haifa desde hace unos años. Allí, además de dos carreras, ha hecho miles de amigos. Judíos. Musulmanes. Cristianos. Incluso un anglicano… Cuando la amistad une, todas las religiones son un punto de encuentro.

Nació en Valladolid. Allí conoció la Obra a través del Club Juvenil Tempero. Estudio. Diversión. Piedad. Amigos.

17 años. Universidad. Se fue a Madrid a estudiar Informática. Y Madrid fue el punto de inflexión. En la ciudad en la que nació el Opus Dei, a Chema se le presentó la oportunidad de Oriente: vivir en Tierra Santa para continuar allí sus estudios y ayudar en la labor apostólica que la Obra realiza en Jerusalén desde 1993.

Aeropuerto. Llegadas. Visado de estudiante. Estudio intenso del hebreo. Al año siguiente, Chema se matriculó en Historia y Ciencias políticas. Hoy, licenciado en ambas, cursa un máster en Historia Medieval.

De Jerusalén, a Haifa, "una ciudad deliciosa, con un área metropolitana de más de medio millón de habitantes". Tercera ciudad de Israel ubicada a los pies del Monte Carmelo. Parques de alta tecnología, como el Matam Park. Puerto industrial. Refinería. Y dos instituciones académicas respetas, como la Universidad de Haifa y el Technion. No es un extranjero en Haifa. Se nota.

Los porcentajes de fe en Haifa son 82% de judíos, 14% de árabes cristianos y 4% de árabes musulmanes. "Esta ciudad es un modelo de convivencia entre árabes y judíos en Israel. La verdad es que yo me entiendo con todos".

Religiones. Convivencia. Amistad. Un botón: Chema conoció a Alaa en Nazaret. Era anglicano. "¡Un anglicano en Nazaret! ¡Allí hay de todo! Pues nos hicimos muy amigos". Hablan. Mucho. De lo humano. De lo divino. Alaa fue conociendo mejor la Iglesia Católica y decidió hacer la Profesión de Fe. Después pidió la admisión en el Opus Dei. Ahora estudia Medicina en Roma. Jóvenes del mundo. Jóvenes sin fronteras.

Tierra Santa, más allá de los telediarios. Historias de amistades por encima de los credos. "Allí te haces amigos de todos. Respetas sus creencias y ellos suelen sentirse muy atraídos por el espíritu de la Obra: santificar el trabajo, luchas por vivir las virtudes humanas, comprender y querer a todos, ¡y la alegría! Todo esto les llama la atención y a algunos les sirve para respetar todo lo cristiano, e incluso a asombrarse ante nuestra fe".

Chema cuenta que por el centro de la Obra de Haifa "pasan todo tipo de personas". Una casa sin murallas. "Hacemos muchas actividades variadas en las que participan judíos y árabes, tanto cristianos como musulmanes".

Y detrás del telón, y muchas veces en primer plano, sobre la belleza de Tierra Santa asaltan los conflictos, el dolor, el odio… Las tensiones sociales "son graves y todo el mundo lo sabe. Es un problema real que preocupa especialmente a todos los Papas. Los cuatro últimos lo han subrayado viniendo aquí". Sin embargo, en la vida de aquí para allá del Haifa ordinario, Chema cree que "cuando no hay una excesiva ideologización, aquí convivimos pacíficamente. Aquí también surgen fuertes lazos de amistad y bellas historias de amor".

Personalmente, Chema tiene la juventud necesaria para contar con muchos proyectos. "Dios dirá". Ahora participa de una aventura particular querida especialmente por el beato Álvaro del Portillo, y que está en el centro de las intenciones de muchas personas de todo el mundo. Se trata de la puesta en marcha de Saxum Conference Center, un centro que se construye en estos momentos en el camino entre Jerusalén y Emaús desde el que se fomentará el encuentro personal con el Jesús que vivió en Tierra Santa.

Palencia. Valladolid. Madrid. Jerusalén. Haifa. 23 años. Una aventura muy normal, porque la movilidad es una de las señas de identidad de los jóvenes del siglo XXI. Aunque esta no sea una historia de interrail ni de willy-fogs. Ni de Erasmus. Es la historia de un trasplante para servir a la Iglesia…