Hoy celebramos la fiesta de Nuestra Señora, Reina de Palestina. Estuve por la mañana concelebrando en la Misa que tiene lugar todos los años en el Santuario erigido a la Virgen, Reina de Palestina. Cada vez más cristianos de Tierra Santa tienen devoción a esta advocación mariana. Y en este día, cada año, también crece más y más el número de cristianos que acuden a rezar a nuestra Madre.
El Santuario se encuentra a 35 kilómetros al oeste de Jerusalén, a mitad de camino hacia Tel Aviv, y cerca de la ciudad de Bet Shemesh. El lugar está muy próximo a Kibbutz Zora, que en la biblia aparece mencionado como el lugar del nacimiento de Sansón. El Santuario fue inagurado en 1927. Se celebraría la fiesta de Nuestra Señora, Reina de Palestina el domingo que sigue al 25 de octubre. La Santa Sede aprobó la fiesta en 1933. Se implora a la Virgen de Nazaret una especial protección para su Tierra nativa. La iglesia y el complejo de edificios fueron hechos por el arquitecto Maurizio Gisler. En el interior del Santuario está escrito en 280 lenguas distintas las palabras “Ave María”. El Patriarca en aquel entonces eligió de las 404 traducciones del "Ave María" que le presentaron las que finalmente aparecen. En el frontal del edificio principal hay una estatua de bronce, de 6 metros que representa a la Virgen bendiciendo su Tierra. Debajo las palabras: "Reina de Palestina". Hay que recordar que en aquel tiempo el nombre de Palestina no tenía un significado político sino religioso: designaba la región geográfica de la patria terrena de Jesús y de su madre María. Participan cristianos de toda Tierra Santa, pero especialmente de Jerusalén y de Belén. En esta ocasión las autoridades militares israelíes han concedido 800 permisos a cristianos de Belén para pasar el muro de separación.
El ambiente ha sido, como siempre en este día, muy festivo. La ceremonia solemne y celebrada por el Patriarca. Concelebramos unos 30 sacerdotes, y participaron gran cantidad de fieles. Al terminar la Misa, en procesión, se da una vuelta al Santuario para honrar a Nuestra Señora. Después de la Santa Misa la gente se queda a comer y a departir amigablemente. Muchas familias cristianas ya se conocen, y el ambiente que se crea es muy agradable.
Sabemos que todas las advocaciones de la Virgen, que son muchas, veneran a la única Virgen María. Y nuestra Madre nació y vivió aquí. Qué mejor lugar para honrarla como se merece. También ayuda saber que los cristianos que vivimos aquí le pedimos especialmente a través de esta advocación y en el día de hoy por la paz en su Tierra, en nuestra Tierra. También me gustaría a mí hoy pedir a los lectores oraciones por esta intención. Sugiero para que no se pase la buena intención rezar un "Ave María" a nuestra Madre en el momento de leer esta entrada.
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