Hoy Jueves Santo me he levantado temprano para ir a concelebrar a la Misa Crismal y Misa de Jueves Santo en el Santo Sepulcro, que aquí se celebran en el mismo momento. Se hace así por el status quo de las confesiones religiosas que desde hace mucho tiempo existe en esta Basílica. La de hoy es una Misa solemne, que dura más de tres horas y media, y presidida por el Patriarca de Jerusalén con la participación de muchos sacerdotes. He tenido la fortuna de concelebrar como todos los años. Organizan la ceremonia conjuntamente los franciscanos y los sacerdotes del Patriarcado. También al celebrarse conjuntamente la Misa Crismal y la Misa in Coena Domini, la liturgia es riquísima. Los sacerdotes estamos sentados en la parte frontal, donde encuentra la entrada del Sepulcro, y también a los lados. Hoy he calculado que podíamos estar más de 300. Por contar algún detalle, el Patriarca lava los pies a algunos franciscanos y seminaristas del Patriarcado. Me ha impresionado cómo después de lavarles y secarles los pies, se los besaba. Hoy celebramos sobre todo la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, pero también el mandamiento del amor que nos dejó el Señor. Al finalizar la ceremonia, los obispos y todos los sacerdotes dan tres vueltas en procesión con el Santísimo Sacramento al Santo Sepulcro. Se hace con velas encendidas –como se muestra en esta fotografía tomaba desde arriba- y cantando canciones eucarísticas. La procesión dura más de media hora, y al finalizar se deja reservado al Santísimo dentro del Sepulcro.
A la salida, al término de la celebración, eran todo felicitaciones. En todos los idiomas, pues allí había árabes, españoles, italianos, franceses, y hasta varios sacerdotes japoneses. Es un día especial para agradecerle al Señor su presencia en la Eucaristía, y también para pedirle que envíe muchas vocaciones sacerdotales a su Iglesia.
1 comentario:
Magnífico blog, y muchas gracias por narrar en directo la Semana Santa en Tierra Santa.
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