En 1309 los franciscanos se establecieron en el Monte Sión, y construyeron el Cenáculo y la Sala del Espíritu Santo, con la financiación del rey de Nápoles, Roberto II de Saboya. Nicolás de Poggibonsi describe una de las partes de la nueva construcción como el lugar donde la Virgen murió: “al lado del lugar donde San Juan acostumbraba a decir la Santa Misa hay un muro adyacente, hecho de piedra seca, en el que se encuentra una roca, como un altar, que es blanca. En ese lugar la gloriosa Virgen María pasó de esta vida a la otra, y allí estuvieron juntos todos los Apóstoles en el momento de su santa Asunción”. Durante este siglo la construcción franciscana volvió a ser derruida, y en 1436 los franciscanos volvieron a levantarla. Pero en 1452, bajo el sultán al-Zahir, se derribó de nuevo y los musulmanes tomaron posesión del lugar. En 1462 volvió a ser eventualmente reconstruida, y de nuevo destrozada 6 años después de la muerte del sultán. En 1488-9 los frailes construyeron una capilla en honor de la Virgen María fuera del Cenáculo. En el siglo XVI los franciscanos recuperaron la propiedad, pero luego les fue expropiada en varias ocasiones. En 1524 un Decreto de Suleiman les arrebata también la llamada “sala alta” y en 1551 del conventito que tenían cerca.
En el siglo XIX se toleraba la visita de cristianos a la Sala alta o lugar del Cenáculo, pero no la celebración de Misas. Más o menos como sucede hoy en día, solo que antes estaba en poder de los musulmanes y hoy de los judíos. En efecto, en 1948 el Cenáculo cayó en zona israelí y los musulmanes lo abandonaron. Los judíos lo convirtieron en Monumento nacional al suponer que estaba allí la tumba de David y para conmemorar el holocausto.
En Jerusalén hay un lugar que representa la memoria de la Asunción de la Virgen. Se trata de una iglesia que está también en el monte Sión, muy cercana del lugar donde se encuentra el Cenáculo. Fue construida entre los años 1901 y 1910 por los Padres Benedictinos. La Iglesia de la Dormición, también conocida como la Abadía de la Dormición, es uno de los edificios más destacados y bellos de Jerusalén. Construida en estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su "sueño eterno". El nombre latino de la iglesia es Dormitio Sanctae Mariae significando el adormecimiento de Santa María. Tiene un precioso mosaico del pavimento, en el centro del cual se insertan tres círculos, que simbolizan la Trinidad. Desde este punto central rayos irradian hacia el exterior en dos círculos concéntricos. El primero contiene los nombres de algunos profetas: Daniel, Isaías, Jeremías y Ezequiel; el segundo los nombres de los doce apóstoles. La bóveda del ábside es un mosaico de la Virgen y el Niño. La principal característica de la iglesia es la Capilla de la Dormición en la cripta situada en la parte inferior de una escalera en espiral. La escultura de tamaño real que retrata la Virgen María yacente tiene encima -en la cúpula- un mosaico que representa a Cristo recibiendo su alma.
En el siglo XIX se toleraba la visita de cristianos a la Sala alta o lugar del Cenáculo, pero no la celebración de Misas. Más o menos como sucede hoy en día, solo que antes estaba en poder de los musulmanes y hoy de los judíos. En efecto, en 1948 el Cenáculo cayó en zona israelí y los musulmanes lo abandonaron. Los judíos lo convirtieron en Monumento nacional al suponer que estaba allí la tumba de David y para conmemorar el holocausto.
En Jerusalén hay un lugar que representa la memoria de la Asunción de la Virgen. Se trata de una iglesia que está también en el monte Sión, muy cercana del lugar donde se encuentra el Cenáculo. Fue construida entre los años 1901 y 1910 por los Padres Benedictinos. La Iglesia de la Dormición, también conocida como la Abadía de la Dormición, es uno de los edificios más destacados y bellos de Jerusalén. Construida en estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su "sueño eterno". El nombre latino de la iglesia es Dormitio Sanctae Mariae significando el adormecimiento de Santa María. Tiene un precioso mosaico del pavimento, en el centro del cual se insertan tres círculos, que simbolizan la Trinidad. Desde este punto central rayos irradian hacia el exterior en dos círculos concéntricos. El primero contiene los nombres de algunos profetas: Daniel, Isaías, Jeremías y Ezequiel; el segundo los nombres de los doce apóstoles. La bóveda del ábside es un mosaico de la Virgen y el Niño. La principal característica de la iglesia es la Capilla de la Dormición en la cripta situada en la parte inferior de una escalera en espiral. La escultura de tamaño real que retrata la Virgen María yacente tiene encima -en la cúpula- un mosaico que representa a Cristo recibiendo su alma.
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