Hay otro lugar Santo en Jerusalén, que se llama "la tumba de María" y que se encuentra muy cerca de Getsemaní. En concreto, está localizada al lado de la gruta del prendimiento.
Sobre la tumba de María hemos de decir que no existe certeza precisa de ningún lugar que haya sido el sepulcro de la Virgen María. También se afirma que el lugar de la tumba pudo haber estado en Éfeso, pero no parece que así haya sido –según afirma además la mayor parte de la tradición- pues la Virgen vino a Jerusalén. Todo apunta a que lo más probable es que en esta ciudad pasara sus últimos días en la tierra. Tampoco hay nada fidedigno sobre el lugar de la tumba de la Virgen en Jerusalén. San Epifanio, en el siglo III, pronunció las siguientes palabras, aunque no son textuales:
-Después de haber investigado cuidadosamente en Palestina no he encontrado ningún lugar donde haya una tumba de María.
Este santo, asegura que hizo un estudio sobre el terreno buscando una posible tumba de María. Después de visitar los lugares mencionados, como conclusión terminó por decantarse por que no existía tal tumba de María. Afirmó finalmente que esta suposición tiene su lógica, pues la Virgen fue Asunta a los cielos, y por tanto hay Asunción y no tumba.
Otra cosa es tratar de descubrir cuál pudo ser el lugar donde la Virgen murió y aquel otro donde pudo ser depositado su cuerpo. Que la Virgen haya muerto es muy probable, ya que ella quería imitar en todo a su Hijo que, siendo Dios, murió por los hombres. Así ella es corredentora con Jesucristo de forma más plena, y de esta manera se identifica más con la vida y la muerte de su Hijo.
Algunos autores dicen que la Virgen bien pudo morir en el lugar de la Dormición, al lado del Cenáculo, por estar allí la casa de Marcos. Y también es posible que, después de morir, fuera trasladado su cuerpo al lugar denominado la tumba de María, actual lugar ortodoxo que se encuentra al lado de Getsemaní. Son sitios muy bonitos y de gran devoción entre los fieles, pero no hay inscripciones muy antiguas como en otros lugares Santos, sino sencilla devoción popular. Donde si que hay inscripciones antiguas sobre la Virgen es en la parte baja del Cenáculo, donde estaba la antigua iglesia de Santa María del Monte Sión.
Muchos peregrinos pasan por estos lugares relacionados con el transito al cielo de Nuestra Madre, y se hacen y nos hacen muchas preguntas acerca de cómo y donde sucedieron estos hechos del final de la vida de la Virgen. No lo sabemos ciertamente, pero quizá hayamos podido arrojar algo de luz con estas líneas, y con las tradiciones que hemos recogido.
Sobre la tumba de María hemos de decir que no existe certeza precisa de ningún lugar que haya sido el sepulcro de la Virgen María. También se afirma que el lugar de la tumba pudo haber estado en Éfeso, pero no parece que así haya sido –según afirma además la mayor parte de la tradición- pues la Virgen vino a Jerusalén. Todo apunta a que lo más probable es que en esta ciudad pasara sus últimos días en la tierra. Tampoco hay nada fidedigno sobre el lugar de la tumba de la Virgen en Jerusalén. San Epifanio, en el siglo III, pronunció las siguientes palabras, aunque no son textuales:
-Después de haber investigado cuidadosamente en Palestina no he encontrado ningún lugar donde haya una tumba de María.
Este santo, asegura que hizo un estudio sobre el terreno buscando una posible tumba de María. Después de visitar los lugares mencionados, como conclusión terminó por decantarse por que no existía tal tumba de María. Afirmó finalmente que esta suposición tiene su lógica, pues la Virgen fue Asunta a los cielos, y por tanto hay Asunción y no tumba.
Otra cosa es tratar de descubrir cuál pudo ser el lugar donde la Virgen murió y aquel otro donde pudo ser depositado su cuerpo. Que la Virgen haya muerto es muy probable, ya que ella quería imitar en todo a su Hijo que, siendo Dios, murió por los hombres. Así ella es corredentora con Jesucristo de forma más plena, y de esta manera se identifica más con la vida y la muerte de su Hijo.
Algunos autores dicen que la Virgen bien pudo morir en el lugar de la Dormición, al lado del Cenáculo, por estar allí la casa de Marcos. Y también es posible que, después de morir, fuera trasladado su cuerpo al lugar denominado la tumba de María, actual lugar ortodoxo que se encuentra al lado de Getsemaní. Son sitios muy bonitos y de gran devoción entre los fieles, pero no hay inscripciones muy antiguas como en otros lugares Santos, sino sencilla devoción popular. Donde si que hay inscripciones antiguas sobre la Virgen es en la parte baja del Cenáculo, donde estaba la antigua iglesia de Santa María del Monte Sión.
Muchos peregrinos pasan por estos lugares relacionados con el transito al cielo de Nuestra Madre, y se hacen y nos hacen muchas preguntas acerca de cómo y donde sucedieron estos hechos del final de la vida de la Virgen. No lo sabemos ciertamente, pero quizá hayamos podido arrojar algo de luz con estas líneas, y con las tradiciones que hemos recogido.