Además de trabajar juntos, la dedicación a los idiomas aporta un
elemento esencial para cualquier diálogo. Una anécdota puede ilustrar la
importancia de las lenguas en esta tierra. José Manuel, un gallego que trabaja
en Polis, comentó a la empleada del banco –hebrea- que habían empezado cursos de
árabe, a lo que ella replicó: “Quizá me vendría bien, pues ahora cuando escucho
hablar árabe siento miedo”.
La división de las lenguas es una dificultad
evidente. Por eso fue muy animante lo que ocurrió con los alumnos al final del
primer curso intensivo de árabe en julio de 2011. Los profesores los llevaron,
para practicar, a la puerta de Damasco de la Ciudad Antigua, donde se instala
un mercado árabe cada día. Israelíes y extranjeros chapurreaban el árabe que
acababan de aprender con los vendedores de los puestos y éstos les seguían la
corriente en un clima de diversión. En ese ambiente distendido, todos
disfrutaron y terminaron encantados de la experiencia. No hay duda de que la
lengua, vehículo de diálogo y de cultura, está en la base del entendimiento
entre los pueblos. Naturalmente, para esto hace falta un aprendizaje bien
estructurado y con métodos actuales, y en Polis se aplican tanto a las lenguas
modernas como a las antiguas. Incluso con éstas, se habla desde el inicio
únicamente la lengua que se aprende. Los resultados son sorprendentes. Por
ejemplo, hay alumnos de los niveles avanzados que hablan entre ellos en griego
koiné como si vivieran en el siglo I, pues no tienen otro idioma común.
Lanzar una iniciativa así, no es tarea fácil y no resultaría posible
sin la generosa colaboración de quienes ven con proyección el impacto
sociológico y cultural que puede llevar a cabo este instituto. Uno de los
benefactores que apoya el proyecto es un profesional jubilado que tenía como
afición el estudio del griego y de los clásicos. Le contaron de esta
iniciativa, que aspira a tener estudios de grado e investigación, y se interesó
mucho. En un viaje a Jerusalén quiso asistir a clases de griego, que ya conocía
bastante bien. Después de hora y media de clase del primer nivel, estaba tan
entusiasmado viendo a los alumnos hablar en griego que al enterarse que
comenzaba otra clase de hora y media del segundo nivel, quiso asistir también a
ésta. Su ayuda ha permitido preparar una nueva sede y otorgar algunas becas
para el Master bianual en Filología Antigua que comenzará el próximo mes de septiembre.
En estos momentos el instituto cuenta con alrededor 140 alumnos, repartidos entre griego, hebreo bíblico, hebreo moderno,
español –en colaboración con el Instituto Cervantes de Tel Aviv-, árabe
dialectal y árabe literario. En el mes de julio se repetirán los cursos
intensivos de árabe y hebreo, a los que se añadirá uno de siriaco clásico,
también hablado.
Un
objetivo común, trabajo en equipo sobre la base del respeto mutuo, y enseñanza
de árabe para hebreos y hebreo para los árabes, constituyen la receta singular
de este Instituto para construir una paz duradera en este mosaico de culturas,
razas y religiones que es Jerusalén.
José Enrique de Castro Manglano
José Enrique de Castro Manglano
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