También dijo: «¿Con qué vamos a comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola podemos usar para describirlo? 31 Es como un grano de mostaza: cuando se siembra en la tierra, es la semilla más pequeña que hay, 32 pero una vez sembrada sube hasta convertirse en la más grande de las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las aves pueden cobijarse bajo su sombra" (Mc. 4, 30-32).
Citamos el evangelio de san Marcos pues es cronológicamente el más antiguo. Comienza hablando de la pequeñez de la semilla que, con el tiempo se convierte en una hortaliza muy grande. No dice que se transforma en un árbol sino en una hortaliza que forma un arbusto muy grande y extendido. También pueden ser varios arbustos que han ido creciendo unos junto a otros y han formado un arbusto muy extenso y tupido.
Tanto en Mateo como en Lucas los verbos que se utilizan en esta parábola están en el tiempo pasado o el pretérito. En Marcos, en cambio, se desarrolla en el tiempo presente. Además los verbos empleados son distintos en los respectivos evangelios: Mateo y Lucas hablan de "crecer", refiriéndose a la semilla; Marcos, en cambio, dice sencillamente que el árbol "sube" y se convierte en una gran hortaliza.
Parece que el punto esencial que quiere hacer resaltar el Señor cuando cuenta la parábola es la idea de crecimiento: se llega a convertir en la más grande de las hortalizas. Más que un árbol en realidad habría que hablar de una especie de arbusto. Se trata de una planta que, por lo general, de alto no asciende más de un metro y 50 centímetros. Su extensión tan grande no es hacia arriba sino más bien se produce en horizontal. Puede llegar a ocupar varios metros en derredor.
Los pájaros se cobijan o resguardan bajo sus ramas o su sombra. Cuando hace mucho sol se pueden resguardar bajo su sombra, y cuando llueve bajo sus ramas llenas de flores. Quizá también les sirve de cobijo durante la noche, pues las aves pueden ahí dormir tranquilamente sin ser vistas.
Tanto llega a crecer el pequeñísimo grano de mostaza que al final las aves pueden servirse de esa hortaliza como cobijo. La palabra griega (kataskenun) significa cobijo, protección.
La idea fundamental es, pues, siempre la misma: el reino sembrado por Jesús en el campo del mundo tiene un comienzo minúsculo, aparentemente insignificante: unas pocas personas, quizá poco influyentes, sin cultura; pero un día llegará a ser inmenso. Entonces será algo tan grande y tan nuevo que nadie se lo podrá explicar sabiendo cómo comenzó.
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