Así lo afirma, al menos, el susodicho investigador en un artículo publicado por la revista «Biblical Archaeology Review». La vivienda está fechada en el siglo I y, según afirman, podría ser el lugar en el que María y José criaron a su hijo.
El lugar fue descubierto en 1880 bajo una iglesia de la región. Sin embargo, fue en 2006 cuando los arqueólogos comenzaron a excavar los restos para descubrir –entre otras cosas- que la vivienda había sido edificada en mortero y piedra junto a una ladera.
A su vez, los expertos también han podido averiguar que, posteriormente, los gobernantes del Imperio Bizantino ordenaron construir una iglesia sobre este lugar para protegerlo. Todo ello, por considerar que era el hogar donde había crecido Jesucristo.
Por ello, Dark considera que existe la posibilidad de que esta vivienda sea la casa de Jesús, aunque también ha destacado en la revista su escepticismo a corroborarlo hasta que no se lleven a cabo las pruebas pertinentes. «No hay ninguna razón arqueológica para afirmar esto, aunque la identificación no debe descartarse», determinaba el experto en la publicación.
De lo que sí está seguro el profesor es de que muchas de las características de la vivienda están intactas (incluyendo puertas y ventanas) y de que posteriormente se utilizó como cementerio improvisado, cisterna de agua y, finalmente, templo.
«La estructura incluye una serie de habitaciones, uno de ellas tiene una altura considerable, otra de las habitaciones tenía una escalera ascendente junto a una de sus paredes», destaca el experto en su artículo. En palabras de Dark, la vivienda fue abandonada durante el siglo I. Posteriormente fue construida una iglesia encima y sus muros fueron venerados por los cruzados.
Además de la vivienda, el que se construyera un edificio encima de la cueva ha permitido recuperar todo tipo de objetos en un estado casi perfecto de conservación. Entre ellos destacan ollas de cocina o vasos de piedra caliza (muy usados por los judíos en aquella época).
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