sábado, 14 de noviembre de 2015

Un seminarista en Tierra Santa

Un seminarista en Tierra Santa: «Ya nunca leeré las Escrituras sin pensar que recorrí estos lugares»Tony Amato, seminarista norteamericano de 28 años, viajó a Tierra Santa por primera vez en la segunda quincena de julio. Como cualquier otro peregrino, recorrió y oró en numerosos lugares mencionados en el Antiguo y el Nuevo Testamento, en particular aquellos vinculados a la vida de Jesucristo.

"Desde luego ya nunca podré leer de nuevo las Escrituras sin pensar en que recorrí estos lugares", confiesa este futuro sacerdote de la diócesis de Rochester (Estados Unidos), cuyo obispo, Salvatore Matano, le seleccionó para realizar el viaje junto a otros 19 seminaristas de Nueva York y estados limítrofes.

Cafarnaúm, donde Nuestro Señor desarrolló buena parte de su vida pública; el Monte de las Bienaventuranzas, donde pronunció el Sermón de la Montaña; el Monte Tabor, lugar de su Transfiguración; el Monte de los Olivos, donde Jesús oraba con frecuencia y en cuyo Jardín de Getsemaní fue capturado para su Pasión... Son lugares que Amato y sus compañeros recorrieron entre muchos otros en Jerusalén, Nazaret, Caná, Belén, Jericó, Betania... incluso remaron en barca por el Mar de Galilea y se bañaron en el Mar Muerto con una temperatura exterior de casi 42 ºC.

Tan apretada agenda impedía reflexionar in situ sobre cada uno de los acontecimientos de la vida de Jesús como habría deseado, pero encontró una solución: "Ya me habían aconsejado antes de partir de que llevase un diario, y fue muy valioso ir escribiendo todo lo que veía y sentía". Como, por ejemplo, leer todo el eucarístico capítulo 6 del Evangelio de San Juan en el mismo lugar donde el Salvador nos dijo que Él era "el Pan de Vida".

También fue memorable para todo el grupo visitar el lugar de la Anunciación, "donde la Palabra se hizo carne" y el arcángel Gabriel le dijo a María que sería la madre de Jesús: "Yo estaba allí rodillas y todo el mundo lloraba, fue maravillosamente profundo".

O en el Calvario o en el Santo Sepulcro, donde hicieron una noche completa de oración. Arrodillado ante la tumba, confiesa que se le venían continuamente las palabras del Evangelio: "No está aquí, ha resucitado".

Toda la peregrinación fue para Tony Amato un refuerzo a su vocación. En el Mar de Galilea se había imaginado la conversación entre Cristo y Pedro: "Cristo preguntando ´¿Me amas?´ y Pedro respondiendo ´Sí, tú sabes que te amo´", y sintiendo en silencio -confesó- que mantenía el mismo diálogo con Dios pensando en su sacerdocio.

Le llegará en 2017. Ahora acaba de empezar su tercer año de Teología en la Universidad Católica de América en Washington, y el año que viene será ordenado diácono. 

Y ya tiene un objetivo claro: volver a Tierra Santa guiando un grupo de fieles, "y poder decir misa en los lugares donde ahora sólo he podido escucharla". Y describe su experiencia como "agotadora", pero "feliz, llena de oración, maravillosa... ¡no dejo de utilizar la palabra ´maravilloso´!".

sábado, 7 de noviembre de 2015

David y Goliat

Fortificación monumental encontrada en las excavaciones que un equipo de la Universidad de Bar-Irán realiza en la bíblica ciudad filistea de Gat, hogar del gitante. EFE/cortesía de la Universidad Bar-Ilán Arqueólogos de la Universidad israelí de Bal Ilán han descubierto una puerta y una fortificación monumentales de la bíblica ciudad filistea de Gat, hogar del gigante Goliat, que dan una idea de la importancia de esta urbe, considerada la mayor de la zona entre los siglos IX y X a.C.

Los hallazgos fueron localizados en Tel Zalfit, un sitio arqueológico que lleva dos décadas excavándose y que estuvo poblado prácticamente desde el Calcolítico (hace unos 5.000 años) hasta 1948, cuando sus habitantes abandonaron la entonces aldea árabe.

Uno de los estratos que más interesan a los arqueólogos bíblicos ha sido el de la ciudad de Gat, famosa por sus innumerables enfrentamientos con los israelitas y una de las cinco urbes filisteas más importantes, cuyo época de máximo esplendor tuvo lugar en el período que comprende los reinos de David y Salomón (siglo X a.C.).

El lugar se encuentra en la llanura costera del centro del país, en las denominadas "Laderas de Judea", a mitad de camino entre Jerusalén y la ciudad portuaria de Ashkelón.

La expedición arqueológica, encabezada por el profesor Aren Maeir, localizó este año la fortificación y la puerta de acceso a la bíblica Gat, hogar de Goliat según las Escrituras.

Maeir, profesor del Departamento para el Estudio de la Tierra de Israel y Arqueología de la citada universidad, considera la puerta desenterrada la más grande jamás encontrada en el país, reflejo del estatus e influencia de Gat durante ese período.

"A lo largo de veinte años de excavaciones asumíamos que Gat en los siglos IX y X a.C. era la mayor de la zona, no sólo filistea sino en general", explicó Meir a Efe en conversación telefónica.

"Con los últimos hallazgos vemos ahora que no sólo era grande, de unas 50 hectáreas, sino que era dos o tres veces mayor a Jerusalén u otras ciudades de la época como Meguido o Beersheva", destacó.

Enfatiza que la gran fortificación hallada "demuestra lo poderosa que era la urbe, que siguió existiendo hasta el 830 a.C., cuando Hazael de Damasco la destruye".

La puerta de la ciudad filistea aparece en otra referencia bíblica, concretamente en Samuel 21, que relata la historia de cuando David escapó de Saul, primer rey de Israel, y se convirtió en siervo leal de Achich, rey de Gat.

Vista aérea de la bíblica ciudad filistea de Gaza. Unos arqueólogos de la Universidad israelí de Bar-Ilán han descubierto una puerta y una fortificación monumentales de la urbe que era hogar del gitante Goliat, según las Escrituras. EFE/cortesía de la Universidad Bar-IlánAdemás del acceso monumental y la imponente muralla, fueron descubiertos varios edificios aledaños, como un templo y un taller para la producción de hierro.

Los hallazgos, así como la propia ciudad, fueron arrasados por el rey Hazael de Aram Damasco, episodio mencionado en el segundo libro de Reyes (12:18).

Las excavaciones han sacado a la luz restos que apuntan que se produjo un duro asedio y la posterior destrucción del asentamiento a finales del siglo IX a.C., probablemente relacionados con este suceso.

La destrucción de Gat, apunta el investigador, fue un evento dramático que cambió el balance de poder regional, permitiendo el surgimiento del reino independiente de Judea en el siglo VIII a.C.

En las excavaciones han intervenido equipos de varias universidades e instituciones del mundo, que han analizado diferentes estratos de la milenaria población.

Hasta la fecha se han logrado hallazgos como templos filisteos, evidencias de un terremoto en el siglo XVIII a.C., inscripciones antiguas con nombres similares a Goliat, así como utensilios y pruebas de la captura y destrucción de la urbe bíblica.

También se han localizado ruinas de una primigenia ciudad canaanea, o del posterior castillo cruzado "Blanche Garde", en el que se sabe que estuvo Ricardo Corazón de León.

Pero quizá su época dorada se remonta a aquella en la que el relato bíblico describe al gigante Goliat.

"Según el texto bíblico, Goliat era de Gat, y en esa zona se han encontrado dos inscripciones con nombres similares en un alfabeto antiguo europeo", subraya Maeir.

Puntualiza que existe una fuerte tradición sobre que los pobladores de Gat eran "muy grandes"; aunque "no hemos encontrado ningún esqueleto que corrobore esa creencia, si bien podemos constatar que sus habitantes eran poderosos al tener fortificaciones de ese tipo".

"El hablar de la altura es un intento de otorgarles poder y mostrar lo poderosos o fuertes que eran sus residentes. Y Gat, sin duda, fue una ciudad muy poderosa en aquella época", concluye.

sábado, 31 de octubre de 2015

Cosecha en el huerto de Getsemaní

HUERTO DE LOS OLIVOS GAUDIUM PRESS.JPGLa cosecha de aceitunas comenzó el sábado 17 de octubre, en el Monte de los Olivos. Una ocasión que se ofrece a muchos voluntarios “para trabajar en los pasos de Cristo”.

El Jardín de Getsemaní es uno de los lugares más simbólicos de Jerusalén; una pausa casi obligatoria para todos los peregrinos que vienen de todas partes del mundo que atraviesan Tierra Santa, en los pasos de Cristo. A partir de este punto, todos los años se inicia la procesión del Jueves Santo, dirigida por el Padre Custodio, hacia la Iglesia de San Pedro en Gallicantu, construida en el lugar donde Jesús pasó la noche preso.

El huerto de los olivos, ubicado detrás de la Iglesia de Todas las Naciones, incluye algunos olivos seculares que, sorprendentemente, tienen todos  el mismo ADN. Se cree que el árbol-madre, el cual originó estas hojas de olivos, había vivido la noche en que Jesús, al comienzo de su pasión, se retiró a orar.

Algunas plantas, aún más antiguas, que datan de la época de los cruzados, viven cerca de los olivos, en este jardín, confiado a la tutela de los franciscanos. El mantenimiento está garantizado por la comunidad de los religiosos, ayudados por muchos voluntarios, es decir, para la poda de árboles y la recogida de las aceitunas.

En este lote de 1.200 metros cuadrados, voluntarios de 15 países se reunieron para empezar a recoger las aceitunas. Todos fueron invitados a ayudar y pasar el tiempo, siguiendo los pasos de Cristo. Aparte del aspecto material, el P. Diego, a cargo de la cosecha, ve también una dimensión espiritual en esta acción: “es más una ocasión de seguir a Jesús en el campo”.

La rama de olivo, símbolo de paz, insta a los voluntarios a orar por la paz en Tierra Santa. 

Las aceitunas serán enviadas a la Abadía de Latroun para extraer el aceite, destinado para la venta y el consumo de los hermanos y de las comunidades religiosas de Tierra Santa. Parte del aceite, producto de la cosecha, será consagrado durante la Semana Santa. El aceite Santo será enviado a través de las parroquias del Patriarcado, así como a los monasterios de todo el mundo.

Los voluntarios estuvieron durante toda la semana cosechando los frutos de esta temporada que fue muy fructífera. Recogieron abundantes aceitunas.

Thomas Charrière

sábado, 24 de octubre de 2015

El obispo auxiliar Mons. Marcuzzo visita Saxum


 _MG_3696 copy
El pasado 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, visitaba Saxum Monseñor Giacinto Marcuzzo, obispo auxiliar del Patriarcado latino de Jerusalén, y titular de la sede de Emaús-Nicópolis.


Le enseñaron el proyecto el ingeniero encargado de la construcción, el Vicario del Opus Dei en Tierra Santa, y el director de Saxum Fundation.

Durante esa mañana pudo visitar el edificio, tanto por fuera como por dentro. Además disfrutó conversando con los trabajadores que se iba encontrando durante el recorrido. La mayoría son árabes, aunque también hay judíos y cristianos. Para mons. Marcuzzo no era problema, pues habla perfectamente árabe y hebreo.

Tanto a él como a nosotros nos hacía especial ilusión que viniera. Por un lado por ser obispo titular de Emaús, y estar Saxum en el lugar donde -según la tradición- Jesús resucitado se encontró con los discípulos que volvían de Jerusalén después de la Crucifixión. Por otro lado porque es el obispo auxiliar para la zona de Tierra Santa donde se encuentra Saxum.

Mons. Marcuzzo quedó muy agradecido por el paseo. No cesó de enumerar las numerosas ventajas que puede traer un proyecto como éste, sobre todo para los cristianos que viven en Tierra Santa.


sábado, 17 de octubre de 2015

San Josemaría y el hogar de Nazaret

Cripta de la Basílica de la Anunciación. Foto: Leobard Hinfelaar.La Virgen dejaría la casa de san Joaquín y santa Ana e iría a vivir a la de su esposo, que seguramente estaba muy cerca, ya que las excavaciones realizadas en Nazaret han revelado que las casas que componían este pueblecito ocupaban una superficie de unos cien metros de ancho por ciento cincuenta de largo. ¿Cómo era la vida de familia en Nazaret?

En el hogar de la Sagrada Familia, en Nazaret, Jesús, María y José santificaban la vida ordinaria, sin acciones espectaculares o llamativas. Llevaban una existencia aparentemente igual a la de sus conciudadanos, importante no por la materialidad de lo que realizaban, sino por el amor, en perfecta adhesión a la Voluntad del Padre. 

San Josemaría animaba a buscar el trato con Jesús, María y José, a realizar las tareas de cada día como si estuviésemos con la Sagrada Familia en la casa de Nazaret:

Bajo la cúpula, se abre un espacio hacia la cripta y la Gruta de la Anunciación.    Foto: Leobard Hinfelaar."Al pensar en los hogares cristianos, me gusta imaginarlos luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia (...) Que la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones (Col 3,15), escribe el apóstol. La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida" (Es Cristo que pasa, 22).

"La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con las otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar.

Ábside la Iglesia de San José. Foto: Alfred Driessen.La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfocan los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores; a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el egoísmo podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños servicios de que está compuesta la convivencia diaria.

Santificar el hogar día a día, crear, con el cariño, un auténtico ambiente de familia: de eso se trata. Para santificar cada jornada, se han de ejercitar muchas virtudes cristianas; las teologales en primer lugar y, luego, todas las otras: la prudencia, la lealtad, la sinceridad, la humildad, el trabajo, la alegría... Hablando del matrimonio, de la vida matrimonial, es necesario comenzar con una referencia clara al amor de los cónyuges" (Es Cristo que pasa, 23).

sábado, 10 de octubre de 2015

Con la familia de Nazaret

Panorámica de Nazaret desde el sur, con la Basílica de la Anunciación en el centro de la imagen. Foto: Daphna Tal - Israel TourismQuiero incluir estas entradas sobre la Sagrada Familia de Nazaret en estos días, para que nos ayuden a rezar por el Sínodo de la Familia que esta teniendo lugar en Roma. Acudimos a la Sagrada Familia de Nazaret por los frutos de este Sínodo. Para que todas las familias del mundo vivan como la Sagrada Familia, donde el centro de la vida en familia era el amor.

La ciudad de Nazaret cuenta hoy con unos 70.000 habitantes, aunque en tiempos del Señor no pasaba de ser un pequeño poblado en el que vivían poco más de un centenar de personas, dedicadas en su mayoría a la agricultura.

La aldea estaba situada en la falda de una colina, rodeada de otros promontorios que formaban algo así como un anfiteatro natural. El trabajo de los arqueólogos ha permitido descubrir cómo eran las casas en esta zona de Galilea hace dos mil años: muchas eran cuevas excavadas en la roca, a veces ampliadas exteriormente con una sencilla construcción. Algunas disponían de una bodega, de un granero, de una cisterna para guardar agua.

Gráfico: J. GilEn Nazaret hay varios enclaves en los que se conserva el recuerdo de la presencia del Señor: el más importante es la basílica de la Anunciación; otros lugares evangélicos son la Sinagoga y el cercano Monte del Precipicio, que rememoran el rechazo de algunos nazarenos tras haber escuchado la predicación de Jesús; además, están la Fuente de la Virgen, donde según algunas tradiciones antiguas María iría a buscar agua; la Tumba del Justo, en la que habría sido enterrado el Santo Patriarca; y la iglesia de San José, construida sobre los restos de una casa que la piedad popular ha identificado desde hace muchos siglos con el hogar de la Sagrada Familia. 

La “cripta de san José”. El templo que vemos hoy se encuentra a cien metros de la basílica de la Anunciación. Fue construido en 1914, con estilo neo-románico, sobre las ruinas de edificaciones anteriores: existía, en efecto, una iglesia del tiempo de los cruzados (siglo XII), que los musulmanes habían asolado en el siglo XIII. 

Cuando los franciscanos llegaron a Nazaret, por el año 1600, encontraron que entre los cristianos del lugar se había transmitido una tradición popular que identificaba esa iglesia –llamada también de la Nutrición, por ser el sitio donde habría sido criado el Niño Jesús– con el taller de José y la casa donde vivía la Sagrada Familia. Las excavaciones realizadas en 1908 sacaron a la luz restos de una primitiva iglesia bizantina (siglos V-VI), que habría sido construida en el lugar donde todavía hoy –en la cripta– pueden observarse algunas dependencias de una casa que los arqueólogos datan en el primer o segundo siglo de nuestra era: una bodega excavada en la roca, varios silos, cisternas para el agua..., así como lo que posiblemente era un baptisterio, al que se bajaba por una escalera de siete peldaños y que contiene algunos mosaicos.

Aunque estos hallazgos son significativos, sin embargo no permiten a los arqueólogos asegurar con toda certeza que esta y no otra fuese efectivamente la casa de la Sagrada Familia. Sería preciso contar con fuentes antiguas que lo atestiguasen, como sucede en otros lugares santos: por ejemplo, en la cercana basílica de la Anunciación. No obstante, tomando pie de la antigua y venerable tradición popular, bien podemos acercarnos con cariño a la cripta de la iglesia de San José para, de la mano de san Josemaría, meternos en aquel hogar de Nazaret donde Jesús pasó treinta años de su vida en la tierra. "Al despertarse José hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su esposa", narra san Mateo (Mt 1, 24).

Fachada principal de la Basílica de la Anunciación. Foto: Leobard Hinfelaar.De las narraciones evangélicas –comenta san Josemaría- se desprende la gran personalidad humana de José: en ningún momento se nos aparece como un hombre apocado o asustado ante la vida; al contrario, sabe enfrentarse con los problemas, salir adelante en las situaciones difíciles, asumir con responsabilidad e iniciativa las tareas que se le encomiendan.

"No estoy de acuerdo con la forma clásica de representar a San José como un hombre anciano, aunque se haya hecho con la buena intención de destacar la perpetua virginidad de María. Yo me lo imagino joven, fuerte, quizá con algunos años más que Nuestra Señora, pero en la plenitud de la edad y de la energía humana" (Es Cristo que pasa, 40).

San Josemaría Escrivá de Balaguer solía utilizar una breve definición de San José: "es el santo de la humildad rendida..., de la sonrisa permanente y del encogimiento de hombros". Con ello quería expresar la absoluta disposición del Santo Patriarca, noche y día, para hacer la Voluntad de Dios, sereno y confiado para abrirse paso a través de las dificultades, atento a las personas que Dios había puesto bajo su tutela.

"Para San José, la vida de Jesús fue un continuo descubrimiento de la propia vocación (...). José se sorprende, José se admira. Dios le va revelando sus designios y él se esfuerza por entenderlos. Como toda alma que quiera seguir de cerca a Jesús, descubre en seguida que no es posible andar con paso cansino, que no cabe la rutina. Porque Dios no se conforma con la estabilidad en un nivel conseguido, con el descanso en lo que ya se tiene. Dios exige continuamente más, y sus caminos no son nuestros humanos caminos. San José, como ningún hombre antes o después de él, ha aprendido de Jesús a estar atento para reconocer las maravillas de Dios, a tener el alma y el corazón abiertos" (Es Cristo que pasa, 54).

sábado, 3 de octubre de 2015

Representantes judíos y musulmanes para Saxum

 Argentina2015 11
El martes 1 de septiembre tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, una presentación de Saxum a empresarios y personalidades de la cultura local, gobierno y del culto Judío y Musulmán.

Estuvieron entre otros el Rabino Abraham Skorka, rabino de la comunidad Benei Tikvá, fundada hace 75 años por judíos de origen alemán en Buenos Aires.

También estuvo el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, el Sr Omar Ahmed Abboud secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA). Ambos son los que se dieron el abrazo simbólico en Jerusalén con el Papa Francisco en su visita del año pasado.

Estaban presentes la Senadora de la Nación la Sra. Liliana Negre de Alonso y algunos ex embajadores. 

Por la tarde del mismo día también hubo otra presentación a personas de la labor apostólica del Opus Dei en el Centro Universitario de Estudios.

Todos se mostraron entusiasmados con el proyecto y esperan impacientes su apertura.