sábado, 28 de septiembre de 2013

El mar muerto

El Mar Muerto es un gran lago situado entre Israel, Palestina y Jordania, y es considerado como el lugar habitado más bajo del planeta, pues está a casi 400 metros debajo del nivel del mar. Tiene 76 kilómetros de largo y un aproximada es de 1049 kilómetros cuadrados. Recibe las aguas del río Jordán que entra en el lago desde el norte. 

También hay otras corrientes más pequeñas que desembocan en el lago, principalmente desde el este. Como las aguas del Mar Muerto no tienen salida, el aporte de agua dulce se ve reducido por la gran cantidad de evaporación que se produce en este zona cálida y desértica. La presión atmosférica es la más elevada del planeta y en el lugar hay una tasa de oxígeno 15% superior a la que existe al nivel del mar.

Las aguas deltienen un porcentaje de sal que no tiene comparación con ninguna concentración de agua salada existente en otra parte del mundo. Eso también determina la presencia de otros minerales que hacen que el agua tenga una densidad tan viscosa como el aceite. La concentración media de sales minerales en es es de 280 gramos por litro, cuando la media general del índice de salinización en los mares es de 35 g/l . El nombre fue dado en virtud del hecho de la gran cantidad de sal en sus aguas que no permite el desenvolvimiento de ningún tipo de vida. 
El nivel de sus aguas es consecuencia de una serie de acontecimientos. El primero de ellos es la ausencia de precipitaciones en la zona, y la segunda que el agua no tiene ninguna salida salvo el de la evaporación. Aunque hemos dicho que es de agua salada, tiene diferentes propiedades que la hacen distinta al agua de los océanos, como por ejemplo el alto grado de salinidad. Debido a que el agua sólo puede escapar por esa evaporación, contiene 10 veces más cantidad de sal que los oceanos. Las cifras oscilan dependiendo de la estación del año, ya que en verano, por las altas temperatura, hay mayor grado de evaporación y consecuentemente más sal. 

A pesar que la vida no sea posible en esas condiciones, la fama de las aguas del es mundial, por las características terapeuticas de sus 21 minerales, 12 de los cuales no son encontrados en ningún otro lugar. También es famoso por sus manantiales térmicos y por el barro negro que se aplica en el cuerpo para limpieza de la piel y mejoría de la circulación sanguínea y de la función respiratoria. Más allá de eso, la zona del mar muerto posee una situación climática muy especial pues la alta presión atmosférica y la gran concentración de oxígeno en el aire, mayor que en el resto del mundo, mejora la filtración de rayos prejudiciales del sol y lo curioso es que eso sucede en una zona desértica.

Se llama Mar Muerto, por esa gran cantidad de sal en el agua. Esto hace que sea casi imposible que sobrevivan seres vivos en él, salvo algunas bacterias o las artemias, un ser vivo que vive en este tipo de condiciones. 
Según las historias bíblicas, en estas aguas se encuentran algunas ciudades perdidas por el azote de Dios como son Gomorra, Sodoma, Admá o Seboyin.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Restauración inminente de la Basílica de Belén

Finalmente está por comenzar la restauración de la basílica de la Natividad en Belén, la Iglesia más antigua entre las que hay en Tierra Santa. La firma del contrato otorgará a una empresa italiana los trabajos para arreglar el techo de la antiquísima Iglesia que recuerda el nacimiento de Jesús en Belén.

Justamente en la ciudad en la que los Evangelios sitúan el nacimiento de Jesús, ayer firmaron oficialmente el contrato mediante el cual la Autoridad Nacional Palestina encargó el primer periodo de los trabajos a la empresa italiana “Piacenti Spa” de la ciudad de Prato. Se trata de la reestructuración del techo de madera, que es la más urgente de todas las reparaciones que hay que hacer, como han podido constatar muchos peregrinos que han visitado la basílica este año; cuando llueve el agua se filtra al interior de la basílica y las consecuencias pueden llegar a ser muy graves. Después seguirá la restauración de los vitrales. La obra comenzará en las próximas semanas y los peregrinos podrán seguir visitando el sitio, pues el contrato prevé que la basílica permanezca abierta y que garantice la seguridad en su interior.

Cuando se firmó el contrato ayer en Belén estaban presentes el Custodio de la Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, y los representantes de los patriarcados ortodoxo y armeno. Tal y como sucede con la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, la Iglesia que recuerda el nacimiento de Jesús en Belén cae bajo la jurisdicción de las tres confesiones cristianas que tienen presencia histórica en la Tierra Santa. Así pues, cada una de las intervenciones para la reestructuración debe ser concordada por las tres diferentes comunidades religiosas, además de las autoridades políticas locales, que estuvieron representadas durante la firma del contrato de ayer por el primer ministro palestino Rami Hamdallah.

«Mientras el Medio Oriente está en llamas, con incendios en iglesias y mezquitas –dijo el padre Pizzaballa durante la ceremonia–, lo que nosotros hacemos aquí es exactamente lo contrario: musulmanes y cristianos construyen juntos para preservar no solo un patrimonio histórico, sino un lugar que es símbolo de fe para miles de millones de creyentes en todo el mundo». El importe de esta restauración (que se estima alrededor de 2.600.000 de dólares), será cubierto con recursos privados palestinos (el 50%) y con el aporte de algunos países, como Hungría, Francia, Rusia, el Vaticano y Grecia.

La elección de la “Piacenti Spa” de Prato está relacionada con la competencia particular de esta empresa toscana en el campo de la restauración de estructuras de madera y confirma el importante papel que han desempeñado los técnicos italianos en esta operación, como subrayó ayer durante la ceremonia el cónsul general de Italia en Jerusalén, Davide La Cecilia. En 2010, cuando se llevaron a cabo los estudios con base en los cuales se hará la restauración, la tarea estuvo en manos de un consorcio de entes de investigación italianos, coordinados por la Universidad de Ferrara.

El emperador Justiniano, en el siglo VI, mandó reconstruir la basílica de la Natividad con las ruinas de la precedente iglesia constantiniana (destruida después de la revuelta de los samaritanos del año 529). Tal y como las investigaciones científicas de la Universidad de Ferrara han demostrado, por lo menos una parte de las trabes que conforman el techo son de ese periodo. La basílica de la Natividad fue reconocida en 2012 por la UNESCO como patrimonio de la humanidad y fue el primer lugar palestino que obtuvo esta mención. Pero, como subrayó ayer el padre Pizzaballa, «no es un monumento nacional, sino un lugar importante en la vida cotidiana de los creyentes de todo el mundo».

sábado, 14 de septiembre de 2013

Esponsales de un amigo en Belén


En esta entrada quiero contar los esponsales de un amigo de Belén. Es la primera vez que asisto a esta ceremonia, y me ha parecido muy interesante, también para entender los esponsales en la época del Señor, aunque cambian algunas cosas.

En la preparación de una boda lo primero que se hace es la pedida de mano de la novia. Allí están solo los familiares más cercanos. Estos, en dicho acto, acceden a darle la mano de la chica al chico. Es una ceremonia sencilla que se celebra en un local reservado, y luego se toma algo.

La ceremonia que voy a contar ahora es el llamado en árabe "khudbe", que significa compromiso. Se suele realizar un año antes de la boda. Con este compromiso los novios ya se intercambian los anillos y pueden salir juntos sin causar escándalo, pues públicamente con esta ceremonia se han comprometido a casarse. Es un vínculo muy fuerte. Se puede romper, pero está muy mal visto. 

El "khudbe" es casi como una miniboda. Se invita a familiares y amigos. Todo es muy solemne y está muy bien puesto y organizado. El de mi amigo se hizo en Belén en un lugar grande para la celebración de bodas. Había muchas mesas con invitados, y en total calculo que habría unas 200 personas.

Mientras van llegando los invitados los novios esperan en un cuarto a que lleguen todos. Cuando se calcula que están todos, y sobre todo el sacerdote que dirá las oraciones y pondrá los anillos, se comienza a la ceremonia. Salen los novios solemnemente con música de fondo, y se dirigen al lugar central agarrados del brazo. Se paran brevemente, al bajar las escaleras, para las fotos y para que la gente pueda verlos. Cuando llegan al escenario que está al fondo -han tenido que cruzar por donde está el público, cambia la música y los dos bailan un rato. Después se acercan los familiares más cercanos y se acerca el sacerdote debajo del estrado, donde están los novios. En este caso éramos dos sacerdotes: el franciscano, que es el vicepárroco de la Basílica de la Natividad en Belén, y que les casará dentro de un año, y yo que soy amigo del novio y me pidió que asistiera. El sacerdote reza unas oraciones por el micrófono, con todo el mundo en pie. Se lee después el Evangelio. El sacerdote rocía con agua bendita los anillos, los bendice y se los da a los novios, que se los ponen mutuamente. Después se imparte la bendición final a todos

Cuando se ha ido el sacerdote, pasan algunos familiares y amigos más cercanos a felicitar, y sigue la fiesta. Ahora le toca el turno a la tarta. Es tradición partir la tarta con una espada y agarrándola entre los novios. Así se hacen fotos, y parten la tarta. También abren el champan, y beben él de la copa de ella y ella de la de él entrecruzándose los brazos. Después de ver esto ya me tuve que retirar, pero la fiesta y la cena siguieron. 

En la época del Señor los esponsales eran distintos. En aquel tiempo se hacía el compromiso de matrimonio por los contrayentes ante dos testigos. Eso eran los esponsales, pues ese compromiso se consideraba como matrimonio legal; los novios tenían el plazo de un año para empezar a vivir juntos, es decir, para que el novio se llevase la novia a su casa. En el tiempo oportuno se hacía la gran fiesta nupcial, y ya después conforme a la ley podían hacer vida en común.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Nazaret y Cafarnaum

NAZARET

Hace unos dos mil años Nazaret era una aldea desconocida para casi todos los habitantes de la tierra. Era un puñado de pobres ca­sas clavadas en unos promontorios de roca en la Baja Galilea. Ni siquiera en su región tenía una gran impor­tancia. A algo más de dos horas de camino a pie se podía llegar a la ciudad de Séforis, donde se concentraba la mayor parte de la activi­dad comercial de la zona. Se trataba de una ciudad próspera, con ricas construcciones y un cierto nivel cultural. Sus habitantes hablaban griego y tenían buenas relaciones con el mundo intelectual greco-latino.

En cambio, en Nazaret vivían unas pocas familias judías, que hablaban en arameo. La mayor parte de sus habitantes se de­dicaban a la agricultura y la ganadería, pero no faltaba algunos ar­tesanos y obreros que se desplazaran a diario a trabajar en las construcciones de la vecina Séforis.
Las excavacio­nes arqueológi­cas han sacado a la luz parte del antiguo Nazaret. En las casas se aprovechaban las numerosas cuevas que presenta el terreno para acondicionar en ellas sin realizar muchas modifi­caciones alguna bodega, silo o cisterna. El suelo se aplanaba un poco delante de la cueva, y ese recinto se cerraba con unas pare­des elementales. Posiblemente las familias utilizarían el suelo de esa habitación para dormir (Lc 11,5-9.

CAFARNAUM

Junto al lago de Genesaret se encontraba Cafarnaum. No era una gran ciudad, pero sí una de las poblaciones ju­días más importantes de la región, ya que estaba en una zona fronteriza, junto al camino que unía Galilea con la tetrarquía gobernada por Filipo, por lo que había en ella servicio de aduanas y una guarnición militar. Tenía una buena sinagoga, de la que todavía se conservan sus funda­mentos de piedra basáltica. En un terre­no llano, a la orilla del lago, se aglomeraban las casas y habitaciones alrededor de patios y calles angostas. Aquí no hay un terreno rocoso como en Nazaret, por lo que la técnica de construcción era distinta, así como el tipo de casas. Sus casas estaban construidas con paredes formadas de grandes piedras basálticas de forma parecida a la de un disco, y los huecos entre unas y otras se tapaban con cantos y barro, pero sin argamasa. Había muy pocas piedras talladas, que se utilizaban para los dinteles y las jambas de las puertas y ventanas. Las casas estaban cubiertas por travesaños de ramas de árboles reforzados con ca­pas de tie­rra, de juncos y de paja.

Todavía se conservan las paredes de una habitación que una antigua tradi­ción, avalada por las recientes exca­vaciones arqueológicas, identi­fica con la casa de San Pedro. Tiene unas dimensiones de siete metros de longitud por seis me­tros y medio de anchura, y en ella hay signos de veneración a partir del siglo primero, que testimonian el respeto con que ha sido cuidada por los cris­tianos casi desde sus orígenes. Junto a su puerta hay una plazuela que muchas veces resultaría pequeña para contener a la gente que acudía para ver y escuchar a Jesús (cfr. Mc 2,1-5).


sábado, 31 de agosto de 2013

Galilea en tiempos de Jesús

En los comienzos de la era cristiana vivían en Galilea gentes de dos culturas distintas. Una parte importante de la población estaba constituida por personas de formación helénica, que ha­blaban griego, vivían sobre todo del comercio y la in­dustria, y vivían en las grandes ciudades como Tolemaida ‑con un puerto impor­tante en el Mar Mediterráneo‑, Séforis ‑en el interior‑ o Tiberiades ‑a orillas del Mar de Galilea‑. En cambio, la población rural era predominantemente judía, ha­blaba arameo, y vivía en casas de campo, aldeas o pequeñas poblaciones. Algunos de sus nombres resultan muy familiares para los lectores de los Evangelios: Nazaret, Caná, Cafarnaum, Corazim, Betsaida, ...

No parece que hubiera un trato frecuente entre las gentes judías y helenísti­cas de Galilea a pesar de vivir muy próximos unos a los otros. Posiblemente sólo el imprescindible para satisfa­cer las necesidades básicas. Los campesinos judíos acudirían al mercado de las ciudades para vender sus productos y para com­prar algunas herramientas necesarias para su trabajo. Por eso no resulta nada extraño que supieran hablar un poco de griego, lo mismo que la población gentil sería ca­paz de entender algo el arameo.

Esta separación entre las poblaciones que nos muestra ac­tualmente la arqueología también puede apreciarse ‑aunque muy delicadamente‑ en los relatos evangélicos. Sabemos que Jesús estuvo viviendo en Nazaret, que asistió a una boda en Caná, que también vivió en la ciudad de Cafarnaum, que hizo milagros en Corazim, que paseó por el puerto de Betsaida. Sin embargo no te­nemos cons­tancia cierta de que estuviera en ninguna ciudad de población greco-parlante. Llama la atención que no se nombre en ningún Evangelio la ciudad de Séforis, que está a casi la misma distancia de Nazaret que Caná, cuando era una población grande y populosa. Otro tanto sucede con la ciudad de Tiberiades, que fue fun­dada hacia el año 20 en las orillas del Lago de Genesaret, a unos treinta kilóme­tros de Nazaret. Es casi seguro que la funda­ción y construcción de esta ciudad fuera objeto de comentarios por parte los vecinos de Nazaret ‑entre los cuales es­taba Jesús, que tendría unos veinticinco años­‑. Sin embargo nunca se dice en el Evangelio que Jesús la visitara. E incluso cuando parece que Jesús va a algunas de las ciudades o zonas de población no judía nunca tenemos la certeza de que en­trara en las ciudades, ya que en todos los casos el texto sagrado introduce alguna fórmula genérica que parece designar más bien la zona o los alrededores que la población misma. Así, por ejemplo, se dice que Jesús va a los “términos” de Gadara (Mc 5,1-18), a la “región” de Tiro y Sidón (Mc 7,24-31) o a los “alrededores” de Cesarea de Filipo (Mc 8,27).

sábado, 24 de agosto de 2013

Historicidad de los Santos Lugares de Jerusalén

Investigan la historicidad de los Santos Lugares de Jerusalén. Estos estudios han sido presentada en la Universidad Europea de Roma donde explicó cómo examinó los primitivos textos litúrgicos y las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo.

Renata Salvarani, autora, 'Il Santo Sepolcro a Gerusalemme' “No se llegaría a entender qué es un comunidad cristiana, cómo vivía, cómo rezaba, cómo tenía sus liturgias si no conocemos cómo eran los lugares de culto, creados y construidos para rezar en el mismo lugar donde sucedió la pasión, muerte y resurrección de Jesús”. Su estudio repasa todas las fuentes escritas que certifican el lugar donde murió y también la tumba de Jesús desde los primeros cristianos hasta la llegada de los franciscanos, los custodios de Tierra Santa desde hace ocho siglos.

“Era una zona rocosa, destinada a la ejecución de personas y como cementerio. Sobre todo sabemos que aquella zona donde hoy está el complejo del Santo Sepulcro ha sido objeto de devoción y oración litúrgica ininterrumpidamente desde que las primeras mujeres fueron al sepulcro hasta nuestros días”.

P. Narciso Climas, Director, Archivo Studium Biblicum Franciscanum (Jerusalén). “Se ve como una cadena de continuidad de Jesucristo a través de sus apóstoles, la tradición oral que después comenzó a ser escrita en el siglo IV y V. Vemos como una cadena ininterrumpida de testimonios que nos llevan a no poner en duda que verdaderamente éste es el lugar y que es auténtico”. A pesar de que el complejo del Santo Sepulcro fue destruido en dos ocasiones, fue reconstruido por los cristianos de diferentes orígenes y tradiciones conscientes de la importancia de conservar el lugar donde murió y resucitó Jesucristo.

El video se puede ver en siguiente enlace:

sábado, 17 de agosto de 2013

Nuevo museo de los Santos Lugares

En el 2015, en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, nacerá el Terra Sancta Museum, el único museo en el mundo sobre las raíces del cristianismo y la conservación de los Santos Lugares. Una exposición permanente, querida por la Custodia de Tierra Santa, para descubrir la historia de esta tierra extraordinaria en la que desde hace milenios se cruzan, de forma misteriosa, los destinos de muchos pueblos que conviven en los lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas. En este particular y delicado momento histórico es de fundamental importancia dar a conocer al mundo entero la historia de la presencia cristiana en Tierra Santa, para favorecer una mayor conciencia de las raíces cristianas, contribuir a una unidad de la "familia humana" y difundir un mensaje de paz en el mundo.

Con la apertura al público de este museo, los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa pretenden valorizar el patrimonio artístico, arqueológico y cultural conservado durante los ocho siglos trascurridos en estas tierras, para custodiar el Lugar donde Jesús vivió. A los innumerables peregrinos y visitantes, procedentes del mundo entero, se les propondrá un recorrido cultural flexible, metodológicamente riguroso y divido en tres momentos diferentes, distribuido en la Ciudad Vieja de Jerusalén y, en el futuro, extendido a otras sedes de Tierra Santa. Un único complejo expositivo, compuesto de tres museos (arqueológico, multimedial e histórico) distribuidos en dos sedes existentes (Convento de las Flagelaciones y Convento de San Salvador) cercanas, ubicados cerca de las principales metas de peregrinaje y turísticas de Jerusalén (el Santo Sepulcro, el Muro de las Lamentaciones, la Explanada de las Mezquitas).

El fundador es la Custodia de Tierra Santa, fraternidad de religiosos (Hermanos Menores) que custodia los lugares de la Redención, en participación con el Studium Biblicum Franciscanum, Institución científica para la investigación y la enseñanza académica de la Sagrada Escritura y de la arqueología de los pueblos bíblicos, con sede en Jerusalén.

La evolución de los trabajos se podrá seguir desde la página web www.terrasanctamuseum.org