En estos días que siguen a la Navidad, entre el 26 y el 27 de diciembre, como ya es tradicional, los representantes de las distintas Iglesias cristianas de Jerusalén, sobre todo aquellas que colaboran según las normas del Status Quo, se han reunido para felicitarse mutua y fraternalmente con motivo de las fiestas navideñas en un clima sincero de simpatía y apertura.
Los primeros en ser recibidos en la Curia custodial, en el convento de San Salvador, durante la mañana del 26 de diciembre, han sido los religiosos griegos ortodoxos a los que han seguido, en la jornada del 27 de diciembre, los armenios, etíopes, coptos y siríacos. Sin embargo, han sido los franciscanos quienes, a media mañana del día 27 de diciembre, se han acercado para visitar a la comunidad melquita para el tradicional intercambio de felicitaciones navideñas.
Los primeros en ser recibidos en la Curia custodial, en el convento de San Salvador, durante la mañana del 26 de diciembre, han sido los religiosos griegos ortodoxos a los que han seguido, en la jornada del 27 de diciembre, los armenios, etíopes, coptos y siríacos. Sin embargo, han sido los franciscanos quienes, a media mañana del día 27 de diciembre, se han acercado para visitar a la comunidad melquita para el tradicional intercambio de felicitaciones navideñas.
Los huéspedes han sido recibidos en el Diván del convento por el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, por el vicario custodial, fray Artemio Vítores, y por el secretario, fray Silvio de la Fuente, junto a gran parte de la comunidad de frailes. Estaba también presente un grupo de jóvenes frailes, estudiantes del Studium Biblicum Franciscanum, que ha alegrado las visitas con algunas melodías interpretadas con guitarras e instrumentos de percusión.
Estos encuentros se rigen por un ceremonial ya consolidado que se repite con regularidad en las distintas visitas: en primer lugar, el jefe de la delegación acogida dirige su saludo al custodio y a toda la comunidad de frailes, da las gracias por la invitación recibida y expresa su felicitación por la Navidad, deseando lo mejor para el futuro y subrayando los vínculos de amistad que les unen con los franciscanos; el custodio, a su vez, responde de igual modo y con contenidos similares. A continuación se sirven licores y dulces navideños mientras que las conversaciones entre los presentes adquieren un tono más informal, hasta que la visita llega a su término y los huéspedes se retiran con un cordial saludo. Tras la Epifanía, cuando las Iglesias orientales celebren la Navidad, será el custodio y la comunidad franciscana la que se ponga en movimiento para cumplimentar con sus felicitaciones.
Finalmente, a última hora de la tarde del 27 de diciembre, se ha celebrado el tradicional encuentro en la Custodia para el intercambio de felicitaciones, de una manera mucho menos formal respecto del resto de los encuentros, con las demás comunidades cristianas, con el Patriarca latino de Jerusalén, y posteriormente con el Nuncio Apostólico, con los que el custodio se ha detenido brevemente a hablar sobre el desarrollo de las celebraciones navideñas de los últimos días que se han realizado, como de costumbre, en medio de un complejo aparato litúrgico, organizativo y de seguridad.
Caterina Foppa Pedretti
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