miércoles, 20 de abril de 2011

La Pasión: la roca del Calvario

"¿Cómo es la roca? La cima de la roca está a 759 metros sobre el nivel del mar. Sus dimensiones son: longitud norte-sur, 7 metros; anchura, 3 metros; altura, desde el vértice hasta la cueva de Adán, 4.5 metros; la altura de la entrada de la cueva, 1.5 metros. Estas dimensiones corresponden a la parte de la roca excavada que está al descubierto, quedando todavía enterrada unos 7 metros. El Calvario tiene, pues, una altura desde la roca madre de 13 metros, siendo 6 metros la parte descubierta. Lo peculiar de ésta es que sus paredes caen en talud, haciéndola inaccesible, y que su cresta es sumamente estrecha, por lo que se hace muy difícil imaginar cómo pudieron allí ejecutar las crucifixiones. La roca es caliza, de color blanquecino con multitud de vetas rojizas. Es piedra malaki. Su cara este es la que da a Jerusalén. La cúspide es la parte que se parece a un cráneo por su forma redondeada, lisa y blanquecina. Así denomina todavía la gente del lugar a los promontorios rocosos con esta característica: er-ras, el cráneo. Donde termina esta superficie lisa, a 2 metros del vértice, la roca sobresale haciéndose basta y prominente. Sobre este saliente de la roca se ha construido la base del muro este de la iglesia de la Crucifixión, por lo que es imposible ver la parte superior de esta cara del Calvario al impedirlo el muro. Bajo la superficie rugosa se encuentra la entrada de la pequeña cueva conocida como cueva o tumba de Adán, a 4.5 metros del vértice. Esta cueva es de origen muy antiguo, se remonta a la Edad del Hierro y era conocida en tiempos de Cristo, como lo demuestran los evangelios apócrifos que la describen. Está actualmente reforzada con un muro para evitar su derrumbe, ya que la grieta del terremoto pasa por ella y, además, por encima corre el muro de la iglesia de la Crucifixión. La cueva tenía carácter religioso, pues se ha encontrado en ella un ara de piedra empotrada en la pared, según las excavaciones de Díez Fernández, y hace sugerir que debía de tener culto religioso por las primeras comunidades cristianas, sobre todo para celebrar la muerte y Resurrección de Cristo. Tendrían acceso a ella un reducidísimo numero de cristianos, pues es muy pequeña. Esta sería otra evidencia de la autenticidad del Calvario. La roca del Calvario medía 13 metros de altura y las murallas más las almenas, 11. Jesús debió de ser crucificado mirando hacia Jerusalén. Desde la ciudad sus habitantes se topaban con la roca al salir de ella por la puerta de Efraín, circunstancia esta que sería determinante para elegirla como lugar de ejecuciones. Al estar en posición más alta que la muralla, vería el interior de toda la ciudad y sobre todo a sus gentes. También éstos podrían ver al Crucificado. Se calcula que en aquel día el primero de moradores, entre fijos y peregrinos, estaría alrededor de 300.000. Para calcularlo se sabe que, en el asedio de Jerusalén, el número de víctimas mortales entre la población judía fue de 1.100.000 y el de los prisioneros de 97.000. El número tan extraordinariamente elevado de personas se debía que se refugiaron en su interior la mayoría de los habitantes de Judea que no pudieron escapar. Fue el número máximo de personas habidas en su interior por causas excepcionales, como la guerra. Según Francisco Varo: «teniendo en cuenta la extensión de los restos arqueológicos junto a la densidad habitual de la población presumible, se podría calcular que serían unos 100.000 los habitantes habituales. Si tenemos en cuenta que era la gran fiesta de los judíos y que vendrían de fuera muchos de ellos, se podría pensar en 300.000 el número de personas en Jerusalén en la Pascua de aquel año».

Tiene una grieta que la traspasa de este a oeste, producida por un terremoto ocurrido a mediados del siglo I. Fue el que aconteció al morir Jesús. Esta resquebrajadura «no puede ser efecto de un terremoto ordinario que habría separado las capas de que se compone la roca, aquí la peña esta agrietada al través...» opina un geólogo. Schik, arqueólogo del siglo pasado, dice que “la hendidura va de este a oeste, y llega a dar entrada al cuerpo de un hombre». La roca era conocida como la Calavera, Gólgota en arameo, porque así la veían desde Jerusalén.

¿Cómo sería el Calvario en tiempos de Jesucristo? La forma de la roca en sus últimos 6 metros desde la cueva de Adán no ha variado desde entonces, porque siempre estuvo su superficie protegida por las excavaciones en torno a la roca. Lo que se ignora es cómo sería su base, los metros que están todavía sepultados de escombro, pues se transformó al ser excavada a su alrededor como una cantera, quedando la roca tallada por sus cuatro lados, lo que le da aspecto de un monolito gigante. Quizás la roca emergiera en la ladera de la colina de El-Gareb. La altura a la que asomaría debería ser sobre una elevación del terreno de unos 10 metros de altura. La base de tierra que va a la ciudad, justo por delante de la cueva, podría tener una superficie aplanada como una terraza, cayendo luego en pendiente pronunciada hacia las inmediaciones de la muralla. Esto pudiera ser así, porque el Evangelio dice que había debajo de la Cruz gente que le insultaba y blasfemaba. Por tanto tendría que haber un espacio plano cercando la roca de la crucifixión con capacidad suficiente para que pudieran estar un grupo amplio de personas".

En esta fotografía podemos ver la parte de roca que se toca al meter la mano en el agujero de la Cruz.


"La primera Semana Santa de la historia", de Carlos Llorente

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